Además, en el transporte público que opera en el Valle de México y CDMX, las zonas más inseguras se encuentran en el Estado de México, en municipios como Ecatepec, La Paz, Chimalhuacán, Tultitlán y Nezahualcóyotl.

Entre más tiempo les tome a los usuarios de transporte público llegar a su destino, más inseguro es. Una persona que se traslada más de dos horas para llegar a su destino principal tiene una probabilidad de reportar experimentar trayectos inseguros de 70%, mientras que esta probabilidad corresponde a 41% para quienes pasan menos de 15 minutos en el trayecto a su destino principal.

De acuerdo con el estudio, la inseguridad en las ciudades del Valle de México está relacionada con la necesidad, en este caso del transporte, pues el 63% de los encuestados declaró usar el transporte público para desplazarse, principalmente mujeres.

Además, las mujeres son las que más inseguras se sienten en el transporte público en general. El transporte más inseguro es el microbús, dado que 90% de las mujeres y 85% de los hombres tiene miedo de ser víctimas de un delito si se suben a este medio de transporte. Los autobuses regulares son el segundo medio más inseguro, 86% de las mujeres y 79%de los hombres tiene miedo al considerar que es probable o muy probable que si abordan a estos pueden ser víctimas de algún delito, sin contar la deficiente habilidad de conducción de los operadores. A pesar de la percepción popular que se tiene en el metro de la Ciudad de México, 66% de las mujeres tiene miedo de ser víctimas de un delito en el Metro, en contraste con 53% de los hombres. A pesar de ello, el número sigue siendo considerablemente alto, sobre todo si se toma en cuenta la existencia de “vagones rosas” para uso exclusivo de las mujeres en el sistema del metro. El Metrobús es considerado relativamente inseguro también, dado que 61% de las mujeres y 51% de los hombres reportan que es probable ser víctima de algún delito.

En contraste, los servicios de transporte que operan mediante aplicaciones móviles tienen una mejor percepción. 21% de los encuestados dijeron que era nada probable y 33% poco probable ser víctima de un delito si se suben a estos medios dominado por las empresas Uber, Cabify y Didi. Esto se explica en parte debido a los filtros que ponen las empresas (por ejemplo, Uber exige haber completado una certificación de seguridad), que incluyen datos que permitan identificar plenamente al conductor del automóvil y calificarlos. De hecho, en el Estado de México el uso de transporte por aplicaciones se vuelve más intensivo para mitigar los riesgos dado que en este territorio es donde la violencia y la inseguridad en el transporte público son particularmente graves. Aunque la estrategia de usar transporte por aplicaciones como mecanismo de protección o por seguridad es igualmente común entre hombres y mujeres, para éstas últimas el acoso sexual es un factor importante que las lleva a utilizar este medio de transporte para mitigar riesgos.

Enfrentados con los servicios de aplicación, los taxis tienen una percepción de inseguridad notablemente mayor, más del 60% de los usuarios encuestados en el estudio respondieron que era muy probable o algo probable ser víctima de un delito en este medio de transporte. Sin embargo, el mismo estudio admite que en el caso de los taxis no hubo una distinción entre los taxis de sitio y los taxis de calle.

Esta percepción de victimización tiene correlación con la realidad. De acuerdo con datos de la Agencia Digital de Innovación Pública, el robo en transporte público ha incrementado de tal manera que se disparó durante diciembre de 2018, alcanzando el punto más alto de la historia. De hecho, los días más riesgosos son de lunes a viernes, cuando las personas se encuentras realizando sus actividades de rutina. Se reportan más delitos entre 6 am y 11 am (hora en que los usuarios se trasladan a su centro de trabajo o escuela) que en la tarde o la noche.

En la misma línea, las zonas más inseguras se encuentran en áreas de alta marginación del Estado de México, en municipios como Ecatepec, La Paz, Chimalhuacán, Tultitlán y Nezahualcóyotl, en donde entre 72% y 99% de los encuestados piensan que la inseguridad es el problema más grave. Se debe de tomar en cuenta que muchas de esas demarcaciones son ciudades dormitorio, es decir, ciudades en la cual sus residentes normalmente trabajan en la Ciudad de México, de ahí la afluencia de transporte público que representa un mercado nutrido para los criminales.

Por si esto fuera poco Coacalco, Chimalhuacán, Ecatepec, Ixtapaluca, La Paz, Tecámac, Tlalnepantla de Baz y Tultitlán tienen niveles de inseguridad significativamente más altos que el promedio, donde alrededor de 70% o más de la población considera que la seguridad es el principal problema.