21 de noviembre de 2019
Ixtlahuaca, Méx.-Este año Luisa y Claudia, dos mujeres campesinas que ya atraviesan los 60 años, no lograron levantar ni un kilo de maíz en el “cuartillo” de parcela que comparten cada año con el ciclo agrícola, tampoco hubo quelites, ni maíz negro y mucho menos las habas que generalmente sembraban a los pies de las mazorcas. Huitlacoches menos. Nada. No hubo agua que “abultara” los granos.
“El agua es para el maicito como la leche para los niños, si no los nutres no crecen, no agarran cuerpo, no despuntan, se enferman”, señala Luisa con su acento mazahua, mientras Claudia, de más años y pocas palabras, solo asiente con la cabeza lo que dice su vecina y compañera de labor. Para ellas la razón de la falta de lluvias este año y el pasado y el anterior, solo es una: “La avioneta de Bionatur, les reventó las nubes”.
Bionatur es la enorme planta propiedad del Grupo IUSA, ubicada en el conjunto PASTEJE, de esta localidad, que desde principios de la década pasada, comenzó a utilizar mecanismos de control de lluvias. Desde entonces campesinos de la región de Jocotitlán, Atlacomulco e Ixtlahuaca, ya habían alertado a las autoridades locales, de la utilización de tecnologías artificiales para alejar las granizadas en la extensa zona que ocupan los invernaderos de producción agroindustrial, propiedad de la firma mexicana.
En aquellos primeros años y aunque nadie les creía en un principio a los campesinos, la empresa usaba “bombas” químicas con yoduro de plata, que lanzaba con artefactos –cañones- especiales, desde la tierra para dispersar las lluvias y disolver las granizadas.
Tras las reiteradas denuncias y la evidencia, recuerdan hoy los campesinos, es que la empresa aceptó entonces el uso de “bombas químicas”, con yoduro de plata, por lo que autoridades municipales le prohibieron en 2009, continuar con estas prácticas.
Hoy usan avionetas.
LOS MEJORES JITOMATES DEL MUNDO…
En su página oficial, Bionatur presume haber perfeccionado la hidroponía, como una ciencia que cultiva artificialmente diversos productos, de los cuales el 70% exportará a Estados Unidos y Canadá. Principalmente jitomates, amarillos, verdes y rojos. Los mejores de Latinoamérica, asegura.
La planta cuenta con tecnología de punta y todos sus procesos están mecanizados al extremo, incluso cosecha con apoyo de sistemas robotizados.
“Existen más de 500 Km. de vías que guían nuestros robots recolectores entre las plantas. Una vez llenas las cajas, se envían al área de empaque”, indica la empresa, la cual también presume el control de todos los procesos de producción, desde la polinización misma, en un proyecto para el que invirtió 120 millones de dólares, algo así como dos mil 400 millones de pesos.
Bajo estos sistemas controlados, Bionatur produce industrialmente pimientos, pepinos y jitomates en distintas variedades, tamaños y presentaciones, desde el jitomate “roma”, típico de la cocina mexicana y fácil de manejar en porciones, por su tamaño, o el “bola”, tan utilizado en la comida americana como las hamburguesas.
Sus sistemas permiten controlar la humedad, la temperatura y la luz, y con ello acelerar las cosechas para levantar productos con calidad de exportación prácticamente todo el año.
La planta no para de producir nunca debajo de los ocho invernaderos de diez hectáreas cada uno, es decir 800 mil metros cuadrados tecnificados, de donde salen embarques a Canadá y Estados Unidos, mientras que un 30% de la producción será para consumo doméstico de los mercados mexicanos.
El florecimiento próspero de Bionatur, propiedad de IUSA, ha hecho más millonario a Carlos Peralta, dueño de ambas firmas, lo que contrasta sin embargo con las raquítica economía que circunda el lugar. De hecho algunos de estos municipios, considerados antes potencias maiceras, enfrentan algunos de los índices de pobreza más altos en la entidad, como en el caso del municipio de Morelos y el propio Jocotitlán, donde de acuerdo a datos oficiales, alrededor del 50% de la población es pobre y enfrenta condiciones de desnutrición y pobreza multidimensional.
