24 de junio de 2018

El candidato oficial a la presidencia de la República, José Antonio Meade, encabezó en la capital mexiquense, un gélido cierre regional de campaña pese a saturar con las estructuras del tricolor y miles y miles de acarreados, la Plaza Cívica de Toluca, donde hizo un apretado recuento de sus principales ofertas de gobierno en materia de educación, salud, empleo y seguridad, pero sin resonancia contundente en la gente.

En un ambiente abarrotado, con la presencia de unos 22 mil priístas procedentes de toda la entidad y Ciudad de México, pero a los que no prendió ni electrizó lejanamente, el aspirante del tricolor ofreció a las mujeres más guarderías de tiempo completo, más empleo y mayor seguridad, pero no mencionó el fenómeno de los feminicidios que está purgando a las mexiquenses.

Meade estuvo arropado por la clase política mexiquense, encabezada por el gobernador Alfredo del Mazo Maza; exgobernadores, como César Camacho y Eruviel Avila Villegas; además de los directores generales de organismos federales como PEMEX, Conagua, ISSSTE; así como candidatos al Senado, a diputados federales y alcaldes.

Miles de personas procedentes de los más distantes municipios, arribaron al centro de la ciudad desde muy temprana hora, para ser acomodadas en bloques y en estructuras que envolvieron el lugar, el cual también fue bordeado por enormes pantallas, cuyo fin era darle mayor espectacularidad a lo que se esperaba un cierre impresionante, pero que terminó en una de las clausuras de campaña presidencial, más fría de los que se tenga memoria aquí, justo el corazón del Grupo Atlacomulco, solo comparable con el cierre de campaña del propio Alfredo del Mazo, el año pasado

Pese al monumental escenario, Meade Kuribreña, no logró prender a la gente. Caras largas, brazos caídos, fastidio y aburrimiento en cientos, sino es que en miles, es lo que prevaleció en el mitin de este domingo, donde el aspirante priísta pidió a la gente tocar puertas y pedir el voto para él entre familiares, amigos y vecinos.

En un discurso que utilizó como pie una y otra vez el consabido “¡vamos a ganar!”, Meade auguró un triunfo a ritmo de “batucada”, con la que llegará dijo junto con el líder nacional del PRI, Rene Juárez Cisneros, el primero de julio.

Reitero ofrecimientos como llevar a la cárcel a los delincuentes; que sí haya medicinas al cien por ciento en hospitales y que estos “estén ocupados al cien por ciento” y justicia para todos.

“Hoy vemos un México preocupado por la inseguridad, no podemos acostumbrarnos a vivir con miedo, seremos serios en apostarle a la prevención, a la disuasión, vamos por un México, en donde el ciudadano sepa que cuando denuncie se va a investigar y que el delincuente sepa, que cuando se violente la ley, lo vamos a castigar…”, grito un José Antonio Meade, como quien grita enmedio el desierto.

Mary Delgado