En Almoloya de Juárez, existe una pequeña parroquia del siglo XVII, que en promedio cada tres años, en ocasiones cada dos, cambia el tono de sus antiquísimos muros y los combina con vivos brillantes, de esta forma en menos de una década, ha pasado del blanco y vivos en tonos "guinda" para estar ad hoc, a amarillo y durazno, también hay quien la recuerda verde, pues siempre es “al gusto del pueblo”.
En su interior la parroquia guarda un tesoro histórico, como otros tres mil templos del Estado de México, consistente en retablos del siglo XVII y XVIII, una pila bautismal que al parecer es incluso de un siglo anterior, además de estatuas de bulto confeccionadas en madera que lucen el estilo de arte sacro del más antiguo que se tiene en México.
Todo este patrimonio histórico, está a resguardo de los párrocos y las comunidades, pues si bien se destina algún recurso por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), para su preservación, “los recursos no alcanzan para todas”, señaló el padre Jorge Rosas, quien es vocero de la Diócesis de Toluca, pero también ha vivido en carne propia, los “apuros” de los sacerdotes para preservar estos lugares, siempre acompañados de la mano de las comunidades.
En una entrevista realizada en su oficina del centro de Toluca, reconoció que de no ser por las propias comunidades y la forma como se organizan, estos templos se vendrían abajo y estarían simplemente vacíos, pues el otro problema que enfrentan para preservarlos, además de la insuficiencia de recursos, es la amenaza constante de criminales, ya sea solitarios o de organizaciones, especializados en arte sacro.
Admitió que por eso son importantes figuras tradicionales y tan antiquísimas como las propias parroquias, conocidas como Mayordomos, Fiscales y Topiles, quienes reciben por cierto tiempo, alguna responsabilidad relacionada con el cuidado y manejo de las parroquias, como espacio vivo y de servicio a la población.
En la parroquia del pueblo de San Miguel Almoloyan, por ejemplo, existe una figura similar conocida como “Semanero”, el cuál durante siete días corridos, come, duerme y prácticamente vive en el interior de la parroquia, para evitar saqueos.
Pero los “semaneros” de San Miguel incluso van más más lejos, vigilan con ojo de águila a los desconocidos y cuidan todo su recorrido por la iglesia, el atrio y la capilla, hasta que se van… “no sea la de malas”, señala uno de ellos.
Datos de la Coordinación de Monumentos Históricos del INAH, señalan que en el Estado de México existen alrededor de tres mil estructuras religiosas, principalmente parroquias, templos, capillas, exconventos, etcétera, con un altísimo valor histórico y cultural y en algunos casos con reconocimiento como “patrimonio de la humanidad”.
De hecho en los 124 municipios existen templos que datan de los siglos XVI, XVII, XVIII e incluso algunas de valor importante que corresponden al siglo XIX. El único municipio mexiquense sin este tipo de estructuras es Nezahualcóyotl.
El padre Jorge Rosas, asegura en todos los casos, los padres tienen a su cuidado este valioso patrimonio y siempre, aunque no cuenten con recursos y tengan que hacer alguna intervención de mantenimiento, están obligados a consultar al INAH.
“Puede no haber recursos, pero nos respaldan técnicamente y nos dan acompañamiento y asesoría en los trabajos”, indicó, tras señalar casi siempre en los pueblos, también se gestionan recursos con las autoridades y los feligreses suelen poner la mano de obra.
Cómo se recordará en los sismos del 2017, un total de 293 edificios y monumentos con valor histórico, resultaron afectados en el Estado de México, de los cuales alrededor de 200 son parroquias y templos que datan de los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX.
Los daños provocados por el sismo del 19 de septiembre pasado en el estado de México, se valuaron en 8 mil 800 millones de pesos, con afectaciones en 9 mil 683 viviendas dañadas con un costo de 750 millones de pesos, así como mil 909 escuelas, con afectaciones estimadas en 5 mil 800 millones de pesos y más de 353 unidades de salud, cuyo monto de los daños se estiman en 180 millones de pesos.