El Teleférico Mexicable vuela grácil y ligero sobre la Cañada, la obra magna del sexenio que inauguró el presidente Enrique Peña apenas en septiembre pasado y que ahora con su sonrisa y cutis perfectos, Alfredo del Mazo promociona en un spot electoral como parte de un futuro alentador: “cuando gane lo ampliaré hasta Tlalnepantla”; mientras, abajo, entre calles sin pavimentar, el caserío amontonado sobre el cerro, el caótico tráfico de la México-Pachuca y los hediondos ríos que drenan cadáveres, flota la otra cruda realidad: el de las Muertas de Eruviel.
Justo ese día que tocó al candidato hacer una transmisión por Facebook para presumir el moderno sistema aéreo para pobres, un camión del Ejército Mexicano y cuatro patrullas custodiaban el pestilente canal de Avenida Cartagena, donde una hora antes unos perros dentellaban por despojos de carne humana descompuesta, abandonada a un costado del cauce taponeado de basura. La cabeza con pelo largo, junto con los senos del torso, empaquetados en bolsas diferentes, adelantaron a los investigadores el género del descuartizado del día.
El sitio esta acordonado con las típicas cintas amarillas que alertan el “no pase” a los vecinos, mientras los peritos trabajan rápidamente y una decena de soldados y unos diez patrulleros flanquean el lugar e impiden a los reporteros de nota roja el acceso. No aparecen los brazos ni una pierna, quizás en algún otro sitio él o los asesinos fueron a tirarlos para despistar a las autoridades.
“Es un feminicidio poco frecuente, lo común es que aquí las mujeres mueran apaleadas en sus propias recámaras o salas, sean baleadas o desaparezcan después de ser raptadas y reaparezcan en algún canal o paraje”, advierte Gabriel Salazar, fundador del periódico digital @afondoedomex.com, que desde hace dos años comenzó a llevar su propio conteo de casos, al percatarse de que no todos los asesinatos feminicidas de la zona eran incorporados a la estadística oficial.
La incongruencia entre sumatorias oficiales y emergentes explica este asunto de las cifras. Mientras la organización “Mujeres en Cadena” reportó para el 2016, 258 feminicidios, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, cerró el año con 275 asesinatos, de los cuales solo 65 reconoce como feminicidios y el resto como “homicidios dolosos”.
Gabriel por su cuenta y con el apoyo de una red de contactos confiables y de reporteros distribuidos en zonas estratégicas, contabilizó 370 feminicidios en todo el territorio mexiquense el año pasado.
En la era eruvielista sumaban hasta diciembre pasado mil 658 casos oficiales, de los cuales solo 306 se catalogaron como feminicidios y el resto como “homicidios dolosos”. Las ONGs ya contabilizaban 72 nuevos casos hasta mediados de abril de este año, 14 de ellos en Ecatepec, donde en 2016 se cuantificaron 44 casos más.
Lo anterior significa que en la tierra del actual mandatario 58 mujeres fueron asesinadas en un año y cuatro meses. Es necesario aclarar que una resolución de la Suprema Corte del 15 de marzo del año pasado, obliga al gobierno mexiquense a investigar todas las muertes violentas de mujeres con “perspectiva de género” y sin discriminación alguna, es decir como si fueran feminicidios, de ahí que en todos los casos podemos referirnos a estas muertes como tales: feminicidios.
NI CON EL PÉTALO DE UNA ROSA
La figura de Eruviel luce lozana y esbelta, más cuando se levanta frente al selecto público reunido para recibir triunfante sus aplausos ante su determinación de velar por las mujeres mexiquenses, a quienes asegura: “!no permitiré que se les toque ni con el pétalo de una rosa!”.
Es 26 de junio del 2016, la Suprema Corte acaba de ordenar a su gobierno reabrir el emblemático caso de Mariana Lima, aquella joven madre torturada hasta la muerte por su propio marido, un policía judicial, quien luego con ayuda de “peritos” hizo pasar su muerte por “suicidio”.
