Los feminicidios y la desaparición de personas en el país, han llegado a un climax insostenible a nivel nacional con el caso de Mara, cuyo terrible asesinato ha detonado en movilizaciones y un nuevo activismo social en las redes, ámbito que este mismo fin de semana, convoco a cientos de mexicanas de todas las edades, a la construcción de una red de albergues en sus propias domicilios, para alojar de manera emergente a otras mujeres en tránsito o en situación de riesgo, evitando así que permanezcan en las calles a altas horas de la noche o utilicen transporte público en condiciones u horarios poco seguros o en unidades donde pueden desaparecer de un tris, como le ocurrió a ella, a Valeria la niña de 12 años de Nezahualcóyotl o a otras tantas.

Ante la inoperatividad aún de los sistemas de justicia y las instituciones, las mujeres en este país, estamos buscando –y me incluyo- alternativas viables de autoprotección. Los feminicidios aumentan como plaga y el remedio podría estar en la “sororidad” espontánea, al menos en tanto no haya condiciones seguras para la mitad de la población.

Particularmente la movilización para exigir justicia en el caso de Mara, retumba de forma dramática en el Estado de México, donde la violencia de género se ha desbordad. Y no lo digo yo, lo dice la reciente encuesta ENDIREH del Inegi cuyo informe dado a conocer apenas el mes pasado, reportó que la violencia de género en Edomex aumentó del 73 al 75.3% del 2011 al 2016, mientras que la entidad ocupa el primer lugar en violencia obstétrica, con 39.5%, seis puntos arriba de la media nacional.

Por si fuera poco, la semana pasada se dio a conocer un informe interno enviado por el Secretariado Ejecutivo Nacional de Seguridad Pública al Senado, en el cual se establece que el Estado de México ocupa el segundo lugar nacional en desaparición de personas. Si, pocos lo sabían, el segundo lugar luego de Tamaulipas. Hay más de 3 mil 830 personas desaparecidas en Edomex (https://www.theobserver.mx/2017/09/14/edomex-2o-lugar-nacional-en-desaparicion-personas/) ¿Se puede decir más? Ambas situaciones reflejan con dramatismo la cotidianeidad en la que se mueven las y los mexiquenses.

Es esta la entidad que dejó don Eruviel Avila, con feminicidios y desapariciones por todos lados y una alerta de género incompleta.

No por nada Alfredo del Mazo a su arribo, aseguró que colocará el tema del combate a la inseguridad y a las mujeres en el centro de su gestión. No podía ser menos, pero habrá que esperar. Lo que queda claro es que se requiere un “golpe de timón” y tiene que ser definitivo, los 2 mil 300 casos de mujeres asesinadas en el sexenio que concluyó el pasado 15 de septiembre, no son cosa menor, y los más de 3 mil 800 casos de personas desaparecidas en Edomex menos.

Y solo por no dejar pasar... las expectativas de que el cambio de gestión traería nuevos aires en la política informativa tras un sexenio de menosprecios, cerrazón y hasta maltrato de reporteros, pues comenzaron a diluirse...

Y finalmente ¿qué podemos decir del nuevo gabinete? Se trata sin duda del gabinete de Enrique Peña Nieto, un gabinete con un marcado sesgo electoral. La operación para dar la batalla en el 2018 ya está en marcha e inició aquí, en la entidad mexiquense, el pasado 15 de septiembre.

Hasta la próxima.