Piloto comercial desde los 18 (cuando cursaba la secundaria acordó con sus padres que, terminada la prepa, estudiaría aviación), el piloto Coughanour voló a la familia de un exgobernador de Sonora cuando viajaban de compras a Tucson, Arizona. Voló al gobernador priista César Duarte y luego al panista Javier Corral cuando andaban en campaña para gobernadores. Voló a varios alcaldes de la sierra, a fotógrafos de
National Geographic, a mineros y a empleados federales.
El día de su asesinato, el 10 de abril de 2017, voló por la mañana. Nada fuera de lo común. Visitó a su madre pasado el mediodía, salió a caminar con su sobrina, regresó a su casa y luego fue a cenar con una amiga. A las ocho de la noche abandonaron el restaurante. Él le abrió a su amiga la puerta del Mercedes Benz 2017 que había comprado seis semanas antes y, cuando se subió y se sentó en el asiento del conductor y cerró la puerta, un vehículo —tal vez un
Nissan Tiida rojo— se le emparejó. Una persona bajó y le disparó por lo menos seis veces. Los balazos dejaron en la ventana un solo hoyo del tamaño de un puño. Fueron tiros certeros, profesionales.
La agente de la policía investigadora de la unidad de homicidios, Michelle Guadalupe Barraza Espinosa, de la Unidad 328, fue la primera en llegar a la escena del crimen, dice el expediente. Curiosamente, la policía Barraza también había participado en la investigación del asesinato de Miroslava: fue una de los dos agentes que encontraron la casa de la familia que crió a
El Larry: la familia Vega Villa. En esa casa encontraron las evidencias que implicaban a este hombre y al joven que lo considera como hermano mayor: Jaciel Vega Villa, quien está prófugo.
“Escucho una explosión muy fuerte. No supe qué pasó. Yo no me sentí lastimada. No volteé a ver a Jorge. No sabía que estaba lesionado. Sólo escuchaba su respiración. En eso saco la cabeza por la ventana y pido ayuda (…) pierdo el conocimiento”, dijo la amiga del piloto a la policía pocos días después, en el hospital.
Para dar con el asesino del piloto Coughanour, la agente Barraza entrevistó a dos testigos: un vecino y un cliente del restaurante. Pidió revisar las imágenes captadas por la cámara del negocio, pero el gerente se negó.
La agente Barraza y sus colegas cerraron la calle y tomaron fotografías de la escena. En una de ellas se observa una mano enguantada que sostiene las credenciales del piloto. Una ambulancia llevó al hospital a su amiga herida.
En el expediente 19-2017-0009981 no hay rastro de que se hubieran conseguido las imágenes de cámaras de seguridad cercanas, retratos hablados o datos sobre el vehículo en el que se fugó el asesino.
Los policías tampoco contactaron a la familia de Coughanour. Su cadáver pasó toda la noche en la morgue, en calidad de desconocido.
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Una persona cercana al piloto, cuyo nombre reservamos por su seguridad, narró a este
Colectivo que a las 7 de la mañana del 11 de abril de 2017 recibió una llamada de AeroCoconor. Los pasajeros estaban esperando y el piloto Coughanour no había llegado. Tampoco contestaba. A partir de ahí, amigos y familiares empezaron a buscarlo desesperadamente.
Fue un amigo cercano el que reconoció la foto del Mercedes en la nota roja del periódico. Acudió a la casa de los padres de Jorge. Colapsaron al escuchar la noticia. Ninguna autoridad —a pesar de haber identificado a su hijo casi 12 horas antes— les notificó del asesinato. La agente Barraza, en cambio, contestó el celular de la amiga del piloto y avisó que estaba herida y en qué hospital. El celular de Jorge sonó una y otra vez la mañana del 11 de abril pero, cuando la Fiscalía entregó el teléfono a la familia, todas las llamadas y los mensajes de ese día habían sido borrados, según entrevistas a personas cercanas de la familia.
Jorge Guillermo Coughanour Miller, el padre del piloto, buscó una cita con el gobernador Corral pero lo mandaron con el fiscal César Augusto Peniche. “Peniche dijo que conoció a mi hijo, que era muy buen piloto, que el caso era muy importante para el gobierno y que la investigación iba a seguir. ¡Fue falso!”, dijo el señor quien fue entrevistado en su oficina; las paredes están decoradas con fotografías de Jorge, su único hijo varón.
