Las cuentas pendientes que tiene Enrique Peña con el país, a propósito de la denuncia formal en su contra por parte del exdirector de PEMEX, no tienen solo que ver con mecanismos mafiosos para extraer los recursos de la nación por diversas vías y entuertos legalistas. Los saldos de su mal gobierno federal tienen raíces profundas e insospechadas en el Estado de México, donde Peña Nieto goza de amplia impunidad y redes de incondicionales tan corruptos como él, distribuidos en puestos estratégicos a lo largo y ancho de los tres Poderes del Estado.

Si muchos mexiquenses y mexicanos creían que con la denuncia por parte de Emilio L., podría haber nuevos horizontes para Edomex, donde Peña Nieto y sus otros familiares-gobernadores, dejaron montados los cimientos de instituciones inoperantes, disfuncionales o coptadas, están equivocados. Antes tendrán que pasar muchos años y maniobras políticas, una generación completa quizás, de gente con nuevas formas de hacer política, una que seguramente no conocemos aún.

Y lo digo porque ni la 4T del Congreso Local actual, está logrando en los hechos avances significativos en el combate a la corrupción, más allá de los esfuerzos aislados y enunciativos de algunos legisladores, es claro que desmantelar los mecanismos de poder corrupto requiere muchísimo más que aptitudes discursivas y, aclaró, lo digo por Maurilio Hernández. Por lo que hace a la fracción, su agenda original está a medias y hay una clara amenaza de desmontarla, es más ¿alguien se acuerda de ella?

Lo vimos y vemos en el caso de la UAEMex, del ISSEMYM y del OSFEM, este último caso está perdido, mera pantalla resultado de un montaje fabricado de elección democrática, para premiar a una titular “intocable” de la que no sabemos ni su salario, porque no cotiza -por decirlo de algún modo-, ni para transparencia… En el fondo de lo que se trato en el OSFEM, fue de negociar inmunidad anticipada para Del Mazo, Eruviel, Peña y compañía. ¿Apostamos?

Los otros dos casos: el de la democratización de la UAEMex y el del ISSEMYM, están claudicados. No veremos lo primero (porque la UAEMex es el principal apéndice del PRIAN mexiquense, tanto cómo la CODHEM y demás órganos autónomos) y de lo segundo, no tardan en echarle la soga al cuello a los trabajadores, salvo que la presión social los paralice o haga meter reversa sobre el proyecto que “bajita la mano” ya envió Alfredo del Mazo para medir reacciones y nuevamente ajustar las cuotas, pasando de lado el saqueo al patrimonio del instituto que inició con Montiel y siguió con Peña Nieto.

Hablando de agendas, es sorprendente como el senador Higinio Martínez, quien formó parte de las mismas legislaturas locales que controló Enrique Peña y Arturo Montiel (al igual que Maurilio Hernández, Gerardo Ulloa, Karina Labastida, Miguel Sámano, Armando Bautista, Karla Leticia Fisco y Mercedes Colín, entre otros y claro en diversas bancadas), haya venido a presentar una nueva agenda legislativa, cuando justo en el escenario nacional todo México está clamando por terminar con la corrupción. ¿No sería mejor apoyar a la campaña nacional impulsando cambios de fondo que contribuyan a desmantelar los esquemas de impunidad en Edomex, epicentro de la corrupción nacional?

Que tal, por ejemplo, para empezar, que la LX Legislatura Local haga públicas las Cuentas Públicas completitas de Arturo Montiel Rojas y las primeras tres de Enrique Peña que mantiene ocultas; o que tal si ponen un módulo de transparencia en línea para el OSFEM y de paso publican quienes son y cuanto ganan todos los que integran las direcciones más importantes de esa auditoria. Sirve que vemos de paso ahora a quien impusieron, aparte de Miroslava Carillo, para mover los hilos de la impunidad anticipada y tenemos el mapa completo. Igual lo sabremos.

En cuanto a los saldos del mal gobierno de Enrique Peña de los que hablaba al principio, me refiero a que estos no son solo financieros, por la sustracción de la riqueza nacional, sino de sangre.

Peña no solo es responsable de sustraer los recursos del país y transformarlos en recursos de su propiedad y de la propiedad de sus compinches, también lo es de cientos, sino es que de miles de vidas perdidas o destruidas. Me viene a la mente la masacre de Texcoco -el primer gran baño de sangre de Peña Nieto y Miranda Nava, por cierto-, la criminalización de defensores sociales y de miles de personas inocentes que están abarrotando las cárceles, así como toda la red de mecanismos establecidos en Edomex para continuar usufructuando sus riquezas o sus instituciones por diversas vías. A nivel federal lo es también de miles de vidas, miles de feminicidios, desaparecidos, miles de personas inocentes presas injustamente en cárceles federales -al igual que las estatales- y lo es, sobre todo, de que nos signa faltando dolorosamente 43.

Hasta la próxima