Para algunos parecerá necio y hasta ridículo analizar el proyecto económico y políticas de gobierno DE cada aspirante a la gubernatura o a la Presidencia, pero es trascendental que la población se tome unos minutos para saber a quiénes coloca en los cargos clave.

Acostumbrados a una realidad que nos presenta toda una serie de dificultades de mañana a noche y hasta dormidos, nos parece lejano, imposible, como un cuento de película donde podamos contar con ambientes armónicos, acceso a benefactores, y tener otras preocupaciones en mente, como ocurre en países que pudiéramos llamar “avanzados”.

Pero la diferencia no está tan lejos, sólo se trata de contar con un modelo económico y políticas públicas que tengan como eje el bienestar de la población, tal como lo hizo Alemania en donde muchas de sus ciudades quedaron destruidas, con fuertes cargos que pagar y hasta con el estigma de genocidas.
Aquí el presidente Lázaro Cárdenas y el general Manuel Avila Camacho gozaban de factores positivos de crecimiento, además de tener un territorio nacional parecido al cuerno de la abundancia.

Tras salir del llamado “milagro mexicano” y hasta el rimbombante anuncio de aquel presidente sobre que nos preparáramos para “administrar la abundancia”, época en la que el salario mínimo llegaba a su cúspide histórica y de ahí en adelante viene en caída libre, México llegaba a un punto donde sus gobernantes voltearían a ver otros modelos económicos “modernos” que aseguraban –según ellos- un crecimiento que acabaría de una vez por todas con la pobreza.

Pocos observaban que la promesa de crecimiento era soportada por los remanentes de la producción del sector primario –agropecuario- que tuvo un fuerte impulso desde el Cardenismo y hasta finales de los setenta; por otro lado, el crecimiento en el costo del barril de petróleo creaban un espejismo que se vino abajo con el desplome de los precios del crudo y un campo al que se le exprimía por un lado y por otro, carecía de apoyos eficientes.

De pronto, un balde de agua fría nos vino encima: el proyecto económico y las políticas públicas no servían y carestía se hizo presente, y pese a ello no se cambió el rumbo y se insistió en la economía de mercado y el sostenimiento de un gobierno que era saqueado por todos lados.
Aún era tiempo de emplazar al pueblo y pedirle que se sumara a un programa de mediano y largo plazo para entrar al camino del desarrollo sostenido. Se necesitaba un mejor manejo de la economía y políticas educativas que contaran con presupuestos suficientes y un manejo eficiente del mismo.
De igual forma, políticas de mediano y largo plazo para el sector primario, el campo y el secundario, el industrial. Sin embargo, no se hizo así, sino todo lo contrario, se ocultaron los problemas y se cometieron otros que sólo han servido para llevar las pérdidas a las mayorías y las ganancias a un pequeño grupo.
Los colores de los partidos y sus personajes son sólo distractores de lo verdaderamente importante.

Llanto
Es lamentable que el gobernador Eruviel Avila aproveche un vacío en la legislación electoral para promocionarse en internet. También es lamentable que siga promocionando su imagen en televisión.
Lamentable también es que haya lanzado una campaña con anuncios espectaculares para promocionar supuestamente una campaña de donación de sangre, pero que evidentemente tenía mensajes y colores que llamaban a votar por el candidato del PRI.

Alegría
Causó hilaridad el llamado del candidato del PRD, Juan Zepeda para que su competidora de Morena, Delfina Gómez, declinara por él, cuando los números no le alcanzan.

Charada
Hay que tener cuidado de no caer en el juego de las encuestas –otra vez- por sus efectos en el ánimo de la población. Curiosamente se percibe una insistencia en que el candidato del PRD, Juan Zepeda, es el caballo al que se debe apoyar, claro, con el fin de restarle preferencias a la abanderada de Morena.