Es sumamente alarmante presenciar cómo el germen de la violencia contra la mujer se expande como un cáncer a otras entidades del país. El pasado 24 Puebla llegó a su feminicidio número 96, cuando fueron encontrados los restos de una mujer de 72 años en un paraje en el municipio de Caltepec, con signos de asfixia.

Un día antes, en Tultitlán, Estado de México, dos jóvenes de 18 años, una mujer y un hombre, fueron agredidos a balazos. La mujer no sobrevivió. Fue el feminicidio número 225 en lo que va del año, de acuerdo con el portal A Fondo Edomex.

Quizá en el caso poblano, lo que está haciendo que México se dé cuenta del aumento de la violencia contra la mujer fue el caso de Mara Castilla, universitaria asesinada por su chofer de Cabify en septiembre pasado.

Cierto, el Estado de México sigue concentrando el grueso de feminicidios. Pero también tenemos que considerar proporciones.

En la entidad mexiquense habitan 16 millones 187 mil 608 personas. Si dividimos esa cantidad entre 225 feminicidios en lo que va del año tenemos una proporción de uno en 71,945.

En Puebla habitan 6 millones 168 883 personas. Si dividimos ello entre 95 feminicidios que van en este año tenemos una proporción de 64,935 a 1. Matemáticamente hablando, los feminicidios en Puebla son mayor a los del Estado de México por apenas una proporción de 7 mil a 1. En el Estado de México, entonces, las cifras son tan monstruosas simplemente porque hay muchos más habitantes que en Puebla. Vaya, estamos hablando de la entidad más poblada del país. Pero esta diferencia matemática nos indica que en Puebla se matan a más mujeres en proporción poblacional. La única manera en que las proporciones hubiesen sido iguales es si en Puebla se hubiesen matado 86 mujeres hasta el día de hoy para igualar los 71 mil a 1 de proporción en el Estado de México.

De ahí que se esté exigiendo actualmente al gobernador panista Tony Gali que se active la alerta de género antes del cambio de gobierno en 2018. No sólo están siendo azotados por la trata de blancas en el imparable corredor Puebla-Tlaxcala, los huachicoleros y los constantes asaltos en la carretera México-Puebla. También están viendo morir a sus mujeres a una velocidad igual de alarmante que la entidad mexiquense.

Que no se nos olvide. Podemos exigir el alto a los feminicidios en el Estado de México y en Puebla. Y sobre todo, no minimizar los delitos en ambas entidades.