No importa, Eruviel vio la ocasión para hacerse publicidad y jurar que hará justicia, mientras que con ese gesto de magnanimidad que la prensa ya le conoce, se coloca la mano a la mitad del pecho, la palma abierta a la altura del corazón, hace una reverencia y lanza una sonrisa seductoramente discreta, como quien aspira a gobernar el país completo.
Corte a 2017. Las cuatro amigas de Guadalupe se derrumbaron pesadamente contra el piso del impacto directo que les explotó en la cabeza. Los hilos de sangre se dispersaron rápidamente entre las mesas, sillas y pies de los asistentes que entre gritos de espanto resbalaban en aquella pista acuosa y corrían sin atinar con la salida ni con los teléfonos de emergencia.
Aquella noche del 19 de abril, el Bar “La Terraza” de la 4ª Avenida y López Mateos en Ciudad Neza, se convirtió en la escena del crimen de cuatro chicas de entre 17 y 25 años de edad que solo habían salido a divertirse, entre el relajo se les hizo fácil pedirle una selfie a un grupo de jóvenes que se encontraban en la mesa aledaña, estos se negaron y molestaron por la audacia, y simplemente decidieron castigarlas con un “tiro de gracia” directo. Cuatro disparos centellearon en el bar y una a una cayeron. En cuestión de segundos los asesinos se esfumaron.
El cuerpo de Alejandrina fue “emparedado” en el piso por su esposo Guillermo Guzmán Bernal, de 25 años de edad y de oficio albañil. En realidad no fue difícil localizarla, pues lo hizo a nivel de piso y sus restos formaban una especie de escultura maltrecha extendida como pequeño montículo sobre el suelo, en lo que se consideró el feminicidio 186 del 2015. La autopsia reveló que antes de ser “colada con cemento directo”, murió apuñalada en el corazón, estómago y pulmones.
En el feminicidio número 35 de ese mismo año, nadie reclamo el cuerpo de la víctima, pero su caso se recuerda como uno de los más sádicos. La chica de la sudadera negra que fue encontrada tirada boca abajo en los terrenos del Ejiido Santa Cruz, del municipio de Teotihuacán, tenía el rostro y cuero cabelludo desollados, los asesinos también cortaron las yemas de los dedos, en un intento por exterminarla, quitarle la identidad, “borrarla” por completo del mapa. Tenía unos 25 a 30 años –la edad promedio de las víctimas de feminicidio en la entidad-. Nadie sabe más nada de ella.
En la misma zona conocida también como Atlaltenango, un llano solitario y bordeado de tiraderos y obras negras en construcción, los cuerpos de tres jovencitas fueron “tirados” en el sitio el pasado 17 de marzo, con evidentes signos de tortura. Una de aproximadamente 20 años y dos más de entre 25 y 30 años de edad. El triple homicidio no ha sido aclarado y los vecinos temen que el lugar se esté convirtiendo en un gran cementerio clandestino, como ya lo es de facto el Estado de México.
El feminicidio número 72 de este año es reciente. Una hermosa joven ataviada de zapatillas y un vestido rosa con negro, apareció la noche del pasado 9 de abril en un lote baldío de la Colonia La Laguna Chiconautla de Ecatepec. Dos niñitos que hicieron el hallazgo se sorprendieron de la escena porque ella parecía dormida, pero en realidad estaba muerta.
El conteo de las víctimas es interminable. Las historias se traspapelan detrás de los números y los detalles se confunden de tan parecidos.
De acuerdo a cifras oficiales, en 16 años, del 2000 al 2016, dos mil 761 mujeres han sido asesinadas en el Estado de México, que hoy se disputan políticos prominentes y aliados del Grupo Atlacomulco (al que pertenecen Enrique Peña y Alfredo del Mazo, su primo a quien le busca pasar la estafeta), con aspirantes surgidos de movimientos emergentes y partidos tradicionales.
Las cifras incluyen las 922 muertas del gobierno de Enrique Peña y las mil 658 que iban, hasta diciembre del 2016, en la administración eruvielista.
