1o de septiembre


El presidente Andrés Manuel López Obrador rindió su sexto informe de gobierno en un ambiente controlado y bajo los mismos ritos que le heredó al priísmo: cerrando el paso al zócalo de manifestantes e inconformes con su gestión -víctimas colaterales de la violencia en su sexenio-; mentiras oficiales que institucionalizó como propaganda de su régimen –como el falso abatimiento de la corrupción-; acarreo de simpatizantes y cero autocrítica.

Durante un discurso de dos horas, el presidente destacó sobre todo el que sin duda sí es su mayor logro y que tuvo un gran impacto entre sectores desprotegidos, como la entrega de las pensiones a todos los adultos mayores del país; la distribución regular de 10 millones 878 mil 500 becas a alumnos desde prescolar hasta secundaria; becas a todos los alumnos de preparatoria –dijo- de escuelas públicas y a 262 mil madres solteras, entre otras distribuciones de despensas o apoyos de programas sociales.

Por otro lado hizo un comparativo para poner en perspectiva lo que considero uno de sus mayores logros: “Mientras que con Felipe Calderón y Enrique Peña cada mes 100 mil personas caían en la pobreza”, aseguró que en su gobierno "cada mes 100 mil mexicanos salen de la pobreza", cifra que no es verificable en ningún documento o estudio.

Insistió que terminó con la corrupción, lo que es y trascenderá como su principal mentira sexenal, ya que los indicadores disponibles indican que la corrupción sigue permeando las instituciones, los sistemas de salud, de justicia, los trámites burocráticos y los gobiernos estatales como el del Estado de México, por ejemplo, donde Delfina no ha cambiado un ápice al sistema de corrupción imperante que le heredó a Del Mazo (recontrató a su equipo, escondió contratos, avaló líderes corruptos como en el caso del SUTEYM, retiró datos de transparencia, nego la amnistía a inocentes recluidos, etc.), o el gobernador de Sinaloa, Ruben Rocha Moya, también el mejor ejemplo del esquema de “nacogobiernos mexicanos” que se afianzo con el arribo de Morena y López Obrador al poder.

En el tema de corrupción existen además suficientes indicadores incluso internacionales, que evidencian un claro retroceso en el combate a la corrupción desde que López Obrador arribó al poder en 2018 (ver imagen), como indica el más reciente reporte de Transparencia Internacional 2023, el cual ubica a México en el lugar número 126 de 180 en el Índice de Percepción de la Corrupción, compartiendo la misma puntuación que los países africanos de Kenya, Niger y Togo, al igual que con El Salvador en el caso de América.

Adicionalmente el INEGI en su más recient encuesta de Calidad e Impacto gubernaental revela que 83% de los mexicanos continua resintiendo la corrupción en México, sobre todo las extorsiones en Seguridad Pública en un 59% y cuando desean abrir una empresa en 27.5%.

En su larguísimo discurso destcó sus logros en obras de alto impacto como el Tren Maya que recién puso en operación e invitó a que lo visiten. Destacó también el rescate de PEMEX y de la Comisión Federal de Luz y Fuerza del Centro, así como ISSSTE e IMSS; presumió la puesta en marcha del Parque de Texcoco donde Enrique Peña Nieto, cuyo sexenio aludía como de altamente corrupto pero que se cuidó de no perseguir, pretendía construir un aeropuerto.

En economía López Obrador destacó la estabilidad del peso frente al dólar, haber logrado posicionar la economía mexicana del sitio 15 entre las economías más destacadas del mundo al sitio 12.

Indicó que subió el sueldo a los maestros en 48%; agradeció a los generales que dirigieron las Fuerzas Armadas su apoyo. Dedicó un párrafo al caso Ayotzinapa que no resolvió quebrando una de sus principales promesas, sino que opto por ametrallar con mentiras y criminalizar a las víctimas colaterales para “lavar la cara” al Ejército Mexicano por su involucramiento directo en esta masacre de acuerdo con sobrevivientes, testigos e investigaciones periodísticas.

Hubo acarreados y el Zócalo por primera vez no estuvo desbordado, se notaron grandes huecos entre la multitud, aunque es posible que el lleno solo de la plancha fue del 90%.

Por la mañana organizaciones de familiares de los más de 120 mil desaparecidos en México fueron interceptados en las inmediaciones del zócalo y se les impidió el acceso, aunque otro grupo que permanecía en plantón desde días previos, pudo estar muy cerca, pero siguió siendo ignorado entre acarreados que celebraban a López Obrador .

Los familiares de este desastre de las víctimas de la violencia en México, aclararon que con 200 mil asesinatos en esta administración, realmente hay poco que celebrar. Nuevamente AMLO les dio la espalda.

LO QUE NO DIJO

Así como López Obrador resalto lo que consideró los mayores logros de su administración, hubo otros aspectos que también destacaron por su ausencia, ya sea por no estar incluidos en su último informe, o porque las dijo en sentido contrario convirtiéndolas en auténticas y crasas mentiras del tipo “acabamos con la corrupción”.

En este punto López Obrador omitió informar que durante su gobierno se registraron ,ás de 190 mil asesinatos (datos del Secretariado Ejecutivo Nacional de Seguridad Pública), atribuibles a la violencia que se exacerbo en su gobierno; tampoco cito las muertes que pudieron ser evitables en la pandemia y que algunos estiman en más de medio millón de personas.

Ante la falta de un sentido autocrítico en su último informe de labores, López Obrador decidió nuevamente alejarse de lo que podría ser su mayor “no logro”, la violencia que ha incendiado el país por vía de la disputa de docenas de cárteles y grupos del crimen organizado que se han dividido la geografía, en algunos casos en complicidad con el Ejército y agrupaciones policiacas; mientras que en otros casos, grupos de corte paramilitar –como en Chiapas- que mantienen el control de amplias zonas.

Tampoco hablo de que las extorsiones se han convertido en un nuevo modelo criminal que en su gobierno se ha desbordado (un estudio de Coparmex con cifras del INEGI revela que la extorsión en este sexenio crecieron 45%; ni que cumplió su promesa de hacer justicia en el caso Ayotzinapa; ni que se alió con las élites empresariales que al mismo tiempo fustiga todos los días y que sobre todo optó por no mirar a las víctimas de sangriento sexenio.