Estamos a escasos días de que concluyan las comparecencias de los integrantes del gabinete, legal y ampliado, con motivo del Segundo Informe de Labores del ejecutivo. El balance, aunque de entrada puede parecer halagüeño a favor sobre todo de la fracción de la 4T en el Congreso Local –bueno, lo que queda de ella-, en realidad tendrá que hacerse una evaluación más exhaustiva de su desempeño en un mediano plazo, ya que si lo que realmente persiguen es consolidar aquí el nuevo proyecto de nación que ofrece el ejecutivo federal, tendrán sin duda que hacer más, pero mucho más que los reclamos, desplantes y exigencias estridentes que les escuchamos y vimos hacer en el pleno, durante la zaga de ya casi cuatro semanas que llevamos de revisión legislativa.
Resulta por otro lado penoso que para algunos legisladores y legisladoras, las comparecencias de altos funcionarios no sirvió más que de pasarela política (y no solo me refiero a la fracción de Morena), sino para mostrar lo “duros” que pueden ser y un poco de lo que quizás tienen para negociar… mientras que en otros casos, tan igualmente penosos, exhibieron francamente el lado del que realmente están… ¿ejemplo?, el presidente en turno… ¡gulp!
Claro, no se puede meter a todos los 75 diput@s en un mismo costal, hay algunos realmente comprometidos con la causa del “cambio verdadero” y realmente su esfuerzo es encomiable e incluso admirable… y también se nota, pero otros en realidad ps… mejor vea las comparecencias, al fin que se guardaron en youtube. Por cierto el silencio de los diputados en el caso #Humbertus la tarde de ayer, durante la comparecencia del imprensentable fiscal, es no solo lamentable, verdaderamente sintomática del control implantado ya por el gobierno estatal en la Legislatura. Me pregunto otra cosa habrán negociado a cambio de su silencio en este emblemático caso…
Abundando en el tema. Hace no mucho, platicando con Bernardo Barranco en una entrevista sobre el segundo año de gobierno de don Sr Duque, me comentaba una teoría que ha elaborado a partir de su propia experiencia y agudo sentido de análisis. Su inquietante teoría que por cierto, me dejo pasmada no por lo aventurado sino por su cúmulo de reflejos en la realidad, es que el Grupo Atlacomulco no solo está formado por los exgobernadores que lo integran, es decir el actual mandatario mexiquense, su primo Enrique Peña y toda la red de corrupción que han extendido en las instituciones públicas y todo espacio público disponible –incluyendo la mayoría de organismos autónomos y redes empresariales-, sino también los grupos de seudo oposición que hoy están controlando –en teoría- la Cámara de Diputados y que gravitan –como siempre- alrededor del poder central. Sí, el Grupo Atlacomulco, definido en sí mismo, como una forma peculiar, peculiarmente corrupta, que combina los negocios y la política.
¿Y como se explica Barranco esta teoría?, en realidad es muy simple, todos los que ocupan una curul actualmente en la 60 Legislatura Local, o al menos la gran mayoría, se formaron y alimentaron políticamente del mismo modelo de corrupción que ha venido operando en Edomex desde hace varias décadas bajo el cobijo del PRI. Le recomiendo la entrevista que
puede consultar aquí.
Para irme:
Recién viaje a Oaxaca invitada por la Organización Artículo 19, para asistir al Segundo Encuentro de Mujeres Periodistas. Allá tuve la oportunidad de tomar algunos cursos de actualización, pero sobre todo intercambiar varias charlas con compañeras de todo el país. El asunto es que nos tocó estar en tránsito rumbo al Congreso, cuando ocurrió lo de Culiacán. Dos días después, en un descansito de las clases, una destacada periodista de investigación me compartía lo que a su vez le develó descaradamente un empresario extranjero –radicado varios años ya en México por cuestiones de negocios- en días previos: “sí, la verdad estamos organizando un golpe de estado contra López Obrador”.
No solo eso, en la configuración de este presunto golpe de estado, estarían participando no solo los grupos empresariales afectados en sus intereses y privilegios, por la cancelación de los contratos que se repartían a diestra y siniestra en instituciones como PEMEX, sino también las élites priístas coludidas con panistas y colaterales.
El tema surgió tras comentarios e interpretaciones periodísticas que compartíamos sobre lo ocurrido en Culiacán, con el “alzamiento” de los grupos criminales. Nuestro comentario final, antes de levantarnos de la mesa fue: ¿Un narcogolpe de Estado?
Hasta la próxima