“Que sepan que en el Estado de México a las mujeres no se les toca ni con el pétalo de una rosa”, repite el gobernador en otro escenario mientras que la frase todavía retumba en los muros del Palacio de Gobierno, donde los expedientes de las muertas de su administración se desbordan.
LA MINICAPITAL DE LAS “MUERTAS DE ERUVIEL”
El grafiti de una mujer de espaldas e inclinada hacia el frente, con la falda de su vestido amarillo flotando hacia arriba haciéndola exponer sus partes íntimas a los transeúntes, da la bienvenida a Ciudad Cuauhtémoc, la minicapital de los feminicidios mexiquenses, donde la vida de las mujeres, no vale nada.
De los 44 feminicidios y homicidios dolosos de mujeres que se registraron durante el 2016 en este municipio, al menos diez ocurrieron en esta populosa zona, controlada por sicarios y grupos delictivos, que al paso del caótico circuito, van cobrando “derecho de piso” a comerciantes o microbuseros y vidas humanas que se les resisten.
La inusual imagen de la joven del vestido amarillo en la esquina de Privada de Xicohtencatl y Circuito Cuauhtémoc, a unos pasos del Conalep, marca la entrada a una de las zonas urbanas más violentas del país, catalogada como la peor ciudad para vivir por el reciente estudio del Gabinete de Comunicación Estratégica.
Ecatepec es, además, el municipio más poblado de México con 1.6 millones de habitantes y el padrón más grande, un millón 202 mil 259 votantes potenciales. De acuerdo a Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en 2012 el 40.8% de sus habitantes estaba en condiciones de pobreza y 107 mil más en condiciones de pobreza extrema.
Su tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes es de 35.9, casi el triple de la media nacional que es de 13.07% y es, de acuerdo al Observatorio del Feminicidio y el INEGI, es el municipio donde se registra el mayor número de muertes violentas de mujeres de todo el país, pero por su fuera poco también es, la "patria chica" de Eruviel.
Por eso aquí, en el epicentro de la violencia mexiquense, no se recorren ni 300 metros cuando comienza el desfile de cortinas cerradas, una tras otra a plena luz del día. Las cortinas de acero aparecen clausuradas con grafitis nocturnos que quedan como sello de las vidas ahí marcadas por los llamados “renteros”, los nuevos grupos del crimen organizado que se disputan el control de la zona a punta de metralla.
Farmacias, lonjas, panaderías, tortillerías, zapaterías y hasta puestos semifijos de chatarra y golosinas, dejaron de operar debido simplemente a que sus propietarios murieron ejecutados como resultado de la estrategia de terror implantada aquí por “los renteros” o huyeron al resultarles incosteables las cuotas de 15 a 20 mil pesos mensuales que les exigían.
En la parte más alta del circuito, ahí donde se encuentra una Iglesia y el módulo de seguridad de la Avenida Poetas, el enorme grafiti de una calavera estampada en el piso del mirador, corona literalmente esta ciudad del crimen. Justo ahí a la vuelta, a media cuadra y a unos pasos de uno de los tantos "botones de pánico" que instaló Eruviel cuando fue alcalde pero que están inservibles, murió en meses recientes una amable ama de casa que salió a abrir la puerta y recibió un tiro directo en la cara.
La asesina llegó a preguntar por “Jose”, ella asintió pues su nombre completo era Josefina, la contra respuesta le llegó en un disparo de frente y luego, la joven sicaria huyó a toda velocidad junto con un cómplice, bordo de una moticicleta.
Allá abajo, los vecinos cuentan el caso de otra doctora baleada en su farmacia que se negó a pagar el derecho de piso. Alfredo, un chavo punk que junto con su mejor amiga Adriana platican afuera de un modesto local, aseguran que los feminicidios vienen por oleadas, aunque los hombres también temen por su vida, pues aquí nadie se salva.
“El mayor riesgo que corremos nosotros es que nos asalten y en el trance te maten”, dice.
