Tan solo en lo que va del año, mayo ha sido el mes más violento del año para las mujeres, con diez feminicidios.
LA REALIDAD FUERA DE LOS NÚMEROS OFICIALES
“Las cosas siguen igual, aunque ha cambiado el tema de que la alerta establece tres tipos de medidas”, señaló en entrevista telefónica Xóchitl Arzola, presidente de la asociación civil Mujeres en Cadena. Para Arzola, desde su labor como activista, la realidad es que las mujeres siguen siendo asesinadas y las víctimas siguen sin acceder a la justicia.
Aunque en los números ha disminuido, lo datos demuestran que en otros municipios sin alerta las cifras han incrementado, lo cual demuestra que para lo único que sirvió la alerta fue para visibilizar la violencia contra las mujeres. El problema es de origen, considera la presidente de Mujeres en Cadena, pues la alerta sirve a medias: solo 156 municipios tienen la alerta en el país, y nunca fue evaluada para poder ser modificada, de hecho, existen casos donde el texto aún tiene el nombre del estado anterior.
Otro gran defecto de la alerta radica en las particularidades geográficas y sociales de cada municipio. En el Estado de México no es lo mismo atacar el problema de la violencia feminicida en Ecatepec que en Toluca, ya no se diga en otros estados, apunta Arzola.
En la práctica, la alerta aún no ha funcionado. Las cifras de Mujeres en Cadena estiman 10 mujeres asesinadas al día en el país en lo que va del año contra siete en el año pasado. Por ejemplo, a pesar de que en municipios con alerta, como Ecatepec el número de feminicidios pasó de 41 en 2016 a 22 en 2017; en Tecámac, se registran más, y este municipio no cuenta con alerta de género.
A ello se suma que aún a cuatro años de la alerta, existen protocolos nulos, “el presupuesto es ocupado en metros de listón naranja para el 25 de cada mes”, comenta Xóchitl Arzola para evidenciar la magnitud del problema.
“No creo que la alerta de género es ya un mecanismo, la han pervertido tanto que ni siquiera funciona en su esencia”, sentencia Arzola. La contundencia de sus palabras cae como balde de agua fría. Pero no a quien debería caerle. Los políticos, menciona Xóchitl Arzola, usan la alerta como una bandera, como Eruviel, que presumió la creación de la alerta en 2015 con miras a ser el candidato presidencial del PRI en 2018, ignorante u omiso del hecho de que no se presume la necesidad de contar con un mecanismo especializado para frenar los feminicidios. El gobierno federal bajo el mando de López Obrador no sabe qué hacer. El Estado se ha encargado de manipular cifras. Ya no es posible la alerta de género, diagnostica Arzola, se tiene que generar un protocolo mucho más grande, ampliar el territorio de la alerta a todo el país. “Aún se esperan 72 horas por desaparición cuando una mujer es asesinada en las primeras 24 horas”, expresa la activista.
Y es que la realidad rebasa a las cifras del secretariado. Mujeres en Cadena tiene registro de más 100 feminicidios en el Estado de México contra los 42 que van en el año, en un conteo hecho a partir de los medios de comunicación, donde la asociación depura la información para establecer cual es feminicidio y cuál homicidio culposo o doloso. Xochitl Arzola incluso menciona que hay más relación con cifras de otras asociaciones civiles que con las de gobierno, siempre resultan menos las oficiales. Y es que nunca se han caracterizado por seguir el adecuado procedimiento. Quedan en otra categoría que no son feminicidio, concluye Xóchitl Arzola.
LAS CIFRAS OFICIALES
De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de enero a junio se cometieron en la entidad 42 feminicidios, siendo este el segundo estado con mayor incidencia, solo detrás de Veracruz, que registra 98. Sin embargo, cabe aclarar que el Estado de México, junto con Querétaro se encuentra marginalmente por debajo de la media nacional de feminicidio por cada 100 mil habitantes, con 0.46 cuando el promedio es de 0.68. Esto significa que, de acuerdo con las cifras oficiales, las probabilidades de feminicidio en la entidad son menores que en Veracruz, Morelos, Sonora, Tabasco, Chihuahua, Sinaloa, Coahuila, San Luis Potosí, Nuevo León, Puebla, Oaxaca, Hidalgo, Quintana Roo, Durango, Colima y Zacatecas.
Mayo, como se mencionó al inicio de la nota, es el mes que más feminicidios registró en el año, con diez casos. En un contraste algo brusco, en junio se registraron cuatro.
Además, el municipio de Ixtapaluca ocupa el octavo puesto en los 100 municipios con más feminicidios del país, con cinco casos. La lista local la completan Toluca y Tultitlán, ambos con tres casos y en el puesto 34 y 35, respectivamente; Almoloya de Juárez, Chalco, Cuautitlán Izcalli, Ecatepec, Huehuetoca, Teoloyucan, y Valle de Chalco Solidaridad, todos con dos casos y en puestos del 56 al 62.
Donde el Estado de México sí lidera la lista negra nacional es en mujeres víctimas de homicidio doloso. De enero a junio, la entidad registró 180 casos. Esto nos puede indicar que, como se mencionó en
esta nota, las cifras se están poniendo en la categoría que no debería, en este caso, los feminicidios se están haciendo pasar por homicidios dolosos.
Cuatro años después, la alerta de género en el Estado de México se ha vuelto un elefante en la habitación. Uno que sirve más como estrategia de propaganda que como lo que realmente es: un problema urgente que debe ser atendido. Su utilidad se ha vuelto simbólica, pero no ha bastado para detener la violencia feminicida en la entidad.