27 de noviembre de 2019
Un día después de las declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump de declarar a los cárteles mexicanos como terroristas, su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, aseguró que el canciller Marcelo Ebrard tiene instrucciones de atender el asunto.
Evadiendo el tema, el presidente se limitó a expresar “en mi caso no quiero polemizar este día ni mañana. Sólo decir: cooperación, sí; intervencionismo, no. Y ahí lo dejamos”.
Por su parte, el secretario de Relaciones Exteriores informó a través de su cuenta de Twitter que se encuentra en comunicación con el gobierno estadounidense.
“Ya en comunicación con el gobierno de EU. Haremos diplomacia de unidad nacional para defender soberanía y decisiones propias. Saldremos adelante. Les informo avances”, expresó.
El día de ayer, Donald Trump expresó en entrevista por radio que designará a los cárteles mexicanos como terroristas por su papel en el tráfico de drogas y personas.
"Serán designados (...) He estado trabajando en eso durante los últimos 90 días. Saben, la designación no es tan fácil, se tiene que pasar por un proceso y estamos bien metidos en ese proceso", aseguró.
En otro tuit, el canciller recordó una postura anterior expresando que “México no admitirá nunca acción alguna que signifique violación a su soberanía nacional. Actuaremos con firmeza. Ya he transmitido la postura a EU así como nuestra resolución de hacer frente a la delincuencia organizada transnacional. Respeto mutuo es la base de la cooperación”.
En realidad, la propuesta de designar al narcotráfico como terrorismo viene desde inicios de este año. En marzo, los republicanos Roy Chip y Mark Green enviaron al Congreso Estadounidense una propuesta para considerar como organizaciones terroristas a los cárteles del narcotráfico mexicanos y señala en concreto a tres grupos: el cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), el cártel del Noreste (CDN), facción de Los Zetas, y Los Metros, facción del cártel del Golfo (CDG).
La propuesta ha sido turnada al Comité Judicial de la Cámara de Representantes y cuenta ya con el apoyo de nueve integrantes de la bancada republicana, que se han sumado al proyecto en este mes. Aún no concluye su ruta jurídica, que incluye pasar al Senado. De ser aprobada, obligará al Departamento de Estado a considerar como terroristas a dichas organizaciones, junto a otros grupos como Al Qaeda, Boko Haram o el Estado Islámico.
Esta propuesta, además, se encuentra apoyada por la ley estadounidense, concretamente la sección 219 de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, de 1965, y la Orden Ejecutiva 13224, de 2001, así como La Ley Pública 104-132 y la llamada Ley Patriótica de 2001, declarada luego del ataque al World Trade Center el 11 de septiembre de ese año.
El Código Penal Federal Mexicano vigente, con su última reforma publicada el 12 de abril de este año, en su capítulo seis define como terrorista al individuo que “quien utilizando sustancias tóxicas, armas químicas, biológicas o similares, material radioactivo, material nuclear, combustible nuclear, mineral radiactivo, fuente de radiación o instrumentos que emitan radiaciones, explosivos, o armas de fuego, o por incendio, inundación o por cualquier otro medio violento, intencionalmente realice actos en contra de bienes o servicios, ya sea públicos o privados, o bien, en contra de la integridad física, emocional, o la vida de personas, que produzcan alarma, temor o terror en la población o en un grupo o sector de ella, para atentar contra la seguridad nacional o presionar a la autoridad o a un particular, u obligar a éste para que tome una determinación”.
Por lo que, en la ley federal mexicana, de hecho, se podría considerar al narcotráfico como terrorismo.
Además, el mismo capítulo señala que “Las sanciones a que se refiere el primer párrafo de este artículo se aumentarán en una mitad, cuando además:
I. El delito sea cometido en contra de un bien inmueble de acceso público;
II. Se genere un daño o perjuicio a la economía nacional, o
III. En la comisión del delito se detenga en calidad de rehén a una persona”.
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Héctor Castañeda