“Estamos frente a una tragedia monumental sujeta a voluntades políticas”, asegura Xochitl Arzola, la activista de “Mujeres en Cadena”, que se ha encargado de llevar el recuento de las “muertas mexiquenses” y acompañar, como se pueda, a los sobrevivientes de cada feminicidio que se registra en la zona, revictimizados o estigmatizados, una y otra vez, por autoridades y vecinos, “porque aquí, hasta morir violentamente es mal visto”.
De los 72 feminicidios que se reportan este año hasta el 17 de abril, 14 ocurrieron en Ecatepec, siete en Neza y cinco en Naucalpan.
LA INEFECTIVIDAD DE LA ALERTA
Aquel niño ecatepense que añoraba ser gobernador y 40 años después lo logró al imponerse con amagos políticos al hegemónico Grupo Atlacomulco, lo que de seguro nunca soñó es que rompería todos los records de impunidad feminicida, pues mientras a su antecesor Enrique Peña le asesinaban 12.8 mujeres por mes, al “exvidrierito” le matan 16.4 cada 30 días.
Por eso mientras Del Mazo se toma una selfie desde los aires del teleférico, las realidades del fenómeno feminicida caen como plomo, 90% de impunidad en todos los casos; 58.13% de las víctimas en Ecatepec fueron localizadas en las calles; 23.64% en sus domicilios; 5.03% en automóviles y 10.46% en otros lugares, como negocios o ríos de aguas negras o tinacos. En 2015 se localizaron 40 cadáveres en el Río de los Remedios, al menos la mitad de mujeres.
Por eso a casi dos años de que se adoptó la Alerta de Género en once municipios, los resultados de la alerta son nulos, e incluso adversos, pues los feminicidios han aumentado hasta un 10% en algunos de estos, como Ecatepec y Chimalhuacán, mientras que en otros el decremento es marginal, pero con estadísticas no fiables.
La alerta es un absoluto fracaso asegura Ana Yuritzi Leyva Piñón, secretaria general del partido PRD, pero uno de las más férreas impulsoras de la iniciativa para que la alerta se imponga en todo el territorio, pues si bien no ha dado resultados “ha permitido colocar el tema en la agenda nacional y hacerlo visible”.
Otros conocedores del tema hacen un apretado balance: Por ningún lado operan las “agrupaciones municipales o mixtas especializadas en seguridad pública”, ni las células de “reacción inmediata”; los protocolos de actuación y reacción policial en materia de “violencia de género o personas desaparecidas” no se aplican ni otra treintena de medidas que contempla el documento, coinciden Xochitl Arzola y el periodista Gabriel Salazar.
Tampoco se “investigan todos los casos exhaustivamente” como ordena la alerta, sino que los pocos que se resuelven, se debe a la investigación directa de los familiares, obligados a convertirse en improvisados “Sherlock Holmes”, a quienes abiertamente los ministerios públicos –como ocurrió con los familiares de Marisela Calixto Sanabria, asesinada en Coacalco- les dijeron: “si quieren investiguen por su cuenta” y lo hicieron.
Allá abajo mientras tanto, flota el Teleférico Mexicable sobre la ciudad del crimen de Eruviel, apenas antes de aterrizar en la estación Hank González, los rostros monumentales de una madre y su hija pintados sobre las paredes de un multifamiliar, miran con ojos sufrientes a un Del Mazo que por fracciones de segundo pasa volando sobre la Cañada, mientras graba el spot electoral del día. Le acompañan dos mujeres a quienes presume el teleférico, pero no habla de sus congéneres muertas, el mayor problema sin duda de la región.
Dos estaciones arriba entre Cerro Gordo y la colonia Esperanza, cae aquella tarde luminosa sobre un solitario cementerio de cruces rosas que se funden con las favelas ecatepenses.
21 Comments
Que mal está todo, pero vemos con tristeza, dolor y rabia tanta impunidad y como gobiernos van y vienen y todo sigue mal y por más que busques como salir de este municipio a donde vayas es igual. Como dijo un escritor México va a ser la segunda Colombia y nunca le creyeron.
Gracias por tu comentario Anónimo. Saludos!
Excelente texto, felicidades. Y gracias por hacer visible lo que los gobernantes hacen invisible.
