7 de octubre de 2020
La miel mexicana es reconocida internacionalmente por su calidad, sabor y diversidad. Aunque en México el 90 por ciento de este producto se produce en la Península de Yucatán, en el estado de Chiapas apicultores indígenas también producen una excelente miel.
La Cooperativa Tzeltal Tzotzil es un gran referente de este producto en Chiapas, pues desde la década de los 80 comenzó a acopiar miel de sus socios: pequeños productores indígenas que, aunque no contaban con una certificación formal de orgánico, siempre han empleado prácticas sostenibles sin uso de agroquímicos.
Actualmente esta cooperativa está integrada por 311 socios productores de miel y café que exportan su producción a Alemania, Italia, Suiza, Países bajos, Estados unidos y Canadá. Su gran aceptación en estos mercados tan exigentes tiene que ver con su calidad y con la confianza en su trabajo.
Los socios y socias de esta Cooperativa provienen de 27 comunidades indígenas, distribuidas en 5 municipios de la región de Los Altos de Chiapas: Chenalho, Pantelho, Sitalá, Tenejapa y San Juan Cancuc.
Si bien la Cooperativa Tzeltal Tzotzil comenzó acopiando miel, actualmente su principal producto es el café. “Del total del volumen de producción un 80 por ciento es café y el 20 restante es miel,” refiere Ángel burgos, responsable comercial y asesor técnicos de la Cooperativa.
Apicultores socios de la cooperativa Tzeltal Tzotzil, Chiapas.
Desde sus inicios, la cooperativa tenía claro que su miel debería ser de la mejor calidad y por ello fueron pioneros en trabajar con esquemas de certificación y pieza clave para la creación del organismo de certificación, Certimex, que da certeza de que la producción es orgánica sin contaminación de partículas ajenas a esta denominación.
Para lograr la certificación de miel orgánica y vender a los mercados más exigentes de Europa, la cooperativa conformó un equipo técnico de jóvenes profesionistas, hijos de los socios, que brindan asistencia técnica a los productores de miel y café.
Ángel Burgos explica que “se trabaja mucho con los socios en campañas de concientización de la importancia de cuidar el medio ambiente y de ser sostenibles en la producción. De hecho, desde 2019 venimos impulsando una campaña para evitar el uso de agroquímicos en la región, no solo en las parcelas de los socios productores. La presencia de compuestos como el glifosato es muy perjudicial y ya han sido rechazados algunos embarques de miel que se iba a exportar porque se identificó la presencia de este agrotóxico.”
Añade que “es muy importante que los distintos niveles de gobierno contribuyan en la prohibición de estos compuestos, que se impida que la gente los compre y aplique en campo porque afectan tanto nuestra miel, como el agua y el suelo.”
El responsable comercial de Tzeltal Tzotzil lamenta que algunos programas sociales de apoyo a la producción agropecuaria incentiven la adquisición de paquetes tecnológicos que orillan a los campesinos a adquirir esos productos para obtener comprobantes de compra para justificar esos gastos.
Los apicultores están muy conscientes de que el cambio climático es una amenaza real, que ya están padeciendo, pues las variaciones en los periodos de lluvia, las sequías prolongadas y los fenómenos climáticos extremos han mermado mucho su productividad.
“Estas variaciones climáticas han afectado tanto a la producción que la Cooperativa se planteó hace 5 años dejar de acopiar miel y concentrarse en el café, sin embargo, los socios fundadores decidieron en asamblea que sin miel no hay cooperativa, y que el reto es incrementar la producción y no dejarla a un lado. Así que desde el año pasado se dotó de colmenas a varios productores para que puedan crecer sus apiarios e incrementar la producción de miel,” detalla Ángel Burgos.
La selva y el bosque son muy importantes para la apicultura, sin los arboles y las flores no hay miel, por eso la sustentabilidad y conservación de los bosques es pilar de la cooperativa.
Con la llegada de la emergencia sanitaria provocada por el COVID, la venta de su producción se complicó y aunque ya tienen clientes formales, es muy importante abrir nuevos mercados y reactivar los existentes. “Fortalecer el mercado nacional es una tarea muy importante que tenemos las organizaciones y que requiere de impulso de las autoridades de gobierno.”
Afortunadamente, indica Ángel, “con la emergencia sanitaria se dio un fenómeno de incremento en el consumo nacional de miel porque la gente la busca para fortalecer su sistema inmune y prevenir enfermedades respiratorias, debemos aprovechar esta ventana de oportunidad y ampliar el consumo nacional de miel y café de alta calidad.
Como parte de su búsqueda de nuevos mercados, la Cooperativa Tzeltzal y Tzolzil llega a la Tienda UNAM en la Ciudad de México, a través de Obio: Iniciativa comercial de comunidades sostenibles, un proyecto de comercialización de productos campesinos de gran calidad, impulsado por 28 agrupaciones campesinas, el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultora Sostenible, la Tienda UNAM y Fomento Social Banamex.
Si bien la Cooperativa Tzeltal Tzotzil inició como un proyecto apícola, el éxito que tuvieron con la producción, acopio, procesado y comercialización de café ha ganado terreno en la organización y ahora el 80 por ciento del volumen de ventas corresponde al aromático, producto orgánico de especialidad.
Sin embargo, también han padecido las afectaciones climáticas y de enfermedades en sus cafetales, como la roya, que mermó a todo el sector cafeticultor del país. “Pusimos en marcha un programa durante 5 años de producción de planta para renovar los cafetales. Le produjeron más de 600 mil plantas y en este año se detuvo porque se logró el objetivo de la renovación”.
Las condiciones geográficas y climáticas de esa región chiapaneca les permiten obtener una cosecha de alto valor de mercado. No obstante, el café lo exportan en verde y aunque les es redituable, avanzar hacia la comercialización de café tostado y molido, ya sea a granel o empacado, sería un paso muy importante para incrementar considerablemente las utilidades.
El responsable comercial de la Cooperativa refiere que un kilo de café en pergamino se le paga al productor entre 60 y 65 pesos, dependiendo el precio de mercado y los acuerdos que logren hacer los comercializadores; mientras que si se vende tostado y molido se pueden obtener 400 pesos por kilogramo, que fácilmente permitirían duplicar los ingresos de los productores.
Hacia ese rumbo quiere avanzar esta cooperativa, pero “queremos crecer de forma ordenada y cuidando el medio ambiente, por eso a los nuevos socios se los lleva en un proceso de tres años de acompañamiento técnico, para concientizarlos de la importancia de producir de forma orgánica, se les inculcan valores del cooperativismo y la solidaridad,” resalta Ángel Burgos.
Actualmente la cooperativa cuenta con 260 socios que producen café en una superficie de 520 hectáreas, todos de forma orgánica. El volumen de producción es de alrededor de 275 sacos, que son el equivalente a 12 contenedores.
Este año, a pesar de la emergencia sanitaria, hay cosas positivas, pues la Cooperativa Tzeltal Tzotzil lanzó al mercado su café tostado y molido en distintas presentaciones bajo la marca Kotantik, un café orgánico, responsable con el medio ambiente, de alta calidad y de origen campesino e indígena.
Gerardo Suarez
Publicado con autorización del
Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible