(2a Parte)

A menos de 15 días de haber asumido el cargo, el futuro inmediato para el gobernador Alfredo del Mazo Maza podría ser poco alentador, pues políticamente llega débil, con escaso respaldo social y la posibilidad de que en 2018, no logre la mayoría en el Congreso Local, potenciando así el riesgo latente de ingobernabilidad, una sombra que le perseguirá como un peso los próximos meses.

Pero no solo eso, también llegó el 15 de septiembre con un presupuesto acotado y el peso de un gobierno que se convirtió en una “papa caliente”, marcado por la opacidad y la falta de resultados contundentes, un gobierno ineficaz, que inexplicablemente tuvo la mayor disponibilidad de recursos en la historia del Estado, pero que no logro disminuir la pobreza, atender la inseguridad y parar los feminicidios, solo por citar algunos focos rojos. Ese fue el legado que llegó a administrar Del Mazo.

Así lo consideró el politólogo Juan Carlos Villarreal Martínez, al hablar del escenario que se vislumbra para el nuevo mandatario, quien desde su perspectiva aterrizó a la gubernatura con un ambiente adverso, el mismo que pesa sobre el PRI y el presidente –su primo- a nivel nacional, pues dicho de otro modo, 8 de cada 10 votantes –incluidos los que no votaron el pasado 4 de junio-, no lo favorecen ni están de su lado, lo que complica aún más su legitimidad.

Villarreal Martínez lo explica así: “A cualquiera que hubiera ganado la elección, hubiera dejado muy débil al gobernador que llegara, ¿por qué?, porque aunque ciertamente la participación fue del 53 por ciento quien gana la elección, gana con apenas una quinta parte de los electores que potencialmente pueden participar en la elección. Tomando en cuenta que si en el estado de México hay 10 millones de electores, voto más de 53% estamos hablando de poco más de cinco millones y de estos cinco millones el que gana, gana con escasamente el 30% que son un millón 800 mil votos; un millón 800 mil votos, respecto de los 10 millones es una proporción muy baja, pero así se gana en el Estado de México y así se gana en el país. Sin embargo esto genera una escala de presiones y de inconformidades, porque digamos que técnicamente en México 8 de cada 10 están en contra del ganador”.

Destacó que la fragmentación del voto es un fenómeno internacional, con registros como en Francia, España y otros países del primer mundo, mientras que en América Latina comienza a replicarse, con sus consecuencias y riesgos para quienes ganan elecciones, pero con márgenes mínimos, como ocurrió aquí.

Indicó que ante esta situación existen alternativas que han comenzado a vislumbrarse y que en México y la entidad mexiquense ya tienen sustento jurídico, tal es el caso de los “gobiernos de coalición”, que en el caso del Estado de México, pudo haber sido una alternativa para Alfredo del Mazo, sin embargo aún no es tarde, ya que los “gobiernos de coalición”, no implican necesariamente la inclusión de gente de oposición directamente en el gabinete, sino que consiste en entrar a un proceso de conciliación y negociación para acordar programas, presupuestos y políticas. Esa es la otra alternativa, refirió el también escritor.

“Del Mazo llega entonces con un ambiente, adverso, que es el ambiente que priva para el PRI a nivel nacional, y con la amenaza de no obtener una mayoría parlamentaria en el 2018, y si no obtiene una mayoría parlamentaria, francamente va a tener un gobierno muy complicado”, refirió.

Para ejemplificar las complejidades políticas de Del Mazo, el también director del CEPLAN, destacó que con los resultados del 2017, traducidos distritalmente, es un hecho que el PRI no tendría mayoría en una hipotética Legislatura.

¿Y COMO SE FUE ERUVIEL ÁVILA?

Por otra parte, desde la óptica del especialista, la herencia de Eruviel a Del Mazo no solo es mala, en términos de resultados, sino una gran sombra que le podría costar la gobernabilidad el año próximo.

“Si lo ves desde la óptica de resultados, este gobierno es el que tuvo la mayor cantidad de presupuesto público en la historia del estado”, sin embargo, acotó, no fue un gobierno que dio mejores resultados, como se habría esperado.

Destacó que se trató de un gobierno poco transparente, tanto que actualmente el Poder Legislativo del Estado de México, como el Poder Judicial –integrados como parte del gobierno- son los más opacos del país, mientras que en el combate a la corrupción la entidad se encuentra en los últimos lugares, en competitividad a la mitad de la tabla nacional, en tanto que en seguridad se encuentra en uno de los peores sitios.

“Si lo vemos en términos de competitividad, el edomex está abajo de la media tabla, en inversión extranjera directa no nos va tan mal, pero no estamos en los primeros cinco lugares, si lo ves en términos de desarrollo social el número de pobres en el gobierno de Eruviel en lugar de disminuir aumentaron y la seguridad es el gran reclamo”.

Añadió que por si fuera poco, temas claves como el “feminicidio”, crecieron en la administración de Eruviel Ávila y ahora son más cruentos, lo cual dijo, no es culpa directa del gobierno, pero es un hecho, añadió que en esa gestión hubo recursos e instituciones para atender el fenómeno, pero lo que no hubo fueron resultados.

“La óptica de los resultados francamente arroja un gobierno muy mediocre el de Eruviel Avila, algo que le pegó a Alfredo del Mazo en los resultados. No hay una explicación racional que explique por qué en la zona metropolitana en donde hubo una cantidad muy significativa de recursos públicos, el partido en el poder perdió de una manera tan contundente, eso es eficacia política simplemente”, puntualizó.

Villarreal Martínez concluyó que Del Mazo “recibió un gobierno con muy malos resultados, un triunfo electoral muy magro, una inconformidad social muy fuerte y una estructura burocrática que desde el 2005, desde la época de Arturo Montiel, se orienta a ganar elecciones, pero no a ser eficiente en el servicio público”.