Muchas gracias Jk, si puedes compartirnos sería fantástico, queremos que conozcan nuestros trabajos de investigación, saludos!!
Claramente el problema más grave de México son los propios mexicanos desde los pésimos e ineptos gobernantes hasta la misma población indolente,insensible y maleducada que tiene todo el pais aun más en el estado de México y particularmente en ecatepec que lamentable situación
Si es muy lamentable lo que ocurre, muchas gracias por tu comentario.
Un dato difícil de creer como el solo pensar en la repentina muerte de la ex esposa del Gobernador… Una historia ya vista quizás el feminicidio más claro de esta administración
Muchas gracias por tu comentario Gaby, si es terrible lo que está pasando en Edomex.
Gracias por leernos Gaby, si la situación que vive el Edomex es lamentable.
Estimada Teresa, nada más acertado que tu escrito. Yo vivo en Tultitlan, a escasos 20 minutos de Ecatepec. Es cuestión de horas para enterarte día a día, el nuevo “accidente” que ocurrió. Que encontraron a Fulanito muerto, que balearon a Sutanito, que secuestraron a Menganito. Y no es por hacer menos sus vidas, pero siempre el motivo fue “un ajuste” y le das vuelta a la página.
La situación que de verdad lo que hiela la sangre, es cuando alguna madre desesperada, busca a su hija que no llego de la escuela, y de pronto los comentarios de “se fue con el novio” retumban. Y es que, estamos perdiendo la sensibilidad. Ya no es novedad que alguien llegue contándonos la nueva y lo tomemos como el pan de cada Día. Por eso te agradezco, les (nos) recuerdas el problema tan grave que se sufre en el Estado de México y sobre todo, que no es normal.
No es normal salir con miedo a la calle esperando no ser la siguiente, no es normal enterarte que gente que conocías los mataron por “ajuste de cuentas” cuando sabías que eran personas honestas y solo dando esa justificacion cierren el caso, y sobretodo no es normal que exista tanto odio.
Nuevamente gracias.
Saludos.
Gracias Zaida por tu comentario. Efectivamente, no podemos aceptar la “normalización de la violencia”, no puede ser!, no es normal. Gracias.
Dolorosa pero cierta, la realidad es apabullante y lo plausible de tu nota es la valentia de haberla hecho de ahi en fuera es una tristeza leer algo asi. Gracias por la estadistica infame y solo te deseo que te cuides y que ojala tu nota retumbe en los oidos de alguien que ponga un fin a tanta atrocidad.
Gracias. Si me cuidare. Bryan si gustas puedes dejarnos algún correo para enviarte nuestras actualizaciones. Si tienes información que puedas compartirnos para darle seguimiento a este reportaje, porfavor escríbenos a este correo: maritel17@hotmail.com
excelente reportaje , pero tenemos que dar mas y mucha gente de este municipio esta dispuesta colaborar y ayudar
Gracias Bryan, si tienes más información o personas con las que podemos ponernos en contacto para continuar investigando el tema, por favor escríbenos al siguiente correo: maritel17@hotmail.com
Esta muy bien hecho realmente son muchas las muertas de mi Ecatepec, pero cuántas más no son contabilizadas….. Lo mal que ha de estar el marco jurídico contra estos feminicidios y la ineficacia de los policías, peritos etc. Dejan impune a estas mujeres, sus hijos y demás familiares. Gracias.
Tienes razón Gabriela, de hecho el problema de fondo es la impunidad. Gracias por leernos, si te interesa recibir nuestras actualizaciones porfavor autorizanos un correo. Gracias.
Muy amplio el reportaje, me gustaría sabet si hay una investigación en el D.F. sobre el tema. Gracias y de por hecho que lo compartire pues estå información parece que a muchas personas les es ajena o simplemente lz omiten buscando unicamente el “morbo” ignominioso en l nota roja.
Gracias por leernos y compartirnos Flores Valeris. No tenemos aún información de feminicidios en el Distrito Federal Es buena idea, lo vamos a comenzar a planear. Saludos!!
saludos, excelente trabajo
Gracias!