Por Lucía Flores para A dónde van los desaparecidos
Roberto Cabrera Alfaro, ex comisionado Nacional de Búsqueda de Personas (CNBP), fue declarado culpable por mercantilizar con la información de 49 mil perfiles genéticos de víctimas de desaparición en México.
El ex funcionario entregó una base de datos con esa información al laboratorio ADN México en 2017, como parte de una estrategia del gobierno federal para crear “una base de datos confiable”, pero no sucedió así.
“Se mercantilizó el sufrimiento”, dijo el juez Jesús Delgadillo Padierna tras declararlo culpable por el delito de ejercicio ilícito del servicio público y dictarle una sentencia por 3 años de cárcel y otros 2 años de inhabilitación para cualquier cargo público.
El 7 de marzo de 2018 fue designado como el primer Comisionado Nacional de Búsqueda de Personas, previamente trabajó en la Comisión Nacional de Seguridad (CNS),donde entregó a Mariana García Sosa, directora comercial de ADN México, una memoria USB con los perfiles genéticos.
La firma utilizó esa información a su favor y no para las víctimas. Se usaron los datos para contactar a las familias en búsqueda de personas desaparecidas y convencerlas de hacer confrontas genéticas en laboratorios, así agrandar la base de datos y luego venderla.
Esa entrega de información fue ilegal, por eso se inició un juicio que inició el 27 de junio de 2022 en los juzgados federales del Reclusorio Sur contra Roberto Cabrera Alfaro.
Una pregunta que se escuchó una y otra vez entre las paredes frías del segundo piso de los juzgados federales del Reclusorio Sur fue: ¿Qué hizo el ex funcionario el 31 de mayo de 2017?
La Fiscalía General de la República mostró un oficio firmado por Cabrera Alfaro esa misma fecha para demostrar que él fue el responsable de entregar los 49 mil perfiles genéticos a la empresa.
Una pequeña vena le saltó de lado izquierdo de la cara del ex comisionado mientras escuchaba lo que decía el Ministerio Público, parecía que su mirada se perdía en la televisión donde se proyectaba en tiempo real a todas las partes que acuden a la audiencia, entre ellas el juez Jesús Delgadillo Padierna, quien ha llevado otros casos polémicos, entre ellos el de Rosario Robles Berlanga, ex secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano en la administración de Enrique Peña Nieto, acusada de formar parte de una red de corrupción que desvió 5 mil millones de pesos del erario.
En noviembre de 2019, para la investigación “Así fue la entrega ilegal de más de 49 mil perfiles genéticos”, hecha para Quinto Elemento, El Financiero y Proceso, Roberto Cabrera Alfaro habló en entrevista con los autores de la misma sobre cómo conoció a la empresa ADN México y a su representante comercial.
En la CNS buscaban generar bases de datos confiables “que nos pudieran garantizar la efectividad en los análisis, no solamente de genética, sino también en los nombres de las personas desaparecidas, las huellas, las fotografías; el tema de genética era uno más. Ahí tenemos el primer acercamiento con la empresa ADN”, dijo Cabrera Alfaro en entrevista con los autores de esta investigación, en noviembre de 2019.
En ese intercambio de preguntas y respuestas que se hicieron para la investigación, quedó grabada una frase que dijo Cabrera Alfaro y que los asesores victimales de la CNBP usaron en el juicio: “lo que hayan hecho (ADN México con los 49 mil perfiles genéticos) es cosa suya”.
“Les proporcionamos información para que realizaran ciertas acciones. Si ellos hacen, venden, compran, rentan, hacen o deshacen con esta información, hay responsabilidad previa, pero sale de mi campo de acción. Yo no trabajo ahí, yo no conozco qué están haciendo con esa base de datos”, dijo Alfaro Cabrera en 2019 a esta reportera.
El día uno del juicio, la defensa de Roberto Cabrera Alfaro alegó que el día que se entregaron los 49 mil perfiles genéticos estuvo en Culiacán, Sinaloa. Ese mismo día regresó a la Ciudad de México en avión, se trasladó a su departamento en Vasco de Quiroga, donde pidió de cenar un ceviche de atún y croquetas a través de Uber Eats al restaurante King Fish.
Esa fue la coartada para tratar explicar que ese día él no pudo entregar la base de datos genética a Mariana García Sosa, como la FGR alegó al presentar un oficio para corroborar la negociación.
Como respuesta, la FGR presentó a la directora comercial de ADN México como testigo. En el estrado señaló que Cabrera Alfaro le había proporcionado una USB con perfiles genéticos en las instalaciones de la CNS ubicada en Avenida Constituyentes de la Ciudad de México, aunque en tres ocasiones dijo no recordar la hora exacta, solo que fue el 31 de mayo del 2017.
También se presentó a Diego Ulibarri, socio de ADN México. Este dijo que tuvo 2 reuniones con Roberto Cabrera, una en 2016 y otra en 2017, en las que estuvo presente Manuel Rey Barrera, también socio de la empresa.
