El movimiento de "No Al Tarifazo", se ha radicalizado y las razones son entendibles. La postura cerrada del gobierno de Alfredo del Mazo, frente al clamor social, ha hecho que las expectativas para revertir la abusiva medida, se volcaran a los legisladores y específicamente a Morena, dada su génesis como movimiento social, instancia que sin embargo y por alguna o varias razones que desconocemos  a plenitud pero intuimos, fue desactivada como alternativa viable para los ciudadanos.

De otra manera no se explica la reacción tibia y hasta desganada de los morenistas, salvo excepciones insuficientes, pero sobre todo de Maurilio Hernández, quien sabemos fue el principal dispositivo para contener reacciones más congruentes a las expectativas esperables de ese Congreso Local histórico que encabeza.

Pero no. El líder de la oposición ha entrado en un proceso de contradicciones cada vez más evidentes tanto en este como en otros asuntos coyunturales.

Por ejemplo en la discusión del presupuesto para este año, dijo que no se autorizaría contratar más deuda a Del Mazo, y lo hizo; que no permitirían inscribir deuda privada de fideicomisos mixtos al registro de la deuda pública, y lo hizo; que aumentarían los recursos del FEFOM, y no fue así. Pareciera que la dinámica es "toma y daca", y se nota...

Pero por lo que hace al aumento tarifario, si bien no era materia del legislativo sino del ejecutivo, la falta de contundencia en el liderazgo de Maurilio, como contrapeso efectivo a las decisiones autoritarias y lesivas del priísta,como el aumento unilateral a las tarifas del transporte, ha despertado indignación entre quienes integran el movimiento de #NoAlTarifazo, ahora radicalizado por reacción frente a la acción desganada de los morenistas conducidos por Maurilio.

Temeroso de confrontarse de lleno con quien cada vez más claramente se devela como su patrón, Maurilio se limitó a la declaracionitis sin sustento en los hechos. Declinó hacer nada más, cómo organizar y encabezar la oposición social al aumento, cuestionar de frente a Del Mazo y presentar amparos contra la medida en su calidad de representantes populares. Pero no, no quiso llegar a tanto...no se vayan a enojar.

Por eso ahora no le queda sorprenderse de la radicalización frente a la traición. 

No se justifica, pero se entiende. Por cierto que malo que salió huyendo en su camionetota en medio de la manifestación de chavos, era una excelente oportunidad para el diálogo que dice que no le pidieron… expriísta al fin.

Para irme…

Escuchar a la dirigente del PRI, intentar marcar distancia entre los exgobernadores y el partido que intenta revivir, al tiempo de presentar como nueva integrante de su equipo a Carolina Alanis, excolaboradora de Enrique Peña, resulta si no risible, tambièn nada creíble.

Por cierto que Alanis, fue la responsable del "programa social" de seguros escolares que a los únicos que benefició fue a las aseguradoras beneficiadas, una de ellas la de Interacciones de Carlos Hank Rhon.

Luego la Del Moral se hecho un rollo, en su consabido tono altanero, de cómo sacar adelante y con dignidad un partido comprometido con la transparencia, rendición de cuentas y bla bla bla…

Queda claro que el problema más grave del PRI, aparte de sus incongruencias y tendencia genética a la simulación y la corrupción, es el propio PRI. Pero lo que es peor, sufren esa rara segunda enfermedad "calderonista", combinación de ceguera  y distrofia moral llamada "no se dan cuenta que no se dan cuenta"...

Hasta pronto