A pesar de que el piloto trasladó a Corral durante la campaña a gobernador –como dos testigos lo indican en el expediente y como confirmaron conocidos y un funcionario público a este
Colectivo-, éste nunca lo dijo públicamente y no le dio el pésame a la familia.
Apenas un día después de que se publicara la noticia de este homicidio, el 12 de abril,
El Diario de Chihuahua publicó una filtración, cuyo encabezado dice: “Hallan posible arma del crimen de Miroslava”. Según la nota, la Fiscalía estatal había descubierto que la pistola que se había utilizado para matar a la periodista era la misma con la que habían asesinado al piloto. En los dos crímenes, de acuerdo a la Fiscalía, el arma era calibre .38 súper. El director de la Policía Estatal, Óscar Aparicio, en una conferencia de prensa realizada cinco días después de la nota,
confirmó el dato filtrado. Dijo que los cartuchos percutidos en ambos crímenes coincidían.
Un documento escrito antes de esas declaraciones, y que forma parte de la carpeta de investigación 19-2017-000981, lo desmiente. Fechado el 11 de abril de 2017, al día siguiente del asesinato, un perito en balística forense del gobierno del estado concluyó en su informe: “Se ha verificado al día de hoy la huella balística 0807001002682017 en el sistema IBIS y hasta el momento no ha mostrado resultados de aciertos o hits con algún elemento de la base de datos”. No había coincidencia con las balas que asesinaron a Miroslava.
Una persona que tuvo acceso a la carpeta dijo al
Colectivo que el peritaje realizado a los casquillos arrojó que, aunque coincidían en el calibre, las balas no habían salido de la misma arma. La Fiscalía nunca desmintió la falsa información. El Fiscal tampoco respondió a la solicitud de entrevista que realizó una organización de libertad de expresión que colaboró con este proyecto.
Casi un mes después del asesinato de su hijo, el 4 de mayo, don Guillermo acudió a la Fiscalía a exigir que le tomaran la declaración: nadie se lo había pedido ni a él ni a otros familiares o a colegas de la víctima en el mundo de la aviación. Personas con acceso a la carpeta de investigación dijeron que no todas las declaraciones y elementos entregados a la Fiscalía fueron integradas en la investigación.
Cuando uno lee el escueto expediente del asesinato de Jorge, pareciera que a la Fiscalía le interesaba más investigar a la víctima que encontrar a sus asesinos: pidió información financiera sobre el piloto al Sistema de Administración Tributaria, pidió realizar la extracción de información de sus celulares, indagó sobre su vida amorosa y pidió una copia de la factura del Mercedes Benz que había comprado semanas antes. Ninguna de las dos entrevistas que se hicieron durante los primeros minutos después del asesinato llenan dos hojas.
En el expediente se lee un cuestionario realizado por gente de la Fiscalía en el que hay instrucciones de que se debe indagar más sobre la vida personal del piloto, sus clientes serranos y si era presionado para transportar droga.
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La última página del expediente de la Fiscalía de Chihuahua es una fotocopia de la bitácora de vuelos de AeroTepeyac, el nombre legal de AeroCoconor, que abarca del 18 al 27 de marzo de 2017. En esos días, la empresa realizó vuelos entre CUU (Chihuahua), CHR (Cahuisori, municipio de Ocampo en Chihuahua) y TAR (Aeródromo Tarachi, en el municipio de Arivechi en Sonora). Ningún vuelo a Chínipas.
Aún así, el 25 de diciembre de 2017, el mismo día que el gobernador Corral anunciaba la captura de
El Larry,
El Heraldo de Chihuahua publicó en su portal, y al día siguiente en el impreso, una nota que, sin citar fuente alguna,
aseguraba falsamente que Jorge David era el piloto que había ayudado a escapar a los asesinos de Miroslava.
El artículo dice:
“El piloto aviador Jorge David Coughanour Buckenhofer, asesinado el 10 de abril al exterior de un restaurante, (…) era quien pilotaba la avioneta en la que viajaba Juan Carlos Moreno Ochoa, alias
El Larry, quien después del homicidio de Miroslava Breach Velducea regresaba a Chínipas, pero al buscar aterrizar un ala de la aeronave golpeó y mató a dos jovencitas”.