Para la investigación, Así fue la entrega ilegal de más de 49 mil perfiles genéticos, Ulibarri concedió responder un cuestionario vía correo electrónico y al preguntarle cómo había conocido a Cabrera Alfaro, contestó que fue a principios del año 2018.
A solicitud directa del mismo licenciado Roberto Cabrera Alfaro, a principios de 2018, cuando estaba a cargo de Coordinación General de Estrategias del Sistema de Seguridad Pública en la Comisión Nacional de Seguridad.
En ese entonces, ADN México era el único laboratorio con acreditaciones para realizar labores de identificación, análisis y registro de perfiles genéticos.
(Fragmento tomado de Niega ADN México los señalamientos: No se hizo nada irregular con los perfiles genéticos)
La pregunta constante de dónde estuvo el 31 de mayo del 2017 resonó otra vez el día dos del juicio.
Según la versión dicha por Cabrera Alfaro, ese día viajó a Culiacán como parte de la investigación del asesinato del periodista Javier Valdéz, y para tratar de demostrarlo mostró el boleto de avión timbrado con la salida a las 14:27hrs para aterrizar a las 17:25hrs. Con una mueca y tras llevar la mano a la boca el juez Delgadillo Padierna, aceptó la incorporación del oficio.
La defensa del ex comisionado de Búsqueda de Personas presentó a Fredy Navarrete como uno de sus testigos clave, por ser la persona que lo recogió el 31 de mayo del 2017 en el AICM a su llegada de Culiacán.
De tenis, con playera y pantalón negro, Fredy contó cómo mientras formó parte de la entonces Gendarmería Nacional, trabajó a lado de Roberto Cabrera en la CNS. Fue cuestionado una y otra vez por la Fiscalía, sobre cómo era posible que a 5 años de haber pasado por Cabrera Alfaro al Aeropuerto podría recordar la hora exacta. Como respuesta, dijo que preguntó entre sus compañeros de trabajo para rememorar qué hicieron ese día.
Fredy dijo que ya lo esperaba para llevarlo a su entonces departamento ubicado en Santa Fe sin pasar por la CNS aquel 31 de mayo del 2017. Ese se convirtió en un nuevo cuestionamiento constante de la Fiscalía: la ruta tomada para ir del AICM a Santa Fe.
El testigo refirió que la supervía era el camino que más le gustaba tomar a Cabrera Alfaro, pero la parte acusatoria aseguró que la mejor ruta era la que pasaba cerca de la CNS.
En el día tres, en los alegatos finales, el Ministerio Público Federal pidió no considerar el boleto de avión como relevante y útil. Mencionó, además, que el correo electrónico asociado a la cuenta de Uber Eats de la que Cabrera Alfaro dijo que se usó para pedir de cenar no coincidía con su nombre.
Este día también saltó un nombre nuevo del que no se hizo hecho referencia en los primeros dos días: María Puerto, quien fuera mencionada por la directora comercial de ADN México en su declaración como acompañante aquel 31 de julio del 2017 a la oficina de la CNS, ubicada en Constituyentes, donde le entregaron una memoria USB.
La defensa del acusado cuestionó lo conveniente de no llamar a Puerto a declarar por encontrarse en España, y ante esto el asesor de la CNBP, Javier Shüte, tuvo un sobresalto que contrastó con la serenidad que había tenido en los días anteriores del juicio.
“¿Por qué el gobierno puso en manos de privados estos perfiles, qué les proponía ADN (México)? ¿Cómo tuvo acceso a toda esta info? ¿Quién se benefició, cómo, cuándo?”, dijo Shüt, quien afirmó que todo eso también debe ser investigado por la FGR.
Las preguntas de Shüt no fueron respondidas, pero a las 17:32 horas del 30 de junio de 2022 se declaró culpable a Roberto Cabrera Alfaro por el delito de ejercicio ilícito del servicio público, tras la entrega de 49 mil perfiles genéticos a la empresa ADN México.
El juez Felipe de Jesús Delgadillo Padierna señaló que no se demostró la falsedad de la firma del documento de la FGR, con la que se probó que el 31 de mayo de 2017 Cabrera Alfaro hizo la entrega de los perfiles genéticos a Mariana García Sosa.
“Se mercantilizó el sufrimiento y no hay forma de regresar la base de datos”, dijo el juez en audiencia pública.
Esos perfiles genéticos de miles de víctimas que servirían para identificar a miles de personas que han muerto y se encuentran desaparecidas se entregaron a la empresa ADN México, hubo un negocio posterior, la firma los usó para beneficio de la misma y sus socios.
El gobierno fue cómplice para esa mercantilización del dolor de las víctimas y ahora hay un culpable.
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Lucía Flores es egresada de la carrera de Ciencias de la Comunicación con especialización en Comunicación Política por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y es fotógrafa desde hace 8 años. Actualmente es fotógrafa en El Financiero y es fundadora de Obturador MX.
*Foto de portada: Lucía Flores/ObturadorMX