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Paternidad Adolescente, ¿Y los padres adolescentes qué?

 

 

La mayoría de los programas que se han hecho sobre temas de embarazo, sólo han sido dirigidos a las mujeres  pero ¿dónde queda la contraparte?, ¿dónde queda el papá?

 

 


NOTICIAS

Responsabilidad Sexual: Paternidad Adolescente


Los embarazos en jóvenes mexiquenses de entre 15 y 19 años persisten pese a la existencia de programas de orientación sexual y planificación familiar por parte de diferentes organizaciones, sin que alguno incluya a los hombres que han tomado la decisión de tomar su papel como padres.



La mayoría de los programas que se han hecho sobre temas de embarazo, sólo han sido dirigidos a las mujeres adolescentes y sólo se ha trabajado para orientarlas para saber ser madre como la parte que brinda educación completa y cuidado al hijo. Pero ¿dónde queda la contraparte?, ¿dónde queda el papá?

De acuerdo con una publicación de la página Mexfam en su artículo “Los padres adolescentes también existen en México”, existen hombres entre 15 y 19 años que tienen hijos. Expertos han reportado que 2 de cada 3 están a favor de compartir el rol en pareja, sin embargo ellos han quedado excluidos de programas de apoyo y orientación para educarles a ser padres.

Existen enormes deficiencias para la participación del hombre al fungir su papel como padre por parte del sector salud, pues no se les da la oportunidad de participar en cuestiones prenatales, no se les permite participar en la labor de parto, y esto para los padres es una parte importante para poderse involucrar en su papel en distintos sentidos.

Sin embargo, eso no lo es todo, pues en entrevista con Alejandro González, padre adolescente involucrado en el desarrollo de su hijo, nos narró las complicaciones que junto a su esposa han vivido a raíz de tener la noticia de ser padres.

Según él, se vieron en la necesidad de abandonar sus estudios hasta un nuevo punto en que se sientan preparados para continuar, él se vio en la necesidad de comenzar a trabajar y hacerse responsable de ser el que empezaría a proveer a la casa donde viven, incluso que ambos decidieron tomar la responsabilidad completamente y hacerse independientes, por otra parte, nos comentó que tuvo que despedirse de ciertas comodidades que tenía al vivir con sus padres.

Señaló que al principio rechazaba la idea de ser padre, pero al pasar el tiempo empezó a tomar conciencia de sus actos y decidió acercarse a su entonces novia para brindarle lo necesario para llevar a cabo todo el proceso del embarazo. “Gracias a Dios, tuvimos el apoyo de nuestros papás” dijo.

El convertirse en padre, significa un enorme cambio: se modifican sus vínculos sociales y todo entorno en que se desenvuelve, se enfrentan a nuevas experiencias para las que definitivamente no están preparados, y sin problemas, muchos de ellos deciden afrontar y hacerse responsables de sus actos.

Por otra parte, el DIF municipal de Toluca cuenta con programas de orientación familiar a los adolescentes y atención a madres adolescentes, adolescentes embarazadas. LA VOZ DE LOS EXPERTOS

“Ocurre en pocos casos en los que padres son adolescentes; estadísticamente un 15 por ciento de la población en México, lo que no implica un dato fuerte para las instituciones. Sin embargo, existe la maternidad infantil de entre los 10 y 14 años y la maternidad adolescente va de los 15 a 19 años”, nos informó Luis Alfonso Guadarrama Rico, profesor e investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMex, experto en el tema de embarazo, maternidad y paternidad adolescente, durante una entrevista en la Universidad.

En primera parte como primer lugar en embarazos son adolescentes de 14 años, y en segundo se encuentran las de 13 años. Son lamentables los casos en que las madres son de 10, 11 y 12 años. Sin embargo, existe el “imaginario” de que se están embarazando entre adolescentes.

Los padres en promedio que embarazan y llegan a la maternidad de las niñas de 10 a 14 tienen 20 años. Los masculinos que embarazaron a las adolescentes de 15 y 19 años tienen en promedio 22 años, por eso no es tan fácil encontrar a padres adolescentes, señaló.

El 25 por ciento de los hombres que embarazan a niñas de entre 10 y 14 años su edad es de 22 a 68 años. Según el experto en estos casos ya se trata de abuso sexual, la violencia, estupro e incesto y se desconocen las características del 30 por ciento de los casos. De esto, no hay información disponible en los sistemas de salud.

Los hombres que embarazan a mujeres de 15 y 19 años, el 25 por ciento tiene de 24 a 75 años, por ello solo se encuentran solo pocos casos entre los 12, 13, 16, y 17 años, el 75 por ciento restante de los masculinos tienen entre 21 años o más, es decir que el 60 por ciento de los masculinos tienen empleo, 4 por ciento no trabaja y 40 por ciento no se especifica; pero este 60 por ciento que trabaja la mayoría tiene secundaria o primaria completa, quiere decir que si tiene empleo y tienen 20 años o más tiene un empleo mal pagado, quizá en la economía informal, quizás empleados, pero embarazó a una menor de edad del cual 8 por ciento cuenta con preparatoria concluida o trunca.

