30 de octubre de 2019
El secretario de la Defensa, Luis Crescencio Sandoval, dijo en conferencia matutina que el “éxito” de la operación para detener a Ovidio Guzmán en Culiacán el pasado 17 de octubre se fundó en "una rápida evacuación del presunto delincuente hacia el aeropuerto, a través de una ruta terrestre", pero hubo una rápida reacción de agresores, quienes usaron tácticas castrenses y armamento de alto poder para frustrar los planes. Esto, a pesar de que las versiones preliminares del Secretario de Seguridad, Alfonso Durazo la tarde de ese mismo 17 de octubre, habían indicado que el operativo había sido espontáneo y no planeado en un “patrullaje de rutina”.
En su intervención para informar los pormenores del operativo, el secretario de la Defensa aseguró que “el día 8 se emite el oficio de solicitud de colaboración hacia la Secretaría de la Defensa, aquí tenemos el oficio de colaboración donde la parte principal de esto es la finalidad de este oficio de colaboración y es brindar apoyo para garantizar permanentemente la seguridad del personal de la Policía Federal”, a pesar de que es un cuerpo operativo extinto por el propio gobierno federal para dar paso a la Guardia Nacional.
En el mismo cronograma de la detención de Ovidio Guzmán, el General Secretario indica que el 17 de octubre, fecha del operativo, se había tramitado una orden de cateo, sustentada en el informe de investigación presentado por la Guardia Nacional. Sin embargo, más adelante expresó que “la falta de orden de cateo se tradujo en la decisión de retirar las fuerzas sin el presunto delincuente y sin culminar obviamente el proceso de detención”.
Más adelante, el general Sandoval explicó que existieron cuatro puntos formando un “círculo interno de seguridad”, asegurando que tres de los cuatro puntos no pudieron instalarse por la rapidez de la reacción de los integrantes del crimen organizado, dejando la interrogante de si el operativo se filtró para tener perfectamente detectados esos puntos y tener el tiempo y organización suficiente para llegar a los puntos antes de la propia Guardia Nacional.
El Sandoval expuso que la respuesta de los grupos delictivos incluyó el uso de lanzagranadas calibre 50, para ataque antiaéreo, amenazas enfocadas principalmente a militares y sus familias, así como el amago de extender la violencia a otras entidades. Además, informó que en el operativo se perdieron un equipo de comunicación, 16 armas largas y dos armas cortas, aunque posteriormente se recuperaron las armas largas.
Por su parte, la organización no gubernamental Causa en Común manifestó que “quedan aún por dilucidar aspectos cruciales sobre las decisiones que llevaron no sólo al fracaso sino, sobre todo, a poner en riesgo innumerables vidas. Tampoco es admisible que queden sin aclarar las diversas inexactitudes e imprecisiones contenidas en declaraciones de altos funcionarios del gobierno”.
Las interrogantes que enlista la organización son:
Si, de acuerdo con las declaraciones del Gabinete de Seguridad, fue un operativo planeado, ¿Por qué se mintió diciendo que había sido espontáneo?
¿Por qué se origina el operativo a pedido de los Estados Unidos y no por iniciativa de las autoridades mexicanas?
¿Por qué se dijo inicialmente que el señor Guzmán no había sido detenido cuando evidentemente sí fue detenido?
Dijeron que no lo habían detenido por falta de orden de cateo. Si eso es verdad, ¿quién dio la orden de iniciar este operativo aún sin tener la orden? Sin embargo, en un video se observa que el presunto delincuente sale del domicilio. ¿Entonces por qué se mintió en torno a la orden de cateo como pretexto para que el operativo saliera mal?
¿Por qué se le echa la culpa a la Policía Federal cuando supuestamente ya no existe la corporación?
¿Quién filtró la información del operativo para que los delincuentes pudieran neutralizar con tal rapidez los apoyos de seguridad a la operación?
