Hace no más de 15 días, la Auditoria Superior de la Federación (ASF), hizo observaciones a las cuentas del Estado de México, relacionadas con el ejercicio fiscal del 2018, por más de 22 mil millones de pesos, en un record histórico que no habíamos tenido, al menos en el último lustro, hasta donde recuerdo. Ni siquiera en los peores años de Eruviel Ávila, gobernador que de por si muchos ya consideraban el peor hasta entonces, se habían alcanzado esas cotas de recursos observados por el organismo, lo que denota cambios sustantivos en la forma de auditar o al menos, ya no existen algunos de los controles en el flujo o curso que tomaban las auditorías observadas y que se tenían para evitar que las observaciones se desbordaran.

Esto último puede considerarse un signo positivo, pero no del todo. Solo le daré un dato. Este año la nueva administración de la ASF, hizo una considerable “deferencia” a la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex), pues en un informe de audiotiria, detalla que (otra vez, agrego yo), no reportó impuestos que descontó a sus trabajadores, pero que no hizo llegar a la SHyCP.

¿Qué,cuál fue la deferencia respecto a los dos años anteriores?, una crucial, se guardó el dato del monto de los recursos que la UAEMex no reportó a la Secretaría de Hacienda. ¿Raro no le parece?

No sería mala idea que el Congreso Local, ahora que tiene una nueva titular del OSFEM (aunque radio pasillo dice que con un pacto de continuidad con del Mazo), escarbe en el asunto y para tranquilidad de la comunidad universitaria, investigue y revele de ahora qué cantidad de recursos estamos hablando… Esto sin duda y pese a su retórica de finanzas sanas en la universidad, deja muy mal parado al rector, Alfredo Barrera Baca, más cuando lo encontramos en la zaga de paros, derivada de la escalada de denuncias de acoso y violencia de género al interior de las distintas escuelas de la máxima casa de estudios.

Cómo sea, es necesario y prioritario que se dé a conocer el monto preciso de recursos que se descontaron a los sueldos de los trabajadores de la UAEMex en 2018 y no se reportaron a la SHyCP. Es fundamental para saber el tamaño del quebranto, si es que lo hubo y es necesario, que la ASF evite estas concesiones políticas, herencia del gobierno de Enrique Peña.

Y para no variar, como anillo al dedo le llegó a Alfredo del Mazo, la crisis provocada por la pandemia del Coronavirus. Al menos tendrá pretexto para salir a cámaras y jalar reflectores, de los que está más que desesperado, en un tema que no sea el aburrido Salario Rosa que a nivel mediático nomás ya no da para más. Esa es la buena noticia para el ejecutivo…. la mala es que sigue siendo el segundo peor gobernador de todo México, después del gobernador de Morelos, Cuahutémoc Blanco, que ya es bastante decir… sin embargo en una de esas, no tarda en desbancarlo.

Para irme… El 8M llegó como un bólido estruendoso al Estado de México. Su refulgurante cielo púrpura, ha puesto en el centro de la discusión algo que por décadas habían venido peleando las feministas y jóvenes organizadas en colectivos, la urgencia de revertir el estado de las cosas, de equilibrar el barco, de combatir de frente la desigualdad de género y eso son muchas cosas.

La violencia de género que ha afectado, al menos una vez en la vida, al 70% de todas las mexiquenses, según el INEGI, ya es insostenible, no solo por los niveles de violencia terrorifica en que ha degenerado, también porque se trata de una violencia que toca a todos, en todos los ámbitos y en todos los niveles. Está obligado el Estado “represor” a dar un viraje, un golpe de timón sin concesiones y definitivo. ¿Será capaz, o simplemente nos seguirán dando más cucharadas de lo mismo? Al tiempo, se dice en estos casos, el tema es que ya no hay tiempo.

Hasta pronto