13 de julio de 2019



Las mujeres en situación de pobreza contribuyen y, en la mayoría de los casos, solventan la economía de sus familias, a cambio de cuidados durante alguna enfermedad o la vejez, afirmó la especialista de la Universidad Autónoma del Estado de México, Elizabeth Briseño Guel.

La jefa del Departamento de Prevención de la Violencia de Género de la Coordinación Institucional de Equidad de Género de la UAEM aseguró que esta situación deja a las mujeres en un estado de vulnerabilidad, debido a que nada les garantiza que serán cuidadas y atendidas durante sus últimos años de vida.

Manifestó que la mayoría de las adultas mayores viven en espacios familiares ampliados, es decir, con sus hijos, nietos o algún otro familiar, que generalmente son dependientes, no proveedores, lo que contribuye a agudizar la pobreza de las mujeres.

“Proveen a las personas de su hogar hasta que físicamente les es imposible, con el único propósito de generar una deuda moral, un compromiso no escrito de cuidados hacia ellas; sin embargo, en la mayoría de los casos no sucede así y terminan en contextos de abandono, con una pobreza más agudizada”.

Al final, sostuvo, dependen de la buena voluntad de las personas, lo cual aumenta su situación de vulnerabilidad, porque precisamente dependen de que la otra persona quiera o no hacerse responsable de ella y así, tenemos altos índices de abandono de adultas mayores que estuvieron en un contexto que las vulneró toda su vida.

Elizabeth Briseño Guel consideró insuficiente que las adultas mayores reciban apoyo por parte de los gobiernos estatal o federal. Afirmó que debe valorarse el trabajo que hacen a lo largo de su vida, que incluye el cuidado de personas o la limpieza en los hogares, para que puedan acceder a un salario, servicios de salud e, incluso, una pensión.

Staff Redacción