Pregunté algo que nadie me supo responder: ¿Alguien tiene una agenda, pliego petitorio o listado de propuestas puntuales para enfrentar el problema de la violencia contra las mujeres?. Nunca llegó y por eso pensé al vuelo 10 puntos que podrían tomarse en consideración.

Pensemos en términos de soluciones.

1) Depuración y capacitación de las fiscalías estatales –antes MP- para que por un lado den un trato humano a las víctimas y por otro, sean eficientes en las investigaciones para que detengan y consignen a los culpables ante los jueces.

2) Depuración de jueces aliados de los delincuentes, incluso, que sean procesados quienes liberen a asesinos y violadores.

3) El Poder Judicial Federal y en los estados debe sanearse para acabar con la impunidad que les permite a permite seguir delinquiendo a muchos que hasta el momento se sienten intocables y actúan en las sombras.

4) Acabar con la impunidad y que reciban penas ejemplares inhibe la comisión de delitos.

5) Depuración y capacitación de todos los cuerpos policiacos, asimismo, que sean procesados los malos elementos. Cero impunidad.

6) Servicios eficientes de transporte, alumbrado, calles con vigilancia, alarmas vecinales, denuncia ciudadana anónima, reacción rápida y eficiente de la policía. 7) Centros de atención para las víctimas y familiares. Que se sientan protegidos, no agredidos por las autoridades.

8) Campañas en medios y en comunidades para prevenir la generación de nuevos delincuentes, pero también que no los encubran aunque sean familiares o amigos: se debe estigmatizar al que viole la ley, no como sucede actualmente que son modelos sociales a seguir.

9) Modificar los planes de estudio para que en cada nivel se eduque en materia de género y se siembre la semilla de la igualdad, el respeto y la empatía entre los integrantes de la sociedad.

10) Servicios de salud suficientes y con un fuerte enfoque hacia la educación sexual.

Podría seguir con más incisos puntuales y seguramente usted amable lector podría agregar otros más, pero el principal problema que hay que vences es la falta de voluntad de las autoridades, que, por ejemplo, en el caso de los gobernadores y los presidentes municipales desde hace más de dos décadas, han abandonado el tema de la seguridad pública y la garantía que le deben dar a sus gobernados de sentirse protegidos en su persona y sus bienes.

La entidad mexiquense encabeza la lista por número de feminicidios, agresiones, desapariciones, violaciones y otro tipo de agresiones derivados del género. Simplemente los gobernadores no han tenido voluntad, como han sido Cesar Camacho, Arturo Montiel, Enrique Peña, Eruviel Avila y Alfredo del Mazo Maza, quienes descuidaron de forma voluntaria o involuntaria la delincuencia.

Se preguntarán por qué no menciono al gobierno federal si todos lo acusan del clima de inseguridad. La respuesta es sencilla y es porque los delitos de los que se quejan las mujeres son del fuero común, es decir, son responsabilidad de los gobernadores y presidentes municipales.

El gobierno federal atiende delitos de alto impacto como delincuencia organizada, narcotráfico, evasión fiscal, tráfico de personas –mujeres y niños incluidos-, desapariciones, entre otras como el combate a las bandas de secuestradores.

Los grupos feministas no pueden perderse en protestas que salen de control porque pierden entonces el foco del problema y sus posibles soluciones. No hubo una sola propuesta de diálogo o promesas, es más, tal parecía que no se podía acercar con nadie a querer establecer un canal de comunicación porque iba a ser agredido, fuera hombre o mujer.

Es muy cuestionable lo que tantas dicen en espacios de opinión y en redes sociales, que la violencia fue una forma de hacerse escuchar y que era necesaria para que fueran vistas. Es algo en lo que no concuerdo, nunca he visto que sean efectivas en más de dos décadas de trabajo periodístico cubriendo una gran cantidad de marchas y manifestaciones.

No sé cómo ayude a la causa contra la violencia de género el que hayan golpeado a cualquier hombre que tenía la mala suerte de toparse con la marcha, que golpearan a un anciano, pintado a quienes pasaban o lanzando polvo de color –gracias por más contaminación-, rompiendo todo, incluso vandalizando la camioneta de una contingente feminista que venía desde Guerrero a apoyar la causa y que no les quedó más que llorar por los daños que les causaron.

Muchos esperamos a unirnos a protestas efectivas, con peticiones puntuales, bien ubicadas, en paz y respetando los derechos de los demás, porque no hay justificación para la violencia por más que argumenten que así se hicieron ver.

Los diez puntos planteados son un breve resumen metas en las cuales trabajar y que ojalá adoptaran y enriquecieran las mujeres que protestaron.

Sin embargo, al menos la semana pasada el vandalismo nos puso escalones abajo en la lucha por conseguir un mundo más seguro y equitativo para las mujeres.

De los daños a los monumentos históricos sólo puedo decir que lamento la ignorancia de muchas personas.

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