Cerrar 2019 y arrancar 2020 resulta significativo por varios aspectos, pues nos permite, ya muy avanzado enero, hacer un balance de los contextos que marcaron el último año –sobre todo entre noviembre y diciembre- y que perfilaran sin temor a equivocarnos, los próximos 12 meses.

Y los signos no son muy halagüeños, sobre todo para los ciudadanos. Y no lo son, porque si bien a nivel nacional existe una clara intención del presidente Andrés Manuel López Obrador, de avanzar hacia una auténtica democratización del país y combate a la corrupción en sus diversas expresiones (aunque en algunos casos de manera tímida y titubeante), en el Estado de México no podemos ni podremos decir lo mismo por mucho tiempo.

Es claro que el gobierno actual, no tiene la mínima intención de dar un viraje a las formas en que se han venido conduciendo las administraciones estatales en los últimos sexenios, ni siquiera al tener la certeza que por esas mismas formas perdieron las elecciones federales en 2018. La gente está harta, y lo saben. Igual tampoco les importa.

Se trata de mantener el “negocio” a toda costa, lo cual desafortunadamente, no representa ningún problema cuando se cuenta con una intrincada red de voluntades y lealtades adquiridas a “billetazos”, como dice nuestro querido Bernardo Barranco.

El sorpresivo e inmoral aumento a las tarifas del transporte público mientras los mexiquenses festejaban las navidades y el fin de año, no solo es un golpe a las expectativas y esperanzas de un pueblo de por sí ya abusado, como pocos, por la corrupción y deshonra de su clase política. Los amarres y recortes al FEFOM; los aumentos en agua y otros servicios y el descarado endeudamiento de la entidad, pero y sobre todo, la pasividad ante los escandalosos niveles de impunidad (93%), feminicidios, criminalidad, además de otras formas de abuso y mal gobierno, no dejan lugar a dudas. Tendrémos al menos otros cuatro horribles años de lo mismo.

Pero esto no sería posible sin la pasividad que han mostrado la mayoría de los integrantes de la Legislatura Local, sobre todo su dirigente, que llegaron por la vía de la esperanza… tampoco ha importado. Rápidamente se instalaron en el poder y hoy se acompasan muy bien con la actual administración de Alfredo del Mazo. Insisto, salvo valientes excepciones, la tibieza y maleabilidad del máximo líder morenista, Maurilio Hernández, está comenzando a resultar un muy mal negocio democrático para los mexiquenses…

Mal negoció el paquete fiscal y mal negocio(sin acento) en prácticamente todo, pero a ¿cambio de qué?, esa es la cuestión.

Y si, ahí está el técnicamente" irreversible" tarifazo, y ahí están el que podríamos bautizar como “Fefonazo” y prepárese, solo nos falta el… ¿Osfemnazo?, ¿Qué más?

Para irme…

Ya no puede ocultarlo más Juan Rodolfo, volvió sí, pero volvió a hacer negocios. Todo espacio disponible en la capital, está técnicamente en venta o se está reservando para entregarlo a empresarios allegados panistas y amigos priístas de reconocido apellido y abolengo; espacios en museos, plazas, parques… todo, tanto que para ahorrarnos simulaciones, sugiero poner espectaculares con el slogan: Toluca “Sale”, y listo.

Por cierto me comentaron que el ayuntamiento se ha convertido en una auténtico monumento al nepotismo… ya hablaremos de eso en otra columna, estamos documentando.

Hasta pronto