Una enfermedad que golpeó cada aspecto de la vida pública y privada, evidentemente, iba a ser minimizada por los gobiernos, conformándose en expresar que “hicieron esfuerzos”. Pero, en el caso de Alfredo del Mazo, ¿Qué tan buenos fueron esos esfuerzos?, ¿Hubo esfuerzo?
Para encontrar respuestas en The Observer Mex, como seguimiento a una revisión de su Tercer Año de Gobierno, analizamos las acciones y no el discurso, a fin de poder determinar qué tan bien, o que tan desastroso, fue su actuar en la pandemia, lo que debió ser su prueba de fuego, y lo que de seguro lo quemó.
Adicional a ello, levantamos opiniones de voces críticas, que todo el tiempo estuvieron exigiendo programas de apoyo para grupos vulnerables, universales y sin partidismos, algo en lo que igualmente falló.
Tarde y opaco
Al ser la entidad más poblada del país, la lógica indicaría que los esfuerzos para evitar un número elevado de contagios deberían ser importantes. No obstante, el Estado de México fue durante muchos meses la segunda entidad con mayor número de contagios, solo después de la Ciudad de México, y superado hasta este mes por Nuevo León.
El Estado de México inició la pandemia informando menos decesos que los de la Secretaría de Salud federal. Además de tardío (pues solo hasta la segunda mitad de abril comenzó a revelar en cuáles municipios se encontraban los contagios, lo que además evidencio opacidad), fue hasta principios de mayo que sus cifras estuvieron más homologadas, previo cuestionamiento de colectivos como Quinto Elemento Lab.
De hecho, tanto el Estado de México, como Querétaro, Yucatán, Tlaxcala y Ciudad de México, fueron los estados que más tarde hicieron pública la información relativa a contagios, de acuerdo al reporte oficial de 5oLAB.
Solo hasta que se les señalaron las discrepancias, el gobierno estatal empezó a emitir boletines nocturnos informando el estado de las cosas en la entidad.
El incidente del Hospital Las Américas
La falta de información por parte de las autoridades estatales en general, pero en concreto con la pandemia, aunado a la desesperación e ignorancia de la ciudadanía, tuvo su punto más álgido el 2 de mayo de este año, cuando familiares de enfermos de Covid-19 irrumpieron en el Hospital de Las Américas, ubicado en Ecatepec.
El detonante de este conflicto entre ciudadanos y elementos de seguridad del hospital, fue que se “enteraron que hubo dos muertes por el virus”, lo cual movilizó a los familiares de algunos pacientes para conocer el estado de salud de los mismos. Llegaron al hospital durante el turno vespertino, que es justo el turno donde solo había un médico atendiendo a los pacientes.
En este punto, personal del hospital cometió la peor acción posible para esta clase de circunstancias: negar la información.
Ello provocó que 15 personas agredieran a personal de seguridad y médicos y enfermeras.
Una vez entrando en el hospital, los familiares llegaron a una zona “especial”. Esta zona no contenía otra cosa que “25 o 30 cuerpos amontonados”, cubiertos únicamente por una lona.
El pánico y desinformación, mezclados con indignación, llevaron a los familiares a creer que en la clínica “les estaban inyectando algo para que se murieran”. “El virus no existe, ellos los están matando”, “No los traigan a los hospitales, aquí los están matando”, se escucha en los videos que los mismos familiares difundieron en redes sociales.
Solo hasta que llegaron elementos de la policía estatal y la Guardia Nacional, se logró restablecer el orden.
“El Gobierno del Estado de México reitera su solidaridad con los familiares de pacientes que padecen COVID-19, así como del personal médico y administrativo que se encuentran en los hospitales que atienden los casos relacionados a esta enfermedad”, expresó unos días después el gobierno estatal mediante un comunicado, comprometiéndose a proporcionar a los familiares la información que debió haber tenido desde un principio.
Días después, en un incidente no relacionado, un vehículo se impactó contra la reja de la entrada principal del hospital. En ambos casos, el nosocomio operó con normalidad poco después.
El Hospital General Las Américas y el Doctor José María Rodríguez son los únicos hospitales Covid en Ecatepec, el cual, desde el inicio de la pandemia en el Estado de México, ha sido el municipio con mayor número de infectados y muertos por la enfermedad, con diez mil 309 casos al cierre de este reporte (14 de octubre) y mil 130 personas fallecidas, mientras que a nivel estatal la entidad ya acumula 86 mil 16 casos positivos y 9 mil 768 decesos.
De hecho, solo 30 municipios cuentan con hospitales Covid (45 hospitales en total), que deberán dar abasto a los 95 municipios que no lo tienen.
Desempleo
Al igual que como ocurrió a nivel federal, la cuarentena no llegó acompañada de un plan de emergencia apropiado a las circunstancias y el tamaño de la entidad, para evitar que miles de trabajadores mexiquenses perdieran su empleo.
