05 de abril de 2022

La organización Artículo 19, presentó este martes su Informe 2021 sobre la Libertad de Expresión en México, el cual atinadamente intituló “Negación”, en alusión a la persistente posición del gobierno federal, pero particularmente del presidente Andrés Manuel López Obrador, para rechazar, aminorar, ningunear, disminuir, o incluso negar total y llanamente, la situación que enfrenta la prensa en México. Peor aún su vocación beligerante frente a ella.

Advierto, me parece que el gobierno actual, es mil veces mejor que los que antecedieron a l de AMLO, ni el aparato extractivista y corrupto del PRI, vía Enrique Peña Nieto, ni el criminal sexenio de Calderón o el de Fox, vía PAN, se acercan lejanamente al gobierno obradorista con todo y sus fallas, primero y ante todo porque fue electo democráticamente y no por un fraude y segundo, su vocación auténticamente democrática y su dimensión social (digan lo que digan con su campañita para desmovilizar la participación ciudadana y denigrar absolutamente todo). No obstante en el tema de libertad de expresión AMLO nos queda a deber, quizá en otras cosas seguramente también, pero ahora voy por el tema de los periodistas.

Bien. Paso al desglose.

En el periodo que se informa, el director regional para Centroamérica de Artículo 19, Leopoldo Maldonado, hizo un recuento de la atroz situación que enfrentamos cotidianamente los periodistas para cumplir con nuestro trabajo informativo y de recabación de datos, en medio de contextos de alto riesgo, debido a la exacerbación de la violencia de diverso género que se enfrenta en las distintas regiones del país y que va desde la violencia que se deriva de la inseguridad urbana hasta la violencia feminicida y aquella, la más letal, que involucra al crimen organizado.

En el caso de los periodistas, estas violencias no solo nos alcanzan, sino que se vuelven más peligrosas de manera particular cuando nuestro trabajo se acerca a la cobertura justo de temas relacionados con el crimen organizado y la inseguridad, pero más aún cuando realizamos trabajo investigativo relacionado con la fiscalización del poder público y su nexos con poderes fácticos.

En 2021, de acuerdo con el informe de Artículo 19, un total de siete compañeros fueron asesinados, mientras que en este inicio del año ya van ocho, además de que se documentaron más de 680 agresiones.

Las cifras son brutales. Ni siquiera hay más que agregar. En ningún otro país del mundo, ni siquiera en aquellos que están en guerra o enfrentan algún conflicto armado, ocurre lo que aquí.

Cada asesinato, cada ataque contra un periodista al que arrebatan la vida, constituye una tragedia social en sí misma, no solo por las vidas que se pierden y las familias que quedan destruidas –lo que ya es una atrocidad-, sino también por lo que pierde el país, los pueblos, las comunidades, las ciudades.

Un periodista menos, resulta en una población con menos elementos fiables para la toma de decisiones ciudadanas y democráticas, porque cuando un periodista es asesinado, cuando es tan brutalmente acallado, se lleva con ella o con él aquello que logró descubrir resultado de su trabajo… esos nexos que logró entender, esos datos y esas relaciones o triangulaciones inimaginables, ese robo o saqueo de los dineros públicos o ese cochupo oficial que buscaba entender, documentar y difundir. Cuando un periodista es acallado, nos acallan a todos. Nos roban algo. Nos roban futuro.

Por eso resulta tan letal para la libertad de expresión que el presidente Andrés Manuel López Obrador, en un hasta quizás entendible afán de hacer la vida pública “cada vez más pública”, incurra en dichos y contradichos que terminan por estigmatizar a unos, criminalizar a otros, lanzar dudas sobre la trayectoria de alguno y enlodar a todos…

Lo han dicho al revés y al derecho muchos compañeros y compañeras, lo he dicho yo misma en algunas tribunas (no en Edomex por cierto), lo han dicho presentadores de noticias famosas o famosos y hasta periodistas modestos de provincia como yo. Lo único que está provocando el presidente, es una animadversión hacia los periodistas en general, transmitiendo la idea de que todos somos corruptos, o todos somos Loret, lo que también es falso. No somos Loret por cierto, pero aún él, está en su derecho de criticar y señalar y de no ser atacado por sus ideas, así es una democracia ¿No se supone que por eso lucho? Habrá que “apechugar” de otras formas más inteligentes.

Si bien al ejecutivo federal le sobran razones de resentimientos, incluso entendibles, tras sufrir en carne propia 30 años de persecución como luchador social, resulta increíble que su cambio de posición o de bando, en lugar de ser una ruta de cambio, se haya convertido en una excusa para el señalamiento continuo, lo cual termina por colocarlo en la misma posición que le provocó tantos desvelos como perseguido político, tanto por sus ideas como por sus dichos.

Cierto, tampoco podemos negar que existen compañeros que han lesionado profundamente la vida democrática de México, al desviar por completo los principios éticos del trabajo periodístico. A muchos de ellos, incluidos medios impresentables, los escuchamos nombrar cada día en voz del presidente. El problema es que el ejecutivo federal ha convertido esta maña en una obsesión personal, que está arrasando con todos…

Vale la pena estudiar el informe 2021 de Artículo 19, el análisis de cifras es interesante, pero más que eso, esperemos que abone a que el presidente, al menos intente darle un giro a su política obsesa contra ciertos compañeros y medios.

PARA IRME

Parece que organizar “foros” se ha convertido en la nueva gran idea del PRI, el INE y la derecha (al parecer todos son lo mismo ahora), para distraer los temas torales de nuestra democracia, desviar la atención y evitar entrar al fondo de las responsabilidades para cumplir con lo que mandata la ley. En pocas palabras para “darnos atole con el dedo” en temas que buscan desviar, con tal de hacer fracasar a la 4T. Importa poco si “entre la patas” se llevan al país.

El INE piensa que los ciudadanos y los periodistas somos tontos, al pretender que “hacer foros” es igual a “promover la participación ciudadana” en el ejercicio de revocación de mandato; al igual que el Poder Judicial de Edoex y la unipartidista Legislatura Local (el PRI al parecer ya se tragó a todos sin excepción), piensan que hacer foros sobre Amnistía, es pretender amnistiar, mientras cientos de inocentes recluidos bajo delitos fabricados sufren y esperan en las cárceles mexiquenses –el infierno en la tierra-, a que el Poder Judicial y los legisladores responsables de entregarle por completo el poder de amnistiar, se dignen a aplicar la Ley de Amnistía para presos con delitos fabricados de alto impacto, pues al final lo que tendría que haber hecho el Congreso Local para cumplir con el compromiso del presidente López Obrador, terminaron cediéndolo al mismo poder que ha convertido un caos, y un sistema de "injusticia institucionalizada" las cárceles. Ambos Poderes son responsabls, incluyendo la pasada Legislatura que sigue encabezando el mismo grupo morenista-panista-priísta del Grupo Atlacomulco.

Por cierto. ¿Será cierto que don Maurilio tiene como asesores de cabecera a Isael Montoya Arce –exconsejero del IEEM que se vio involucrado en el escándalo de “Cartonera Plástica S.A. de C.V.- y al mismísimo Efrén Rojas Dávila, exrector y excolaborador de oscuros exgobernadores priístas? ¿Será? Congruencia o cinismo ¿Qué será?



Hasta la próxima