8 de marzo de 2021

En el estado con uno de los más altos niveles de violencia feminicida de todo el país, donde en promedio 400 mujeres son asesinadas cada año (incluyendo homicidios dolosos y feminicidios), las mujeres que conmemoraron el 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, lanzaron una auténtica revuelta en la capital con acciones extremas contra inmuebles de los tres Poderes del Estado de México, hasta donde llegaron colectivos radicales con pintas y destrozos; la policía mexiquense respondió con acciones de contención y en algunos casos represión abierta, gases lacrimógenos y cercos.

Colectivos Feministas enarbolando diversas banderas, desde la democratización de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex), hasta la atención de hijos de mujeres víctimas de feminicidios y asesinatos (los cuales permanecen impunes en su enorme mayoría), se organizaron en diversos puntos de la ciudad desde temprana hora, siempre bajo la vigilancia de nutridos contingentes de policías que desde muy temprano de las movilizaciones, las asediaron en diversos puntos.

Apenas alrededor de las 13:20, cuando comenzaban a organizarse, el asedio policiaco de la corporación estatal y la municipal que encabeza el alcalde panista de Morena, Juan Rodolfo Sánchez Gómez, iniciaron las primeras acciones de hostigamiento, para solo tres horas después estallar en una enorme movilización de feministas radicales que tomó por sorpresa la ciudad, en acciones dirigidas a los símbolos de las instituciones que les han fallado y les han quedado a deber históricamente.

A la cabeza los contingentes de jóvenes llevaron los nombres de docenas y docenas de mujeres que han sido asesinadas en Edomex; así como las banderas de justicia que llevaron las madres de otras tantas jóvenes que han desaparecido, las han asesinado o no terminan por recibir justicia y sus casos están sin resolver.

En el Palacio de Justicia, las feministas destruyeron vidrios, realizaron pintas y arremetieron contra las ventanas del edificio que alberga a magistrados y jueces -actualmente en la mira por presunta fabricación de culpables en serie-; mientras que en la sede del Poder Ejecutivo, las jóvenes fueron recibidas con vallas de cientos de policías que blindaron el inmueble y desde donde lanzaron gas lacrimógeno y gases para disminuir la visión, de manera intermitente.

También en la sede del Poder Legislativo, las feministas encendieron fuego en la entrada principal, realizaron pintas y destrozos de todo tipo.

Mientras tanto el gobierno municipal que encabeza Juan Rodolfo Sánchez Gómez, invisibilizó las marchas, las protestas y toda la revolución que ocurrió a lo largo del día en las calles, plazas y avenidas principales de la capital que gobierna, guardando silencio oficialmente y centrando sus comunicados en la celebración del 8M con reuniones virtuales de funcionarias panistas y priístas que ha arropado su administración, pese a haber llegado al poder con los votos de Morena.

Además del silencio del gobierno municipal, otros medios oficialistas callaron las movilizaciones y obviaron muchos de los hechos de protestas radicales de las mujeres en esta larga jornada de activismo feminista de todo tipo de corrientes.

Cabe destacar que el Estado de México, es actualmente una de las entidades con el mayor número -en números absolutos- de mujeres asesinadas en el país, así como con niveles de violencia que afectan al 70% de mujeres, de acuerdo a estadísticas oficiales del INEGI.

Tan solo en la entidad mexiquense, se registraron mil 989 casos de violencia de género en 2020, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. El año anterior se registraron mil 434, es decir, durante el año pasado hubo un aumento de 38.7% de casos de violencia de género.

En 2019, se registraron 122 feminicidios, cifra que aumentó a 150 en 2020. Esto representó un aumento de 22.9%

De acuerdo con el Observatorio Nacional Contra el Feminicidio, se cometieron 253 homicidios de mujeres y 150 feminicidios en 2020.

Tere Montaño