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Mascarada El Baile de las Máscaras

De haber ocurrido, sería un momento épico para México, en el que un presidente dedicara al menos los últimos meses de su mandato para trabajar con eficiencia y amor a su país

DOBLE FILO

Mascarada El Baile de las Máscaras


Por: Ismael Rojas Escobar









Segundo Momento Épico de México
Segunda y última parte

No supo si fue sueño o realidad. Poco pudo dormir la noche del día cero cuando la Ciudad de México y otras 4 entidades fueron sacudidas. Apenas se levantaba cuando su secretario particular ya lo ponía al tanto y otros más de sus colaboradores tomaban turno: no era la rutina normal, vivían una emergencia y urgían decisiones.

Conforme recibían los reportes crecía la cifra muertos, así como de las pérdidas millonarias. Los “empresarios amigos” podrían participar para ayudar – a su manera- a los damnificados, bosquejaba un secretario que llevaba semanas en el ojo del huracán por diversos escándalos de corrupción, ahora salvado por la apremiante situación.

Propuestas de todo tipo acompañaban al mandatario. Una funcionaria rápidamente hizo proyecciones electorales aprovechando el perfil rural y popular de su secretaría.

Mantenía silencio, no durmió bien y ni desayunar con algo de tranquilidad pudo por la andanada de propuestas que poco ayudaban de fondo a superar el problema. Hablaba poco, meditaba, como si todavía no hubiera despertado.

Salió de Los Pinos rumbo a Palacio Nacional para reunirse en el cuarto de guerra con su equipo más cercano. Todo parecía correr en cámara lenta al ver los destrozos y las multitudes de voluntarios retirando escombros hasta con las uñas; las calles bloqueadas y las sirenas de las ambulancias flanqueaban al convoy.

No todos son políticos, sabía que también contaba con gente a la altura de la contingencia que para ese momento ya estarían trabajando en las diversas entidades afectadas, como casi dos semanas atrás lo hicieron en Chiapas y Oaxaca.

A su arribo, asesores y funcionarios lo esperaban, querían unos minutos de su tiempo para proponerle estrategias mágicas, mensajes nacionales, informes sobre las encuestas más recientes y el saldo negro actualizado de la catástrofe. Las redes sociales ardían en comentarios en su contra y en contra de otros gobernantes, jefes delegacionales, presidentes municipales, y claro, empresarios que construyeron toda clase de edificaciones con materiales de mala calidad.

No lo podía creer, especialmente ese día no se sentía bien, no estaba ahí, algo no estaba bien; la sensación de hacer algo diferente parecía asomarse en los momentos en lo que lo dejaban respirar los miembros de su equipo, luego reaccionaba y volvía a escucharlos con más detenimiento.

Una llamada del coordinador de la bancada de su partido le decía que era el momento de darle luz verde a pendientes atorados en San Lázaro, que ya estaba pactando con sus aliados de la oposición conseguir los votos necesarios. El subsecretario amigo le recomienda que por los medios no se preocupara, que ya saben cómo manejarlo.

“Señor, estamos entrando al proceso electoral y…”; “nuestros amigos constructores dicen que mejorarían la comisión…”; “repartiremos tarjetas de hasta…”; “la gente creerá lo que le digamos…”; “tenemos lista su visita a Puebla, ya lo esperan las principales televisoras…”; “estamos listos para las transferencias, son muy difíciles de rastrear”; “vamos señor, su familia ya se encuentra en el centro de acopio”, espetaban.

Se puso de pie y caminó cuando al paso vio con el rabillo del ojo su imagen el teléfono celular de un empleado de Palacio Nacional su imagen con la leyenda: “quedan para que termine el gobierno” y un cronómetro que contaba los años, meses, semanas, días, horas y segundos que le quedaban como presidente.

Menos de un año, es poco tiempo –pensó-: pero si usamos bien el dinero del presupuesto y llamamos a que cada funcionario público de todos los niveles cumpla con su trabajo; cortemos gastos innecesarios; eliminamos compras con sobre precio y de productos de mala calidad; bajemos nuestros sueldos y eliminemos la partida secreta y los bonos; cortamos la corrupción en Pemex.

Para evitar –pensó- que se sigan perdiendo recursos, le daré libertad y respaldo al auditor Superior de la Federación para que investigue, sancione y denuncie penalmente a quienes hagan mal uso del dinero de la Nación, ya que la corrupción devora 8 de cada 10 pesos.

Reaccionó de ese breve lapso, entre murmullos de la multitud que lo rodeaba. Le dijo a su particular: por favor, llévame los expedientes clasificados de los gobernadores, líderes sindicales, empresariales y de los miembros del gabinete, tengo que dar un mensaje al pueblo de México.

Ahora inicia el primer minuto del resto de mi mandato.


De haber ocurrido, sería un momento épico para México, en el que un presidente dedicara al menos los últimos meses de su mandato para trabajar con eficiencia y amor a su país, sin embargo, sólo se quedan como ideas al aire.

Llanto
¿Podemos esperar resultados si el sistema anti corrupción del Estado de México está integrado por los mismos de siempre?

Alegría
Obligado por un Tribunal de alzada, el juez Segundo de Distrito en Materia de Amparo y Juicios Federales aceptó el recurso con el cual se suspenden las 12 notarías que dio Eruviel Ávila días antes de dejar la gubernatura.

Charada
Ochoa Reza y sus diputados del PRI ahora resulta que son los que protestan para que se vote su iniciativa que los beneficia ampliamente: por un lado tendrían mayoría en San Lázaro, y por otra, legalizarían lo que hacen siempre: gastar recursos que llegan de forma ilegal a sus campañas.

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