Cuando me dice alguien que va a votar por el Partido Revolucionario Institucional me pregunto por cuál de los dos: el de antes de 1982 o el que rige hasta la fecha. A veces les hago ese cuestionamiento a periodistas, analistas y gente afín al tricolor, pero la gran mayoría da por hecho que es el mismo cuando son totalmente distintos.

Son dos PRI: uno que construyó instituciones y otro que se encargó de reducirlas o terminarlas; uno que les otorgaba garantías sociales a los mexicanos y otro que las limita o borra; uno que hacía una mejor distribución de la riqueza generada, y otro que reencausó esas ganancias a unas pocas manos.

El PRI que creó la CTM y la CNC como instrumentos de lucha del sector obrero y campesino, y otro que las redujo a meros instrumentos de manipulación electoral que explican la miseria en la que viven actualmente millones de mexicanos.

El PRI que enaltecía a los grandes personajes de la historia, las fechas y acontecimientos de etapas como la independencia, la reforma, la invasión francesa, la revolución, el cardenismo, la etapa de los creadores, y el que los disminuyó, denostó, borró de los libros de texto y sustituyó, incluso, apoyó a historiadores para difundir “hechos desconocidos” y llegar a extremos de asegurar que personajes destacados nunca existieron como fue el caso de los niños héroes. La degradación es tan profunda que sólo sirven para los fines de semana largos.

El PRI de José López Portillo -con todo y su corrupción- y su esposa Carmen Romano que se enorgullecían de la cultura nacional y la promovían por el mundo usando trajes regionales en sus giras internacionales, hasta la actual “primera dama” que genera polémica por lo oneroso de sus atuendos y escándalos que llevaron a que Presidencia la alejara de los reflectores.

El PRI del Nacionalismo Revolucionario y la Justicia Social -aunque sea como aspiración- concluyó con el ex presidente José López Portillo quien ya preparaba a su sucesor como lo establecía la moda de la época impuesta por el vecino del norte: un presidente amigo con formación en el extranjero -posgrado en Administración Pública en Cambridge- y que jugara a su favor en la cancha del libre comercio: comenzó entonces la época de los tecnócratas con Miguel de la Madrid Hurtado y un pequeño grupo de “científicos del sistema”.

Fue en ese momento en el que darían una vuelta de timón de 180 grados para tomar rumbo al neoliberalismo que se encargaría en primer término de quebrar y llevar al desastre económico a empresas del Estado para venderlas a precios de ganga en beneficio de empresarios y políticos de la “familia revolucionaria” y extranjeros.

Para el fin de su sexenio fueron vendidas 188 paraestatales supuestamente con el pretexto de tener ganancias con su venta y generar ahorros al gobierno porque algunas eran una carga para el Estado. La historia confirmó la sospecha del momento que la intención era beneficiar a unos cuantos.

Periodistas, analistas y priístas en general con los que converso frecuentemente se confunden cuando les pregunto que a cuál de los dos se refieren porque hablan de él como si se tratara del que conocieron en el pasado, con el que crecieron y del que traían tradición familiar. Generalmente afirman que es el mismo.

Hace poco platicando con un político experto del sistema que raya los 70 años y que heredó su tradición a su hija por el rumbo de Coacalco, reconoció que los “nuevos políticos del PRI” los desplazaron; ya no tienen el mismo amor por México, por su gente y sólo les importa hacer negocios, incluso tienen poca preparación para hacer buen gobierno, afirmaba al calor de unas tazas de café y la nostalgia del pasado.

Llanto
Lamentable, pero realmente lamentable fue lo sucio que los turistas dejan por todos lados. Desde las playas hasta las montañas, las plazas públicas hasta los monumentos históricos y zonas arqueológicas. Vergüenza internacional porque más de un grupo de visitantes extranjeros se pusieron a levantar los desechos de los demás.

Alegría
Estudiantes, los deportistas, empresarios y gente de la sociedad civil son los que siempre sacan la casta en este espacio. Venga el reconocimiento para el investigador de la Facultad de Medicina de la UAEM, José Javier Reyes Lagos, por ganar el “Premio Weizmann 2017”, otorgado por la Academia Mexicana de Ciencias y la Asociación Mexicana de Amigos del Instituto Weizmann de Ciencias.
Desarrolló una técnica no invasiva que ayuda a conocer la variabilidad de la frecuencia cardiaca y abonan a un diagnóstico oportuno, así como a prevenir alguna complicación durante el parto.

Charada
Luego de que la SCJN ordenó al Congreso de la Unión aceptar, analizar, debatir y aprobar la ley para regular la publicidad oficial, el PRI obediente presento una a su modo, descafeinada y que no recoge ninguna de las 8 propuestas hechas por organizaciones civiles. Intentó aprobarla en comisión, pero no pudo.