El grupo de hombres que embarazo a las de 15 a 19 años, 80 por ciento tiene un empleo, pero 43 por ciento con secundaria y 13 por ciento más de la mitad entre secundaria o primaria y tienen 22 años o más.

El problema de la paternidad de los masculinos con mujeres adolescentes es que ambos no suelen ser ambos adolescentes sino que en su mayoría son hombres de 20 años o más, por lo tanto no se embarazan entre jóvenes menores de edad, sino que a partir de que él cumplen 18 años ya se le considera mayor de edad; y solo entre el 10 y 15 por ciento de la población mejor de edad lo hacen entre ellos mismos -es decir, un adolescente que embaraza a otra adolescente-, por ello mismo no es tan fácil encontrar casos en que suceda; sin embargo, existe.

Es un problema más grave de adultos que embarazan a niñas y adolescentes y el otro grupo vulnerable, porque la mayoría son niñas de 13 y 14 pero el padre es de 17 años, donde los dos siguen siendo menores de edad, pero ella sigue siendo aún más vulnerable que él.

Él, por lo tanto, tiene empleo pero también rezago educativo, lo que implica un problema mayor no solo de atención sino servicios de salud, acompañamiento, asesoría, el hecho de que después de ser madre no se embarace nuevamente, que tenga todos los insumos de métodos anticonceptivos, consejería, que regrese a la escuela; en la mayoría de los casos no se tienen las condiciones de maduración ni para ser madre ni el padre, con empleos mal pagados.

Por eso se dice que el embarazo y natalidad adolescente reproduce el circulo de pobreza porque la chica tiene 14 años y tiene la secundaria o primaria trunca y no hay posibilidad de encontrar empleo por lo que se vuelve una dependiente de sus padres, por otra parte, el padre que oscila entre los 16 y 20 años que también tiene rezago educativo, no podrá aportar los insumos económicos y mucho menos en lo emocional para que el niño y la madre tengan mejores condiciones; todo esto resulta en que es mejor para ella quedarse con los padres.

“Hay varias formas para combatir el problema, pues no se arregla con idas a misa, sermones o platicas, hablamos de personas sexualmente activas” resaltó; lo que implica riesgos de embarazo no intencional. La escuela, debe dejar de jugar a la comidita dando pláticas superficiales, deben ser pláticas mucho más frontales y junto al sector salud que tengan acceso a condones masculinos, pastillas anticonceptivas, colocación de DIU acceso a óvulos, parches e inyecciones.

El sector salud debe recomponer su labor profesional, porque durante mucho tiempo han sido jueces de los chicos, pues al ellos pedir algún preservativo, aún lo ven como un tabú e incluso en ocasiones mandan llamar a alguno de sus padres porque lo ven mal, necesitan ser actualizados y sensibilizados en principio el personal de salud.

La decisión de ser o no padres forma parte de los 14 derechos de salud sexual y reproductiva que va de los 13 años en adelante y ello va desde la cámara de diputados, donde se haga la despenalización para poder interrumpir el embarazo desde la primera semana hasta la doceava sin algún costo como ya ocurre en la Ciudad de México.
 
DiverSer

Es una consultoría independiente de género en el estado de México, dedicada al trabajo de investigación para ponencias, artículos y la orientación en instituciones públicas y del sector privado.

Por su parte Belén Benhumea Bahena, profesora de la UAEMex y parte de la fundación de la consultoría “DiverSer”; durante entrevista el pasado martes, nos dio su planteamiento sobre la maternidad y paternidad en la adolescencia.

“Se debe trabajar desde los funcionarios que están a cargo de emitir una ley para los jóvenes y tienen el deber de incluir a todo género en las cuestiones de maternidad y paternidad”, esto bajo palabras de la experta en temas de género.

Existen secretarías que tan solo por el hecho del nombre, consideran que es todo para masculino o en contraparte, como en el Instituto para la Mujer se considera que el hombre no tiene cabida ahí, aunque hay una sección donde se le dan asesorías a los varones, pero pocos son los que se acercan o saben que existe una dependencia para ellos.

Se parte de lo establecido, desde el sistema patriarcal donde se deriva el machismo y todo es configurado a partir de esta estructura donde el varón tiene la máxima autoridad en todo ámbito como en la economía, la política, la sociedad, en la educación y en la esfera privada como lo es el núcleo del hogar donde él es el jefe de familia.

Lo que propone el patriarcado y el machismo es que la autoridad se debe ejercer sobre los más débiles, así mismo el hombre se convierte en el protector y proveedor del hogar.

