5 de julio de 2020
En la casa de la familia Arizmendi de la colonia Laguna de Chiconautla, desde el techo y luego bajando en medio del patio de esa casa en obra negra, desciende un torcido canal de aluminio que a la mitad del trayecto, se apoya sobre polines reforzados con palos de desecho y alambres para terminar apuntando a una tina azul en una improvisada instalación, que pese a lo mal que luce, servirá para proveerles agua limpia sin costo durante el tiempo que duren las lluvias, y ya llegaron.
En medio de la escasez del vital líquido en este rincón de Ecatepec, donde los caserios marginales se amontonan sobre el cerro y aún más allá de lo que la vista permite, comienzan a surgir tendidos de tubos o canales como el de la Familia Arizmendi, los cuales integran una red alterna de suministro que baja sinuosa y caprichosamente, desde los techos a otra red de palanganas, cubetas, tinacos, contenedores o botes, extendidos a lo largo de patios, terrenos baldíos y calles, a la espera de que el cielo les suministre lo que el gobierno del Estado de México les ha negado históricamente a casi un millón de habitantes de la Quinta Sección: servicio de agua potable, regular y de buena calidad.
Y sin duda las más preocupadas por la escasez en medio de una brutal pandemia, pero también las más resueltas a improvisar soluciones, son las mujeres, a quienes la falta de agua y otros servicios, las golpea y margina todavía más, asegura Elsa Arroyo, una líder social que surgió de entre las calles sin pavimento, ni drenajes de esta franja del Estado de México, azotada por feminicidios atroces y ahora por una peste moderna que aprieta entre los barrios mas marginales de la entidad y que ya cobró aquí la vida de 511 personas en esta localidad, mientras que otras cuatro mil 423 han enfermado desde que se declaró la contingencia.
Elsa asegura que la insuficiencia del vital líquido y su uso político en esta zona del país –tanto por gobiernos de diversos niveles como por caciques o mafias- ha problematizado todavía más los cuidados preventivos contra la pandemia del Coronavirus, ya que no hay agua ni siquiera para lavarse las manos y la que se reparte en pipas tiene un costo.
El problema es que aquí cual más se quedó sin empleo asegura la presidenta de la organización “Mujeres, Democracia y Ciudadanía A.C.”, al señalar que al cerrarse los tianguis para detener la movilidad social y frenar los contagios, miles se quedaron sin su única fuente de ingresos.
Así, hacinados, sin dinero y sin agua, el COVID-19, no deja de cobrar víctimas en esta municipalidad, donde arriba de Nezahualcóyotl (con tres mil 747 casos confirmados y 392 víctimas mortales), ocupa el primer lugar a nivel estatal y quizá uno de los primeros a nivel nacional, donde el SARS-CoV-2, está dejando saldos de tragedia.
Por eso las mujeres de Ecatepec, al no tener agua para sus familias, llevan la peor parte, insiste esta líder social que reclama agua como se reclama, salud, comida o libertad, es decir, como cualquier otro derecho humano vital.
“Por la posición que tenemos las mujeres en la sociedad y que se nos han delegado los trabajos de cuidado, pues el tema del agua si viene a afectar desde esta posición cultural que tenemos las mujeres y que evidentemente la falta de este vital líquido, profundiza las relaciones de desigualdad que vivimos las mujeres”, asegura.
También sostiene que este papel histórico que se ha asignado a las mujeres como "cuidadoras", hace que sean ellas las que mayormente padezcan la insuficiencia de este recurso en medio de la contingencia sanitaria, ya que su labor en las familias se complica y al mismo tiempo las margina.
El punto de vista de Elsa coincide con el reciente reporte que dio a conocer el pasado 2 de junio, la Coalición Estadounidense contra la Pobreza (CARE), al destacar que en América Latina y el Caribe, los impactos del COVID-19 sobre las economías, afecta más a las mujeres "sobre todo por su exposición a mayor pobreza y violencia doméstica".
El informe también destaca que las mujeres en la región, tienen mayores probabilidades de vivir en la pobreza extrema y sus ingresos son más precarios, mientras que "la situación empeora cuando hay personas enfermas", ya que por ejemplo en México las mujeres invierten 29 horas en promedio a la semana cuidando enfermos, contra 13 horas que invierten los hombres.
COSECHAR DEL CIELO PARA NO LLEGAR A ÉL
En la colonia Potrero mientras tanto, la familia Ruiz ya desde días atrás, hizo ajustes a su improvisada red para cosechar agua de lluvia, solo que en su caso, ésta baja desde la loza de cemento a través de un tubo blanco que corre desde arriba y desfoga en un tanque redondo, el cual en lugar de estar montado encima del techo de la vivienda como se acostumbra, para que el agua baje por inercia, se encuentra abajo a nivel de terreno.
La reserva que logren almacenar, les suministrará líquido para bañarse, lavar los trastes, pero sobre todo para sanitizar su casa y algo que por aquí todo mundo ansía: lavarse las manos varias veces a lo largo del día.
La familia asegura que incluso, en las peores crisis económicas que acá son más bien comunes, el agua de lluvia “cosechada” les ha servido a muchos de sus vecinos para consumir junto con los alimentos o prepararlos, previo proceso de cloración y hervido.