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En Toluca, cerca de las 14:00 horas, un lector de noticias del Grupo Acir, descalifica a su reportero justo antes de presentar la información sobre las avionetas de Bionatur para dispersar las lluvias. Dice algo así como “…hay bueno, esos mitos de las bombas antigranizo”, luego presenta al reportero que viajo a la zona a levantar los testimonios de los campesinos afectados. Le ha quitado, de entrada, cualquier crédito a la queja de los labriegos, pero también al trabajo de su periodista.
No conforme, tras el reporte, vuelve a la descalificación y asegura que si no hay cosechas es porque no llovió y que no lo dice él, sino el sistema meteorológico nacional… aunque no aporta mayores pruebas.
Mientras, antes de despedir a los reporteros, Don Simón, de 75 años, muestra en sus manos sus propias pruebas, el producto de semanas y semanas de trabajo en el campo durante el ciclo agrícola de este año: pequeños y deformes mazorquitas, algunas de maíz negro, que no lograron desarrollarse ni medianamente.
Algunas anticipaban una cosecha de hermoso maíz negro, ahora solo servirán para alimentar a los animales, dice el abuelo.
Previamente uno de los líderes de la comunidad de Santo Domingo de Guzmán, cercana al complejo de Bionatur, muestran documentos de cuando la década pasada, lograron documentar y comprobar el uso de bombas químicas por parte de Bionatur. Son documentos con las firmas también de autoridades municipales de aquella época, que les prohibieron su uso.
El dirigente asegura que son cinco municipios afectados: Ixtlahuaca, Jocotitlán, Jiquipilco, Morelos y Atlacomulco donde las cosechas se han venido perdiendo sistemáticamente, sin que las autoridades estatales o federales hagan algo al respecto.
Asegura que el alcalde priísta de Ixtlahuaca, no les da la cara ante las continuas denuncias, mientras que al menos una carpeta de investigación levantada por los afectados, sigue sin ser atendida. Nadie responde: ni la SAGARPA, ni SEMARNAT, ni los alcaldes, ni CONAGUA, SEDAGRO, Medio Ambiente del gobierno estatal. Nadie.
Solo el pasado mes de julio a instancias de la diputada local de Morena, María de Jesús Galicia Ramos, la 60 Legislatura Local, aprobó un exhorto a diversas autoridades, pidiendo la regulación de los “sistemas antigranizo” utilizados por Bionatur en el norte de la entidad, para regular o dispersar las lluvias.
El exhorto fue dirigido a diversas autoridades del gobierno de Alfredo del Mazo, que en la práctica han ignorado el tema. No hay respuestas concretas, ni estudios, nada. En el terreno oficial, las respuestas son similares al maíz de Simón.
La legisladora recuerda que el punto central de su petición aprobada en el Congreso Local, fue que Bionatur suspendiera los vuelos de sus avionetas, en tanto no se realizara un estudio profundo que determinara la causa real de la falta de lluvias en toda la zona.
En aquella ocasión, el 30 de julio pasado, la legisladora señaló en tribuna que el cambio climático ha afectado los ciclos de lluvias y las granizadas se han convertido en un problema para las empresas, por lo cual algunas han optado proteger sus cultivos rompiendo este ciclo, “utilizando sistemas que requieren cohetes, avionetas y cañones para su operación, se exhorta también a las autoridades referidas a emitir la normativa que regule esos métodos y su uso adecuado en los municipios cuya vocación sea agrícola”.
Dijo que estos sistemas se han generalizado en entidades como Michoacán, San Luis Potosí, Jalisco y Colima, no obstante que no existe ninguna disposición legal federal o local para su operación.
“El estado no es ajeno a este problema, pues la empresa Bionatur (localizada en el municipio de Jocotitlán y propiedad de grupo IUSA) utiliza estos mecanismos con la intención de evitar que la lluvia se cristalice y se convierta en granizo. La empresa utiliza avionetas para sembrar las nubes con yoduro de plata, romper el equilibrio interno de las nubes y modificar las precipitaciones fluviales, afectando de manera significativa las cosechas de cientos de agricultores de los municipios de Ixtlahuaca y Jocotitlán. Esta situación se ha presentado desde inicios de 2019, generando ya problemas no sólo sociales sino de salud a niñas, niños y personas adultas mayores, acotó”, señaló la legisladora.
