Desaparecen del mapa...
Pareciera que la lógica de las desapariciones en Edomex es sui géneris y está más ligada a los traficantes de humanos (para explotación sexual y laboral, probablemente) que a la victimización por delincuencia organizada.
De acuerdo a datos aportados por la investigación periodística “
México, país de Fosas”, de las periodistas Alejandra Guillén, Mago Torres y Marcela Turati, de las mil 978 fosas reportadas por autoridades de 24 estados de la República, a través de cientos de solicitudes de información –para documentar entierros clandestinos desde el 2006 al 2016-, solo siete fosas con diez cuerpos, fueron reportadas por autoridades del estado de México.
No obstante, en Edomex hay reportes de tres mil 980 personas reportadas como desaparecidas hasta el pasado mes de abril, según el último reporte del el Registro Nacional de Personas Desaparecidas (RNDPD) de la SESNSP, en su más actualizado informe que data de abril del 2018.
Entonces, ¿a dónde se van los desaparecidos del Estado de México, si no hay fosas?
La diputada y activista, Guadalupe Mariana Uribe Bernal, en la entidad mexiquense, consideró que hay suficientes indicios que apuntan hacia organizaciones criminales dedicadas a la captación –mediante desaparición forzada-, de mujeres y hombres jóvenes, para destinarlos a explotación sexual. No puede haber otra explicación, pues las adolescentes se esfuman.
Entrevistada tras asistir a una sesión del pleno de la LX Legislatura, la nueva diputada –una de las más jóvenes que tiene el Congreso Local, asegura que frente el creciente fenómeno y las cifras de desapariciones que van en aumento, lo que queda claro es que las dependencias encargadas de la búsqueda y localización, pero también las encargadas de proveer seguridad, han fracasado. Es una auténtica tragedia, sostiene.
Otras activistas como Carmen Zamora alertaron que el Estado de México enfrenta una auténtica “crisis humanitaria”, derivada de los feminicidios, asesinatos de mujeres, homicidios dolosos y desapariciones forzadas que registra la entidad, como una espiral sin fin de muerte y violencia.
Cabe destacar que las cifras de desapariciones del SESNSP, señala que el estado de Tamaulipas, presenta el primer lugar nacional en desaparición de personas hasta abril pasado, con cinco mil 990 reportes; le sigue el Estado de México con tres mil 980; Jalisco en tercer lugar, con tres mil 362 personas reportadas como desaparecidas y Sinaloa, en cuarto, con tres mil 27 casos.
No obstante, a diferencia de esos estados, donde el informe del proyecto periodístico “A dónde van los Desaparecidos”,
logró documentar docenas y cientos de fosas clandestinas , aquí en Edomex, las autoridades mexiquenses solo reportaron cuatro hallazgos, con un total de 7 fosas y un total de 10 cuerpos.
En Tamaulipas por ejemplo , donde el Registro Nacional de Personas Desaparecidas (RNDPD) del SESNSP, reporta el mayor número de desaparecidos, con cinco mil 990 casos hasta abril pasado, la investigación periodística “México, país de fosas”, documentó a su vez la localización de 280 fosas; en Edomex, un total de siete, aunque hay tres mil 980 desaparecidos; en Jalisco 137 fosas, con tres mil 362 personas desaparecidas; en Sinaloa, 139 fosas con reportes de tres mil 27 desapariciones. Aunque claro, el número de cuerpos y restos localizados en esos entierros clandestinos, es infinitamente menor a la cantidad de personas que continúan con ese estatus.
Asimismo y de acuerdo a los mismos datos duros que arrojó la investigación periodística, mientras que en 23 estados del país, a partir del 2006 se fueron multiplicando las fosas clandestinas hasta el 2016, en el Estado de México, también se fueron multiplicando, casi geométricamente, pero las desapariciones de jovencitas, niños y adolescentes varones, no así los entierros clandestinos, que son prácticamente inexistentes.
Otro dato interesante que lograron obtener las periodistas del proyecto “A dónde van los desaparecidos”, es que en el Estado de México, las únicas 7 fosas reportadas por las autoridades, fueron localizadas en solo un año, 2011, cuando gobernaba Eruviel Avila Villegas, justo el año en que comenzaron a despuntar y propagarse las desapariciones, principalmente en municipios del oriente del Estado de México.
Cabe destacar que las siete fosas reportadas en el citado reportaje periodístico, fueron ubicadas en dos municipios: cinco en Tlalmanalco, con ocho cuerpos en su interior; y dos fosas más en Chalco, con otros dos cuerpos. No hay más, las desaparecidas y desaparecidos en Edomex, han sido
borrados del mapa.