Hacia el zona norte de Toluca los pozos artesianos de alrededor de 20 viviendas, continúan clausurados desde octubre pasado, debido a que el agua que proveían se contaminó con hidrocarburos, mientras en la zona hay indicios de una velada sustracción ilegal de combustibles, con ordeñas subterráneas, nocturnas y a pie de tierra, que representan un peligro continuo para la población y el miedo de “salir volando en cualquier momento”.
De hecho, los topos y los huachicoleros, han dejado aquí, una auténtica zona minada que recorre los caminos y atraviesa los campos secos y contaminados, debajo de los cuales corre una venosa e intrincada red de ductos, usufructuados por las bandas.
Se trata de “la Frontera”, el área donde confluyen las comunidades de San Cristóbal, San Cayetano y San Pablo, y donde los altos niveles de marginación y pobreza del 65% de la población –de acuerdo al reporte del INEGI del 2016-, junto con la presencia de un ducto de PEMEX, hacen una combinación explosiva de alto riesgo.
El continuo asedio de las bandas de huachicoleros sobre la población aledaña a los ductos de PEMEX, también representa una amenaza constante para las actividades tradicionales de estas comunidades de origen indígena, como la albañilería y la agricultura, bajo riesgo de ser desplazadas debido a que el crimen organizado ofrece mejores regalías, reconocen vecinos.
La oferta laboral de los “huachicoles” es amplia, desde halconeos caseros y distribuidos en puntos estratégicos de esta zona, hasta transportadores y vendedores, pues por ejemplo en San Cayetano, es secreto a voces que existen “tienditas” donde los taxistas se abastecen cotidianamente y pueden comprar gasolina a diez u ocho presos el litro… una ganga.
Dicen que ahí, unas 20 familias asentadas en las inmediaciones de los ductos, controlan el negocio de la extracción ilegal. Un recorrido por la zona, permite ubicar fácilmente la trayectoria de los ductos –pues hay señalamientos de peligro de color amarillo que marcan los sitios-, y a su paso, edificaciones que no esconden la rara prosperidad en una zona, donde el paisaje común es de pobreza, con caminos rurales, calles sin pavimentar y sin electrificación pública, zonas paupérrimas de cultivos, rodeadas por viviendas marginales, muchas expuestas, sin bardas, diminutas y con materiales improvisados en algunos casos. Pero ahí, el huachicol, prospera…
Mientras, allá en “la Frontera”, se localiza el punto más activo de la sustracción ilegal de hidrocarburos del municipio, ya que el lugar, ubicado a unos 200 metros de los campos de fútbol, están las instalaciones que forman parte de la “subgerencia de transportación” de PEMEX en Toluca, y donde es posible apreciar a simple vista, cómo el ducto sale a la superficie por cerca de unos diez metros, entre lo que parece un área de bombeo, para volver a hundirse en el suelo y continuar su trayecto de más de 400 kilómetros.
Estas instalaciones, que deberían ser protegidas día y noche, están resguardadas detrás de endebles y bajas bardas que cubren el pequeño predio accesible a la vista, porque la entrada principal se cubrió tan solo con malla metálica. Sin embargo, este sitio expuesto, es el más codiciado y vigilado por los huachicoleros que merodean el lugar.
Es por ello que vecinos que se oponen a las extracciones ilegales por el riesgo que representann para su seguridad, siempre están bajo vigilancia o amenaza, para que no reporten la actividad huachicolera en la zona, o para que les permitan entrar a sus inmuebles, o para comprarles terrenos –a la fuerza-, o rentárselos.
Incluso hay inmuebles, que hoy muestran sellos de clausura de la PGR o son vigilados por patrullas (como en San Cayetano), donde operaron válvulas ilegales de extracción, incluyendo algunos domicilios donde recientemente se descubrieron túneles.
También se reporta la aparición de dos nuevos inmuebles, ubicados en línea recta a las instalaciones de PEMEX, como a 200 o 300 metros, a los que se les construyeron bardas muy altas –de más de 4 metros- con el objeto de no ser accesibles a la vista las actividades que ahí se pretenden realizar, y que según los vecinos, estarán "resguardando" nuevas estaciones para la sustracción ilegal y el almacenaje. “Solo esperan que el escándalo baje…”. No hay otra explicación.
Quienes conocen el área –y cuyos nombres no revelamos por su seguridad-, sostienen que el próspero negocio del huachicoleo aquí, ha corrompido autoridades policiacas, flotillas de taxistas y autoridades municipales de la pasada administración para permitir las ordeñas que lo mismo se realizan desde dentro de los inmuebles, hasta a ras de piso, en medio de los campos de cultivo, de los caminos sin pavimentar, o desde el interior de patios, de domicilios cercanos o marginales que circundan el lugar.
A solo 50 metros detrás de las instalaciones de PEMEX, hay un cerro de escombros, debajo de los cuales, quedó enterrada una de las más recientes tomas clandestinas que operó por meses en esta zona al cobijo de policías que evadían los reportes, incluyendo los que operan el C5, aseguran, y que “se hacían de la vista gorda”.