A través de la historia se encuentra una presión permanente en los varones por cumplir con estos roles y estereotipos con el ser fuerte, ser el proveedor y el protector, a su vez se genera la violencia manifestada en primer término en el hogar cuando llega el jefe de familia cansado por diferentes cuestiones como la económica y emocional porque él como hombre no tiene derecho a mostrar sus emociones, lo contiene todo y se ve en la necesidad de ejercer la violencia hacia la familia.

Marcó que “el hecho de que seas hombre no te hace sujeto de poder y con poder, todo el tiempo tienes que estar luchando por ejercer ese dominio, porque puedes ser catalogado de débil, mujeril, maricón”, y genera tensión a los hombres y el rechazo a llorar o expresar que se sienten mal, incluso que necesitan apoyo.

Todo ámbito vinculado con las emociones, la educación, el cuidado de los hijos, demostrar afecto y cariño, sea exclusivo de la madre y pasa como calca de generación a generación y el hombre no se ha visto involucrado en el embarazo, ni siquiera en la crianza del niño y se llegan a escuchar por parte de los hombres el “tú te embarazaste” a la hora de la concepción y no hay la responsabilidad de un ser juntos.

Actualmente según Benhumea no se encuentran dependencias en el caso la capital mexiquense que cubran las necesidades a plenitud y de manera integral de padres barones e incluye a la comunidad transgénero que adoptan o se hacen cargo de infantes, puesto que también son varones, de esta manera también se incluye a la diversidad sexual. Existen algunas organizaciones que hacen seguimiento de casos de hombres, sin embargo, no hay alguna institución, porque se ha generalizado que ellos no lo necesitan.

Esto es a raíz de que se desconoce todo el ejercicio de la responsabilidad en la paternidad y la responsabilidad en el cuidado de los hijos y la conformación de una familia. Hace uso de la frase “si no se menciona no existe”, esto para los pocos casos de hombres que salen a la luz a querer expresar su sentir, no obstante, han sido silenciados puesto que no hay un número grande que le pese a las instituciones para hacerlos visibles.

LAS NUEVAS MASCULINIDADES

Existen dos cuestiones, como lo son los varones con el estigma social sobre tener una masculinidad hegemónica que pocas veces se atreven a decir y expresar el su sentir, el hecho de decir que quieren cuidar de sus hijos, de querer dedicarse a la educación y quehaceres domésticos se ven reprimidos por la sociedad puesto que los marcan como un “mandilón” o peor aún, de hacer menor su hombría que quedar como “maricón”.

Por otra parte, existen hombres que quieren y expresan el asumir esa responsabilidad como padres pese a esa carga social, pero son minoría en el sentido de que pocos lo dicen o no hay un manifiesto hasta ahora que surgen las nuevas masculinidades en la década de los 80’s, hay un avance poco significativo, pero se tiene presente.

Habría que dar parte a las autoridades principalmente para asesorar a su personal para sensibilizarlos en materia de nuevas masculinidades, para que se hagan notar más, y así poderlos considerar en ese sector de la población que es invisible para la sociedad.

Menciona que hay un grado de ignorancia y de inconciencia por parte de las instituciones al no darse cuenta que de hay varones que de verdad quieren hacerse cargo de la responsabilidad que ha llegado para ellos y en el trato que tienen estas mismas para el hombre que llega a exigir sus derechos existen burlas y señalamientos, porque no todos están sensibilizados.

Se debe luchar contra el estereotipo de que el hombre debe ser fuerte, que no llora y que no expresa sus sentimientos, no se hace cargo de la familia, que somete a la familia y su contexto.

Existe la necesidad de la difusión de las nuevas masculinidades e incluso sobre que es la perspectiva de género para tener una idea donde se involucra esta perspectiva, sin tener el vínculo que solo tenga que ver con la mujer y el color rosa y así reflexionarlo hacia las nuevas generaciones de masculinidades alternativas.

INCLUSION DE LOS PADRES A LA EDUCACION SEXUAL DE LOS ADOLESCENTES

Se sugiere una educación sexual con perspectiva de género, para que sea inclusiva y sobre todo responsable, no se trata de educación sexual es pene y vagina y por ultimo un ponte condón, la diversidad es una realidad que tiene los jóvenes en procesos de transición, al igual que padres transgénero, padres transexuales y se sabe que existen y los padres de estas personas por la poca sensibilización en el tema, se ven forzados a ejercer la violencia en su mayoría.

Se debe hacer un trabajo colaborativo entre padres de familia, docentes y alumnos que están en proceso de formación. “El reto es grande, porque no todas las personas están abiertas hacia esta posibilidad por los prejuicios y no se ven como algo importante”, finalizó.
 

 

Por: Luis Edgar Martínez Hernández


 

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