Pese a lo terrible del caso de Fátima, este sigue sin tener un cierre definitivo, ya que a dos años de su desaparición, solo hay una sentencia condenatoria, una extraña sentencia de libertad a favor de a uno de los inculpados, mientras que el tercero está con un pie en la calle, pues ya alcanzó la mayoría de edad y por ley puede abandonar el penal para menores infractores en cualquier momento.
Lorena Gutiérrez, madre de Fátima, resume con una voz que resuena en una especie de alarido ahogado, el impacto que ha dejado en su familia, la desaparición de su hija, porque en el Estado de México, simplemente no opera la justicia. Porque en Edomex no hay nada que celebrar este 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
Fátima, quien era alta y fuerte, pero sin dejar de ser una niña, enfrentó a tres hombres el día de su desaparición. Tras salir de la escuela secundaria donde cursaba apenas el primer año, abordó el autobús para dirigirse a su comunidad en Lerma, tras bajar se encaminó a casa y al paso se topó con tres vecinos a quienes conocía desde su primera infancia. Aún no se sabe cómo, pero todo parece indicar que esos tres vecinos la arrastraron con violencia hasta un paraje ubicado a no menos de 200 metros de su casa.
A Fato la acuchillaron en el rostro y el cuello para sujetarla, le quebraron las muñecas y los tobillos; la violaron con un cuchillo, le abrieron 30 centímetros el pecho; la picaron 90 veces, le sacaron un ojo y tajasaron su rostro y sus piernas. Aun así no murió, quedó con vida, por lo que los asesinos lanzaron sobre su cabeza tres piedras de más de 30 kilos cada una. Lucho hasta el final por su vida, así quedó reflejado en la necropsia de ley, pues la causa de la muerte no fueron todas las lesiones que le infringieron sus homicidas, sino un profundo traumatismo craneoencefálico.
Lorena ha narrado tantas veces y ante tantas autoridades esta escena que ocurrió en no menos de 40 minutos, que parece desfallecer cada vez. Fátima ya no está,
pero el dolor no ha cambiado.
De los tres sujetos implicados y ubicados en la escena del crimen el mismo día de los hechos, uno fue puesto en libertad, de nombre Juan Hernández Cruceño, mientras que Luis Angel Atayde Reyes, recibió una sentencia de 73 años de prisión y otro más, menor de edad, Misael Atayde, ya está con un pie en la calle, pues era menor de edad cuando ocurrieron los hechos.
De acuerdo a los padres de Fátima, quienes siguen peleando por justicia, la juez Janet Patino García desestimó las versiones que inculpaban a José Juan Hernández Cruceño, pero a Luis Ángel Atayde Reyes, con las mismas pruebas y declaraciones le decretó 73 años de prisión.
Explicó que un video de mala calidad fue la "prueba" que aportó José Juan, para salir libre, sin embargo, dijo, se trata de una cinta imposible para el mundo, pero no para la la juez, quien al momento es la única que ve en él, la supuesta llegada de Hernández Cruceño a su centro laboral el día de los hechos. Ni los testigos, ni los familiares e incluso ni el MP, pueden precisar de quién se trata el bulto que aparece en la cinta.
Curiosamente la propia Fiscalía General de Justicia del Estado de México, impugnó el caso, es decir la determinación de la jueza del Poder Judicial de la entidad, “pues es incomprensible que con las mismas pruebas y bajo las mismas circunstancias a uno lo haya condenado y a otro puesto en libertad”, confirmaron fuentes de la dependencia, las cuales señalaron que esperan una rectificación en este caso.
El otro homicida, el menor de edad, Josué Misael, ya cumplió 20 años y podría ser puesto en libertad en cualquier momento, él ni siquiera fue juzgado, indicó Lorena.
La familia de la víctima presume algún tipo de acuerdo "por lo bajo", debido a los antecedentes a la juzgadora, quien habría librado en 2013 a Oscar Osnaya Cruz, servidor público del ayuntamiento de Nicolás Romero, acusado de violar a una niña de 11 años de edad.