También frente a la entrada de la malla que cubre la entrada de las instalaciones, hay a pie de tierra y pegado a la barda, otro hoyo donde operaba otra toma, enfrente una más y en la parte trasera al menos otras dos. Los topos y los huachicoleros, han dejado una auténtica zona minada. Incluso en uno de los hoyos, dejaron abandonadas las cintas de la PGR que las marcaban.
Apenas, el pasado fin de semana, el secretario general de gobierno, Alejandro Ozuna Rivero, reconoció que el Valle de Toluca, junto con municipios conurbados de la zona metropolitana del Valle de México, es la zona del Estado de México más crítica en la “ordeña de ductos”.
Por su parte, vecinos de la llamada “frontera”, revelaron que por alguna razón en 2018, la ordeña del ducto Tula-Toluca, se salió tanto de control y las extracciones se hacían de forma tan intensiva y casi a toda hora, que en octubre el problema se desbordó, cuando cerca de 70 pozos, casi a un tiempo, resultaron contaminados.
Hoy esos pozos están inservibles. Contaminados e irrecuperables, asegura la gente, la cual hoy se abastece de pipas que les surten regularmente el vital líquido.
También en esta zona entre noviembre y diciembre, cuando el combate al huachicoleo se hizo más intenso, comenzaron a surgir inmuebles donde se escondían tomas clandestinas, algunas subterráneas e incluso salieron a relucir túneles, construidos por debajo de los ductos, al “más puro estilo Chapo”. Afuera de esos inmuebles, ubicados cerca de la calle Isidro Fabela de esa zona, continúan los sellos de clausura.
Contando estas tomas subterráneas, en un radio de no más de 200 metros, localizamos al menos casi 10 tomas clandestinas. En una, a pie del camino, quedaron las marcas sobre el suelo hundido, de los trailers pesados y cargados a tope, que se pararon en el mismo sitio por meses, sustrayendo el combustible hasta quedar a tope.
LAS 1AS CIFRAS OFICIALES DEL HUACHICOLEO EN EDOMEX
De acuerdo a cifras de PEMEX, el Estado de México, estaría entre las cinco entidades de todo el país, que en 2018, por alguna razón, repuntaron en la cantidad de extracciones ilegales, hasta llegar en el caso de Edomex, a mil 268 casos, casi igual que Jalisco, con mil 263 casos, y por debajo de Puebla, con mil 815 reportes en 2018 e Hidalgo, con mil 726 casos, sin duda el primer lugar a nivel nacional en este fenómeno.
Comparando estas cifras con 2017, en el Estado de México, la ordeña de ductos, presentó el año pasado un aumento del 29.40%, ya que ese año se presentaron 967 casos reportados.
En total en todo el país, en 2017 se reportaron un total de 10 mil 363 tomas clandestinas. Ese año, el promedio mensual de reportes en Edomex fue de 70 tomas, sin embargo en octubre se reportaron 114 casos –fue el mes con mayor actividad huachicolera en la entidad-, mientras que en septiembre 89 reportes, en agosto 94, en julio 85 y en junio de ese año, también 95.
Asimismo en 2017, Puebla siguió ocupando uno de los primeros lugares, con mil 443 tomas clandestinas y solo comparable con el fenómeno que se presenta en Guanajuato, con mil 852 reportes ese año, mientras que Hidalgo registró mil 64 casos.
Sin embargo en 2018 el robo de hidrocarburos en todo el país se disparó casi 30%, al registrarse 12 mil 581 tomas clandestinas.
Edomex, como se comentó arriba, fue una de las entidades con mayor actividad, junto con Puebla, Hidalgo, Guanajuato, Veracruz y Tamaulipas, y si bien el promedio de tomas ilegales en 2017 fue de 70 por mes en la entidad, en 2018 fue de 105, con mayo como el mes más activo de los huachicoleros locales con 172 reportes, mientras que en octubre fueron 148 tomas clandestinas y en noviembre 142.
SEGURIDAD
Mientras tanto el gobierno municipal de la nueva administración, anunció desde la semana pasada, un incremento de la seguridad en la zona, con más presencia de personal de seguridad y militar, sin embargo el domingo que se hizo un primer recorrido, en el transcurso de hora y media, no se presentó ni pasó por el sitio ninguna patrulla o unidad del ejército o municipal.
Vecinos denunciaron que en la administración pasada, los reportes al C5 de los huachicoleos nocturnos o a pie de camino, no eran atendidos, lo que provocó que las ordeñas, se hicieran hasta en el día y frente a ojos de todos.
También otros vecinos, aseguraron que en ocasiones, había personal de PEMEX, con todo y pipas, a mitad de caminos, ordeñando los ductos. Nadie decía nada, inicialmente pensaban que se trataban de maniobras oficiales. Con el tiempo descubrieron que no, que era huachicoleo oficial…