En esta primer colaboración para The Observer, quiero agradecer de manera particular a María Teresa Montaño por la invitación y la confianza para un servidor en este espacio, en espera de que la información y contenido sea de utilidad e interés para una sociedad cada vez más informada sobre los temas de coyuntura en el México de hoy.

Comienzo esta participación comentando respecto a una serie de eventos y problemas que han sido parte de las notas periodísticas más relevantes de los últimos días, y es que no se pueden tocar todos y cada uno por las dimensiones que ello implica, pero que son muestra clara de la descomposición social, política, económica, de inseguridad etc. que sufrimos a diario y que no pasan de ser noticias sin mayor trascendencia.

La semana pasada, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, a través de un comunicado reveló la existencia de vínculos entre el futbolista Rafael Márquez y el cantante Julión Álvarez con Raúl Flores Hernández, un narcotraficante ya detenido, quien era jefe de la organización delictiva “Los Flores”. Por lo que dicha agencia tomó la determinación de congelar todos los bienes de ambos personajes bajo la jurisdicción de los Estados Unidos y prohibir a los ciudadanos estadounidenses realizar cualquier transacción con ellos, durante el curso de las investigaciones.

Ante dicha afirmación, los involucrados salieron a la escena en redes sociales y conferencias de prensa de manera pronta, argumentando su desconocimiento y descontento por las acciones emprendidas en su contra. Sin embargo, el golpe mediático y de la justicia norteamericana ya estaba dado.

No obstante la desilusión y desánimo por lo acontecido, en México, la Unidad de Inteligencia Financiera de la SHCP ordenó bloquear 66 cuentas bancarias abiertas en las que participan Rafael Márquez y Julión Álvarez, un problema más para estos reconocidos personajes del deporte y el espectáculo, respectivamente.

Lo bochornoso de este tema, surge cuando el Presidente de la República elimina de su cuenta de Instagram una foto en la que se encuentra acompañado por Julión Álvarez y Manuel Velasco en un recorrido por el Cañón del Sumidero, en el estado de Chiapas. De tal suerte que los comentarios, memes y demás contra el Presidente no se hicieron esperar, siendo objeto de burlas y acusaciones por demás burdas.

Con este ejemplo, de lo que es un tema quizá relevante para algunos e insignificante para otros, nos damos cuenta que en nuestro país sabemos sobredimensionar para ocultar, generar distractores, cortinas de humo o bien, tapizar noticias realmente importantes con otras menos significativas. Lo comento porque hay temas de gran trascendencia en el estado y el país que se han diluido, tal es el caso de la entrega anticipada de la constancia de mayoría a Alfredo del Mazo, que lo acredita como gobernador electo del Estado de México; el dictamen por parte de peritos independientes sobre el socavón del paso express en Cuernavaca, donde las responsables son las empresas y no la Secretaría de Comunicaciones y Transportes del Gobierno Federal.

Nos hemos olvidado por un momento de la grave crisis diplomática a la que nos ha llevado nuestro canciller Luis Videgaray con el gobierno venezolano, de la desventajosa renegociación del TLC o NAFTA, por sus siglas en inglés; los casos de los gobernadores de Veracruz, Quintana Roo, Sonora, Chihuahua, etc., han quedado en el olvido; ni qué decir del espionaje a través del malware PEGASUS, quizá a nadie afecte en gran medida; la corrupción por los casos OHL y OBERTRECH; y si nos vamos más atrás, Ayotzinapa, Gasolinazos, la casa blanca, etc.

Esto es lo que pasa en México, la desmemoria y el olvido son parte de la cotidianidad. Para pocos es importante resolver los grandes problemas nacionales, como la inseguridad, la pobreza, el combate a la corrupción, los derechos humanos, el crecimiento económico, la inflación, el desempleo, los salarios y el desarrollo, entre muchos otros. Por tanto, es momento de tomar cartas en el asunto, generar una agenda nacional que priorice estos y otros temas rumbo al 2018 y no sea solo la parte electoral la que tome relevancia.

Aquellos que tengan estos elementos con respuestas claras y contundentes de atención, serán quienes logren el interés ciudadano, y quizá, representen una esperanza de salir de la situación en la que nos encontramos. Lo demás, sigue siendo noticia.