¿Por qué se permite la comunicación del señor Guzmán con gente de su organización durante el operativo?
¿Se le informó o no al presidente que iba a darse el operativo esa mañana? Si no es así, ¿para qué son las reuniones de la mañana?
¿Por qué al mismo tiempo que se desarrollaba el operativo estaban los altos mandos del Ejército en la inauguración de Santa Lucía?
¿Por qué se mantuvo el viaje del presidente a Oaxaca? El presidente ha señalado que tiene un teléfono satelital ¿estuvo o no incomunicado?
¿Por qué no presentaron videos del momento en que dejan libre a OGL?
¿Qué medidas se están tomando para reforzar la seguridad de un penal que evidentemente está controlado por una organización criminal?
¿No va a haber consecuencias para quienes pusieron en riesgo tantas vidas y para quienes mintieron?
¿Qué harán para que esto no vuelva a pasar?
Si ahora la estrategia del gobierno es evitar la fuerza, evitar muertes, incluso de los delincuentes, ¿cómo se va a combatir a la delincuencia organizada?”.
A estas preguntas se suma la interrogante de, si el presidente sabía de un operativo de la magnitud del del 17 de octubre, y al final el operativo siempre sí fue planeado, ¿Por qué toda la plana mayor del ejército estaba ese mismo día inaugurando las obras de las pistas de Santa Lucía? Si el operativo era planeado ¿No debería estar el ejército supervisando el operativo que se llevaría a cabo horas después en Sinaloa?
“La decisión final de liberar al delincuente se toma después de innumerables errores que todavía se intentan encubrir, y que fueron los que colocaron en riesgo innecesario a tanta gente”, resaltó la ONG.
Abundó además que “lo que hasta ahora queda claro es que se hizo un operativo muy mal planeado, que se filtró información a los delincuentes, y que se colocó en gran peligro a civiles, policías y soldados, quienes sólo obedecían órdenes. Los verdaderos responsables de este fracaso institucional siguen sin ser llamados a cuentas”.
“Reiteramos nuestro aprecio y respeto a quienes participan, no desde escritorios, sino en el campo, en operaciones de enorme peligro para salvaguardar la seguridad de todos”, finalizó su comunicado.
La detención paso a paso
En el informe que presentaron el titular de la Fiscalía General de la República, Alfonso Durazo Montaño y luego el titular de SEDENA, general Cresencio Sandoval González, junto con el presidente López Obrador, se marca una línea de tiempo, desde cuando se pide la extradición de Ovidio por el gobierno de Estados Unidos, en abril del presente año, hasta el 17 de octubre pasado, cuando es detenido por las fuerzas armadas, y liberado, alrededor de tres horas después, ante las amenazas de mayores ataques contra la población civil, por los delincuentes que fueron convocados masivamente.
El informe muestra claramente, como se reconoció, diversas fallas de coordinación entre las fuerzas castrenses y la rápida reacción de la delincuencia. En la jornada se registraron balaceras, asaltos a unidades habitacionales del SEDENA, robos de vehículos, asaltos de camiones y patrullajes en autos privados y camionetas de redilas, equipadas con ametralladoras de asalto y granadas incluso, acciones que se pretendían incrementar presumiblemente.
Durazo Montaño, intervino previamente para reconocer fallas en la planeación del dispositivo, pero al mismo tiempo ratificó los objetivos generales del plan de seguridad nacional para este sexenio, confirmando, junto con el presidente, políticas públicas que pretenden marcar una diferencia respecto a anteriores gobiernos como la prohibición de ejecuciones sumarias de presuntos delincuentes y desapariciones, así como evitar al máximo los llamados “daños colaterales”.