El gobierno estatal tomó la decisión de otorgar 3 mil pesos en dos exhibiciones de mil 500 pesos mensuales, los cuales, para alguien que haya visto su negocio afectado por la contingencia, son menos que insuficientes.
De hecho, este “apoyo” fue aún más tardío, pues mientras otras entidades, como la Ciudad de México o Jalisco lo habían implementado en mayo, el gobierno del Estado de México esperó hasta julio, que fue justamente el mes de una muy ligera recuperación económica a nivel nacional. De hecho, estas dos entidades mencionadas dieron montos un poco mayores a los que destinó el Estado de México, ambas dando 5 mil pesos.
Adicional a la tardía reacción Delmacista para atender los impactos en las microeconomías de los sectores menos favorecidos, el programa al desempleo solo contempló a los trabajadores que “perdieron su trabajo en los últimos cuatro meses”. Esto significa que, para acceder al “apoyo”, el trabajador no debió tener actividad laboral desde marzo.
¿El saldo de la pandemia? La pérdida de 59 mil empleos formales, tan solo en los tres primeros meses de la contingencia.
Pero no solo fue lo tardío del programa. También su ineficiencia operativa, pues para sorpresa de miles y miles de desempleados y gente empobrecida por la pandemia, la convocatoria abrió y cerro en menos de lo que canta un galló (alrededor de 24 horas estuvo abierta) la inscripción, con lo que miles, sino es que millones lo más probable, quedaron fuera totalmente de la posibilidad de obtener algún recursos. Las denuncias de que los apoyos estaban siendo repartidos por gente del PRI, surgieron por todos lados, incluyendo en las redes sociales oficiales, donde se filtraron cientos de quejas.
Entrevistado sobre la actuación del mandatario respecto a la pandemia, el diputado Max Correa, de la fracción parlamentaria de Morena, advirtió que Del Mazo Maza “tenía todo” para reaccionar favorablemente con un programa de reactivación económica universal, lo cual lo hubiera congratulado con el pueblo mexiquense, pero no fue así.
“No lo aprovecho, tenía todo para eso”, señaló y advirtió también que “no hubo la voluntad del gobernador de disponer un programa que se pudo haber armado también con el respaldo de la Legislatura, porque nosotros teníamos la voluntad de hacerlo… pero no podíamos ponernos a hacer su chamba”. Al final, no hubo ningún rescate económico para la gente de a pie.
A su vez el diputado Faustino de la Cruz Martínez, consideró que en el año de la pandemia, el ejecutivo estatal “nado de a muertito”, fue un mandatario ausente, lo mismo que su gabinete, y esta ausencia y falta de información, propició eventos como lo ocurrido en el Hospital las Américas de Ecatepec.
“No fue como en la Ciudad de México, donde los ciudadanos a los que se les diagnosticaba la enfermedad, se les dio seguimiento en sus domicilios, se les entregó un kit de apoyo médico, lo que de este lado no ocurrió… la gente tenía que andar buscando dónde poder atenderse, aunado a que existe una desconfianza por parte de instituciones de salud, en el sentido de que la atención no era eficaz, ni pronta y ante los rumores de que quien se iba a los hospitales no salía vivo, la gente prefería resguardarse en sus domicilios, así ocurrió en el Valle de México y el Valle de Toluca, donde la gente nos informamos mejor a través de Hugo Gatell y el gobierno federal), señaló el diputado.
Ecatepec sin agua
Pero no solo lo anterior marcó la acción o inacción gubernamental del gobierno mexiquense en la administración de la emergencia, también lo hizo el trato partidista y político con el que enfrento la contingencia en momentos cruciales.
El capítulo más oscuro pudo ser el manejo proselitista del agua en Ecatepec, el municipio con más pobres y más infectados quizá del país. La decisión del ejecutivo fue una: cerrarles la llave.
Como fue ampliamente documentado en este portal, entre abril y mayo, el gobierno estatal aplicó un recorte de 643 millones de litros de agua para Ecatepec, imposibilitando a sus habitantes el cumplir las medidas sanitarias más básicas para evitar la propagación del virus, como la simple acción de lavarse las manos.
Esta acción afectó a 600 mil ecatepequenses. La situación escaló a tal punto, que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) se vio obligada a intervenir. Aún en agosto, el gobierno municipal se vio en la necesidad de captar el agua de lluvia proveniente de las partes altas de Santa María Tulpetlac en la Sierra de Guadalupe, a fin de medio paliar los impactos del recorte de agua del gobierno Delmacista.
Al momento de cerrar este artículo, Ecatepec contabiliza 10 mil 249 casos por Covid-19, y mil 123 defunciones. No hay manera de determinar con exactitud el número, pero cabría preguntar cuántas de estas muertes se provocaron por la imposibilidad de lavarse las manos, gracias al gobierno estatal.
Con información de Tere Montaño