También está la Familia Paz, la cual con las primeras lloviznas y ante la persistente sequía de las redes públicas, decidió colocar un pequeño techo de láminas de aluminio en medio del patio que les servirá como recolector de agua. Las láminas están a propósito inclinadas para desfogar en otro canal de aluminio, igualmente inclinado, que finalmente canalizará el agua a una gran palangana de fierro.
El techito que colocaron en su patio bordeado de plantas y algunos cachivaches, no tendrá otro propósito este verano que recolectar la lluvia para el baño, los trastes y lavarse las manos. Quizás con algo de suerte, los aguaceros hasta se lleven el COVID-19.
LA GUERRA POR EL AGUA
Cifras que ha proporcionado el propio ayuntamiento de Ecatepec, indican que el gobierno del Estado de México, comenzó a aplicar recortes al vital líquido sin aviso de ningún tipo, de tal suerte que al ritmo que crecía la propagación del virus en este enorme municipio, la administración Delmacista les iba quitando volúmenes importantes, hasta dejar en la escasez más absoluta a entre 600 mil y 800 mil personas.
El pasado viernes el alcalde Fernando Vilchis volvió a denunciar públicamente que el gobierno del Estado de México ha provocado una crisis social en esta zona, al recortarles 643 millones de litros de agua, desde el inicio de la emergencia sanitaria.
De acuerdo a las autoridades locales, la Quinta Zona de Ecatepec, la cual agrupa 152 colonias con más de 800 mil habitantes, es la más afectada por la reducción de casi 20% del caudal de agua en bloque que suministra la CAEM.
Documentos proporcionados por el municipio, señalan que mientras en marzo de 2019, Ecatepec recibió de la CAEM, mil 307 litros por segundo de agua, en marzo de este año (cuando Ecatepec presentaba 103 casos de coronavirus y 3 decesos), solo capto mil 24 litros por segundo; en abril de 2019, le suministraron, mil 89 litros por segundo y en abril pasado solo 941 litros por segundo, para entonces ya había 223 casos confirmados y 5 decesos, el brote comenzaba a propagarse, esto con fecha del 24 de abril.
Asimismo mientras que en mayo de 2019, la Comisión de Aguas del Estado de México (CAEM), proveyó a Ecatepec de mil 62 litros por segundo del vital líquido, para mayo de 2020, cuando a mitad de mes ya había mil tres casos confirmados de COVID-19 y 34 defunciones, el gobierno del Edomex, solo le suministró 914 litros por segundo, para una población integrada por un millón 707 mil ciudadanos, de acuerdo a proyecciones del INEGI y CONAPO.
El cierre de mayo fue fatídico para esta localidad, pues 15 días después ya se tenían confirmados mil 923 personas infectadas con el SARS-CoV-2 y 118 muertos, pero seguían sin agua.
Para el mes de mayo y principios de junio, cuando se alcanzaron los picos más altos de la pandemia, Ecatepec solo estaba recibiendo 942 litros por segundo de agua, aunque el promedio de junio de 2019, el abasto fue de mil 148 litros por segundo.
Mientras tanto la gente de por acá, asegura que las colonias más afectadas por los recortes son Jardines de Morelos, Valle de Guadalupe, Polígonos, Aragón, Laguna de Chiconautla y Potrero del Rey. De hecho a medidados de la semana pasada, un grupo de otro colectivo de ciudadanos, viajó hasta la Ciudad de México para plantarse frente a Palacio de Gobierno y denunciar la violación de su Derecho Humano del acceso al agua. No hay respuestas.
Lo curioso es que algunas colonias, a pesar de ya tener varias décadas que se conformaron, nunca han contado ni con redes de suministro ni drenajes o pozos, como ocurre con Lagunas de Chiconautla, mientras que otras tienen tubería para el suministro domiciliario pero no drenajes, como lValle de Guadalupe. Por eso en la zona ha proliferado desde hace varios lustros, un próspero negocio de suministro de agua mediante pipas, las cuales distribuyen y venden el vital líquido a costos que promedian los 110 pesos por tambo.
El problema radica que mientras los vecinos no cuentan con este recurso en colonias de la llamada Quinta Sección, en la zona operan empresas intermediarias que compran agua al ayuntamiento o se la roban, para luego venderla.
Se trata de maniobras de "huachicoleo" en los pozos y redes que administran familias caciquiles, la mayoría ligadas al PRI, aseguraron vecinos de Tepetlaostoc, quienes apenas, en las elecciones recientes de delegados, intentaron arrebatar el control de la venta del vital líquido, a los líderes locales .
Por supuesto, los vecinos, perdieron en las elecciones de delegados y el control de los pozos, solo paso a otra facción del mismo grupo de familias y caciques, por lo que la venta de agua en Tepetlaostoc y colonias aledañas continua en los mismos términos.
Por lo pronto una red de mujeres y ciudadanos de Ecatepec, acudieron también a principios de junio a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), para presentar una queja formal contra el gobernador Alfredo del Mazo Maza, a quien acusan directamente de violar sus derechos al no cubrir ni garantizar el acceso al suministro de agua potable en medio de la contingencia sanitaria. Hasta el momento y pese a estas luchas urbanas de hombres y mujeres, la pandemia transcurre.
Tere Montaño