Posteriormente el titular de la SEDENA, explicó el mapa de las acciones militares desplegadas para la detención del hijo narcotraficante más poderoso del mundo el 17 de octubre, desde su planeación logística, hasta su fallido desarrollo y obstrucción por parte de células delictivas del Cartel del Chapo Guzmán, que dijo, reaccionar rápidamente y se desplegaron en diversos puntos, lo que evito que el plan concebido marchara como lo habían previsto, pues por ejemplo, las unidades y elementos que pretendían formar dos círculos de seguridad quedaron atrapadas en bloqueos y balaceras.
De esta manera,el general Cresencio Sandoval presentó videos de los puntos de agresión más importantes que se desplegaron contra integrantes del ejército y la población civil de Culiacán en al menos seis puntos distintos; así como el despliegue de fuerzas y unidades movilizadas por el ejército, con apoyo de elementos de policías municipales y estatales el día de los hechos.
Resumió que como resultado de las agresiones desplegadas contra el Ejército Mexicano que participó en los operativos de Culiacán, se registraron ocho muertos, entre los cuales se cuenta un civil, cinco presuntos delincuentes, un integrante del ejército y un interno; además de 19 heridos, uno de los cuales es un elemento del ejército que perdió una pierna debido a un ataque con armas de calibre 50.
En las acciones y en diversos puntos, los delincuentes lograron retener o secuestrar a un total de once elementos de las fuerzas armadas, a los cuales pretendían intercambiar por Ovidio.
En la mañanera tanto el titular de la SEDENA, como el presidente AMLO, reconocieron fallas en la implementación o planeación del operativo, sin embargo aseguraron que ello no invalidaba toda la estrategia de seguridad, sino que se puede mejorar.
Uno de los videos más impactantes presentados en la mañanera, tiene que ver en el momento en que Ovidio Guzmán se entrega, tras ser rodeada su residencia.
El video muestra como una célula del ejército infiltra la residencia, la rodea y se prepara en posición para la salida de los delincuentes frente a una de las puertas traseras. Tras unos segundos, sale un hombre y luego una mujer que alcanza a decir que en el lugar hay niños y pide que se la lleven a ella en lugar de Ovidio, trata de protegerlo. Luego este titubea, se esconde detrás del hombre y la mujer, hasta que al fin se entrega.
Al momento, es detenido y se le pide que ordene un cese de las agresiones y lo hace. A través de un teléfono, ordena a sus subalternos “parar todo… oiga ya me entregue… ya no quiero más desmadres”, advierte, sin embargo sus órdenes son ignoradas, pues el despliegue de violencia y amenazas contra la población civil, obligó a abortar la misión. A las 19:49 horas, se ordena el retiro de las fuerzas.
Cresencio Sandoval resumió de la siguiente manera la actuación de la delincuencia, lo que obligaría al retiro de los operativos:
“La actuación de la delincuencia organizada, ¿por qué se caracterizó? Primero, por una convocatoria de grupos delincuenciales del estado de Sinaloa, ofreciendo recursos a quien se uniera a atacar a las fuerzas federales.
El empleo de técnicas militares, armamento automático y antiaéreo, como son el AK-47, el R-15, lanzacohetes, lanzagranadas 40 milímetros, ametralladoras y fusiles calibre 50, que estos son antiaéreos y obviamente también en contra del blindaje, chalecos y casos tácticos, así como placas balísticas, empleo de vehículos con blindaje de fábrica y artesanal, camionetas de redilas, volteos, robo de vehículos en la vía pública para evitar ser referidos y confundirse entre la población, integrantes de los grupos delincuenciales drogados durante los hechos generadores de violencia, uso intensivo de radios análogos y digitales, dificultando la intercepción de la comunicaciones.
El retiro de sus bajas de los puntos donde se realizaron las diferentes agresiones, el intento de soborno al comandante de la fuerza de intervención por tres millones de dólares; al no aceptar, fue amenazado de muerte, tanto él como su familia.
El personal militar, basado en su disciplina y adiestramiento evitó generar daños colaterales y bajas propias a pesar de ser objeto de diversas emboscadas”.