La madre de Fátima, lamentó la resolución de la juzgadora, no solo porque es infame, señala, sino porque pone en peligro a otras mujeres, ya que José Juan Hernández, de acuerdo a indagatorias de la familia, fue no solo partícipe material del homicidio sino que al parecer es el autor intelectual, toda vez que ya tenía lista, incluso, una coartada, aunque de mala calidad.
Entre las pruebas que logró recabar la familia, se encontraban las ropas ensangrentadas del agresor al que se le decretó la libertad el pasado mes de junio, mismas que fueron proporcionadas a su vez por un pariente de él. Al parecer a nadie se le ocurrió hacerle exámenes periciales a esa ropa, la madre de Fátima fue ninguneada en todos lados al intentar exponer sus propias pruebas ante diversas autoridades.
DE VÍCTIMAS A ACTIVISTAS, EL DESTINO DE LAS MADRES SIN HIJAS
El impacto de este feminicidio no se reduce a la desaparición de Fátima. Su mamá, su papá y sus hermanos, tuvieron que marcharse, tras recibir amenazas. La indolencia de las autoridades y las amenazas de los familiares de los homicidas, los forzaron a dejar trabajo, amigos, casa y vínculos de todo tipo. Se marcharon.
“Somos desplazados de la violencia del Estado de México, no podemos entrar, ni vivir ahí”, resumió Lorena.
La irreparable pérdida de Fátima, ha transformado a su madre en una activista, en cada movilización que hay para exigir justicia por alguno de los miles de casos que desbordan a la Fiscalía General de Justicia de la entidad desde hace 10 años, ahí aparece Lorena, con su voz ahogada, pero bien plantada, decidida a obtener justicia.
"No me van a parar, no me van a callar, es lo menos que puedo hacer por mi Fátima”, señala está mujer endurecida de tanta pena.
Ahora la víctima se transformó en activista y una muy dura. Reconoce que la violencia femicida en Edomex ha alcanzado niveles de locura. La injusticia campea por todos lados. Durante el gobierno de Eruviel Avila, que se convirtió en una pesadilla para las madres de las víctimas de feminicidio, Lorena, como muchas madres, solo encontraron portazos, absoluta cerrazón y hasta burlas. Ni siquiera las mujeres burócratas se tocaron el corazón, recuerda.
“Nosotras como madres de víctimas de feminicidio, esperaríamos que las mujeres que están en el gobierno del Estado ocupando puestos importantes, tengan tantita empatía con nosotros y no es así. Son nuestras peores enemigas, todas estas mujeres que están en los cargos públicos, como ella, la juez o como la juez de la Quinta del Bosque, que también no nos trata muy bien a nosotras como mamás de las víctimas, a menos en mi caso me victimizó y violentó mis derechos como mamá de Fátima...”.
De acuerdo a cifras oficiales, a la fecha desde el 2011, hay 202 casos de feminicidios “judicializados”, de los 354 feminicidios reportados desde el 2011, pero solo 101 sentencias. Por alguna razón, hasta el pasado miércoles 22 de noviembre, cuando fueron consultadas las cifras oficiales, los feminicidios correspondientes a octubre no habían sido agregados, no obstante se trata del mes más violento en la historia reciente, de acuerdo a datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), publicados el pasado 21 de noviembre.
Tan solo en el gobierno de Eruviel Avila, mil 600 mujeres fueron asesinadas y más del 75% de los casos están impunes, esto incluyendo los casos catalogados como feminicidios.
Para tener un mayor panorama de la situación de los feminicidios en Edomex, favor de consultar el siguiente gran reportaje:
https://www.theobserver.mx/2017/05/16/las-muertas-de-eruviel-en-ecatepec-ciudad-del-crimen/
Más sobre violencia de género en Edomex en el siguiente link:
https://www.theobserver.mx/2017/08/19/se-dispara-violencia-contra-las-mujeres-en-edomex-75-3-sufren-han-sufrido-violencia-inegi/