Este viernes, durante una visita a la zona afectada, reitero su postura de que se paren los vuelos de Bionatur, en tanto no se realice un estudio profundo sobre las causas que están llevando a la ruina a miles de campesinos por la falta de lluvias, en una región que hasta hace una década todavía se le conocía como “el granero del Estado de México”, junto con Atlacomulco y otras localidades del norte del territorio.
Si les han bombardeado las nubes, ahora ellos amenazan con bombardear a BIONATUR. Están desesperados.
UN PARQUE SOLAR
Además de la empresa BIONATUR, dedicada a la producción en invernaderos de hortalizas, desde el 2016 también opera en la zona la empresa "IUSASOL", dedicada a la producción de energía renovable propiedad de Carlos Peralta.
Este parque fue inaugurado en 2016 por el entonces presidente Enrique Peña Nieto, originario de esta región del norte de la entidad. El complejo fue bautizado como Parque Fotovoltailco “DON ALEJO”. El complejo tiene instalaciones basadas en una amplia red de paneles solares, con capacidad de producir 400 MW/h de potencia, es decir, 730 mil MW al año, equivalente al consumo de 1.5 millones de hogares.
El "parque solar" o fotovoltaico, está integrado por una red enorme de paneles solares colocados a mitad de los campos rurales de esta región del norte de la entidad, donde la gente conserva tradiciones ancestrales de autoconsumo y autodeterminación alimentaria, basados en la producción de maíz en parcelas, pues esta forma de obtener el grano, les proporciona además de elotes para producir tortillas, hortalizas que se combinan con las marzorcas y aportan otros alimentos como frijo, haba, quelites y flor de calabaza.
El parque solar "Don Alejo", operando en los llanos maiceros con permisos del gobierno del Estado de México otorgados entre 2012 y 2013, está proyectado a su vez para producir un total de 500 MW, a través de cuatro líneas de manufactura de paneles fotovoltaicos de 125 MW cada una, lo cual equivale a la fabricación de quinientos mil paneles anuales por línea, indican los planes de crecimiento de la propia firma, la cual no solo produce los paneles en la planta principal, sino que también vende energía "renovable".
Para lograr esta producción, el parque, que a su vez se nutre con la red de paneles fotovoltaicos extendidos en las zonas donde la sequía ha terminado con la producción de parcelas, requiere un suministro regular y continuo de máxima luz solar, principal materia prima, pues de lo contrario un "parque solar" no tendría razón de ser...
De acuerdo a la empresa "Erenovable", "el funcionamiento de los paneles solares se basan en el efecto fotovoltaico, que se produce cuando, sobre materiales semiconductores convenientemente tratados, incide la radiación solar produciendo electricidad". Esto significa que para operar, la planta de Caros Peralta requiere necesariamente energía solar continua y si es más brillante, mejor.
Si bien IUSASOL nació en 2013, cuando instaló parte del complejo, fue en 2016 cuando comenzó a operar el "parque solar", inaugurado por el entonces presidente Enrique Peña y el gobernador Eruviel Ávila. En aquella ocasión, el presidente aseguró que IUSA, es una firma con "tradición en el Estado de México" y festejó su nueva línea de producción de panales solares.
EL INVERNADERO DE CRISTAL
El complejo PASTEJE, es un aglomerado de mpresas pequeñas y medianas instalado a lo largo de la carretera Toluca-Atlacomulco, de entre las que sobresalen las instalaciones de BIONATUR y IUSA y IUSASOL por su extensión y tecnología, visibles a simple vista. En el último destaca una red de paneles solares para la producción de energía y en el primero, los ocho enormes invernaderos, asentados sobre una superficie de 8 mil 300 metros cuadrados.
Lo que pocos saben es que dentro de la misma enorme planta de producción agrícola, existe un “semillero” construido en su totalidad “de cristal”, para procesar las semillas con mecanismos que regulan y calculan todas las variables.
Una caja de cristal tan delicada que quizás, hasta una granizada la podría quebrar…