31 de julio de 2021

Ernesto Zedillo Ponce de León, presidente en México entre 1994 y 2000, podría ser uno de los exmandatarios que sea sometido a una “comisión de la verdad”, investigado y condenado, al menos socialmente, por los excesos en que incurrió durante su sexenio, uno marcado por una prolongada crisis económica, la devaluación del peso, el sobre -endeudamiento, masacres de indígenas, corrupción a gran escala, paramilitarismo y el FOBAPROA, el mecanismo diseñado para rescatar a los grandes bancos, con recursos públicos.

Si bien su gestión arranco en medio de una fuerte crisis económica heredada por la salida de su predecesor Carlos Salinas de Gortari, el zedillismo prolongó y ahondó en las políticas neoliberales que terminarían, por ensanchar aún más las desigualdades sociales en México.

El llamado “error de diciembre” de 1994, como bautizó Salinas el inicio de la crisis económica por parte -aparentemente- de Ernesto Zedillo, llevó a México a un proceso de devaluación del peso, con efectos internacionales.

Pero si hay alguna acción o programa que caracterice el gobierno zedillista, es sin duda el FOBAPROA, un mecanismo de rescate de bancos y capitales, que terminó por transformar deuda privada en pública, lo que a su vez terminaría por endeudar aun más el país y generar enormes fortunas privadas a costa del erario del Estado.

El gobierno Zedillista también quedo marcado frente a la impunidad de masacres de indígenas. Uno de los incidentes más atroces tuvieron lugar en mayo de 1995, cuando policías de Guerrero, abrieron fuego contra campesinos que se dirigían a Atoyac, a bordo de camionetas de redilas, asesinando a por lo menos 17 indígenas y dejando mal heridos a una veintena más.

Otro hecho que toleró y probablemente se alentó desde el Estado, siendo Zedillo presidente aún, ocurrió en 1997 en Acteal, Chiapas, donde indígenas tzotziles, fueron masacrados en una ermita mientras oraban. En total se contabilizaron 45 víctimas mortales del ataque, entre las cuales se encontraban niños y mujeres.

Si bien el gobierno mexicano atribuyó la masacre a conflictos entre comunidades, investigaciones posteriores revelaron acciones o intromisiones encubiertas del Estado detrás de los hechos de Acteal, para intentar disolver al Ejército Zapatista.

Pero estos no fueron los únicos incidentes contra pueblos originarios. A continuación una fragmento de lo ocurrido en la comunidad “el Charco” en 1998, también durante el gobierno zedillista, tomado de una narración realizada por la Comisión Nacional de Derechos Humanos:

“Durante la madrugada del 7 de junio de 1998, elementos del Ejército Mexicano arribaron a la comunidad “El Charco” y rodearon la escuela primaria "Profr. Caritino Maldonado Pérez", donde se encontraban durmiendo varios indígenas participantes en una asamblea para tratar asuntos relacionados con proyectos productivos para sus comunidades.

A las 4:50 horas de ese día, inicio un tiroteo cuyo fin se dio hasta las 10:55. Seis horas de balazos padecieron quienes en la escuela estaban. Según los sobrevivientes, tras rodear el lugar el Ejército irrumpió disparando y lanzando dos granadas de fragmentación: esto provocó el fallecimiento de once presuntos guerrilleros, cinco heridos (entre ellos varios campesinos), 25 detenidos y dos presos, Erika Zamora Pardo y Efrén Cortés Chávez. Los dos últimos se encontraban ahí con la finalidad de cooperar con la comunidad en labores docentes”.

Este domingo, se realizará la primer Consulta Pública en México, para que hechos del pasado relacionados con abusos y excesos cometidos por los últimos cinco expresidentes del país, entre los que se encuentran Ernesto Zedillo, sean juzgados por estos hechos.

Si bien la pregunta original (juzgar a los expresidentes de México) fue replanteada por la Suprema Corte de Justicia (SCJ), se requiere lograr un 40% de votos a favor, para que los resultados de la consulta “sean vinculantes”.

Si deseas participar en la Consulta Pública de este domingo, en el siguiente link puedes ubicar tu “mesa receptora” o (casilla). https://ubicatumesa.ine.mx/

Ma. Teresa Montaño