3 de abril de 2020

La confianza del consumidor se ubicó en marzo en 42.6 puntos, lo que significó una baja de 1.2 puntos respecto de febrero, de acuerdo con cifras del INEGI y Banco de México.

Este nivel de confianza es el más bajo en 14 meses, se encuentra acorde con la caída en la confianza empresarial de 8.5% reportada el 1 de abril por el INEGI. En ambos casos, responden a los golpes económicos que a nivel global está reportando la pandemia del coronavirus Covid-19, el retroceso del Producto Interno Bruto a 0.1% en el año pasado, desde que inició la presidencia de Andrés López y la baja de calificaciones crediticias tanto a México como a Pemex.

En el índice, sus cinco componentes reportaron un retroceso mensual y anual durante marzo. El componente correspondiente a la opinión sobre la situación económica de los integrantes del hogar en el momento actual frente a la que tenían hace doce meses retrocedió 0.1 puntos en el mes y 0.9 unidades en su comparación anual. Es decir, los mexicanos se saben más pobres en este momento que hace un año.

En cuanto a expectativa sobre la situación económica de los miembros del hogar dentro de doce meses respecto a la que registran en el momento actual, también impera el pesimismo, pues la expectativa disminuyó 1.1 puntos en el mes y continúa cayendo en el año a 4.5 puntos en promedio.

La percepción de los consumidores acerca de la situación económica del país hoy en día comparada con la que prevaleció hace doce meses se redujo 1.3 puntos durante marzo y 4.2 unidades respecto al mismo periodo del año anterior.

También cayó la posibilidad de efectuar compras de bienes durables, tales como muebles, televisor, lavadora y otros aparatos electrodomésticos cayó 0.5 puntos en el mes y 1.5 a tasa anual. Esto indica que los integrantes de las familias mexicanas se tienen que ver privados de adquirir más cosas debido a la incertidumbre económica. A falta de estímulos fiscales a las Pymes por parte del gobierno federal durante esta contingencia, muchas empresas han optado por enviar a sus trabajadores a sus casas con la mitad del sueldo, sin sueldo, o despedirlos en el peor de los casos, lo que demuestra este indicador.

Héctor Castañeda