El resto de la nota asegura que Jorge “era piloto de confianza de
Los Salazar”, que les brindaba el servicio hasta la zona serrana donde colindan Chihuahua y Sonora, y que “fue el trabajo para el grupo
Los Salazar el que le valió la prosperidad a su empresa, y no tanto el traslado de pasaje”.
Dos semanas después de esta nota, el 5 de enero de 2018,
El Heraldo de Chihuahua publicó la carta de don Jorge Guillermo, con el titular: “Desmiente calumnias contra piloto asesinado y AeroCoconor” y el subtítulo: “Padre del piloto envía carta desmintiendo declaraciones de la Fiscalía”.
Dice la carta:
“Categóricamente niego lo escrito por el Sr. Varela, respeto profundamente la libertad de expresión y prensa, pero nadie tiene el derecho de escribir o publicar calumnias que atentan contra el prestigio de una persona. La nota también menciona que mi hijo Jorge fue el piloto aviador que aterrizó en la región serrana de Chínipas el 25 de marzo del 2017, viéndose involucrado en el fatal accidente donde perdieron la vida dos jovencitas. Esto también es falso. Jorge no estuvo presente en ese lamentable hecho ni ningún piloto que trabaje en AeroCoconor, ni ningún avión de la empresa se encontraba volando por esa zona a la hora que se registra el fatal accidente, tanto mi hijo como sus pilotos estaban en la Cd. de Chihuahua, esto quedó comprobado ante Fiscalía en su momento”.
El
Heraldo de Chihuahua en su titular adjudicó la fuente de la información publicada por el periodista David Varela a la Fiscalía de Chihuahua. Una pariente de Miroslava dijo a este
Colectivo que el propio fiscal Peniche fue quien dio esa misma noticia a la familia Breach de que el asesinado era piloto de
El Larry. Ni en público ni en privado la Fiscalía aclaró esa información, a pesar de que desde finales de abril de 2017 los registros de la compañía aérea indicaban que Jorge David Coughanour no voló a Chínipas el 25 de marzo, día del accidente, y toda esa semana. Testigos reforzaron que lo vieron ese día en Chihuahua y los registros de su celular mostraban que su teléfono siempre estuvo activo en la ciudad.
En la audiencia oral del 27 de diciembre de 2017, tras la captura de
El Larry, el Ministerio Público leyó testimonios de testigos con identidad reservada que declararon que el presunto homicida de la periodista, después del asesinato había dicho que “iba a volar en el pájaro” y que pidió que lo llevaran a una base de aerotaxis.
Este
Colectivo encontró que uno de los números marcados desde el celular del prófugo Jaciel Vega fue al teléfono de AeroCoconor. Fue a las 8 de la noche del 23 de marzo. Duró 88 segundos. Las bitácoras de vuelos incluidos en la carpeta de investigación de Miroslava, y en la del piloto, muestran que la empresa del piloto asesinado no voló esos días a Chínipas o a la pista de Palmarejo.
El registro de vuelos proporcionada por el aeropuerto internacional de Chihuahua por solicitud de este equipo, muestran que tres son los pilotos que semanalmente vuelan al aeródromo “PJO”, de Palmarejo, ubicado en el municipio de Chínipas. Entre el 23 y 26 de marzo de 2017 fueron dos las compañías de aerotaxis que aterrizaron en ese destino. Sin embargo, no se pudo conocer las matrículas de las avionetas privadas llegaron a los festejos del cumpleaños de Alfredo Salazar; esos datos son considerados por el gobierno como información reservada por cuestión de privacidad. Esa misma respuesta dio el aeropuerto de Hermosillo, Sonora, a nuestra solicitud de información.
Según reportes de las autoridades estadounidenses, Adán Salazar Zamorano y sus familiares usan aviones privados para transportarse, y sus miembros –según la agencia estadounidense antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés)- “son peligrosos”. Es conocida su afición a la aeronáutica. Registros públicos indican que han sido propietarios de aeronaves, permisionarios de aeródromos, cuentan con permisos para ser pilotos y protagonizan
corridos que enaltecen sus proezas aéreas.